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Día sin auto: Bogotá apuesta por el transporte limpio

Victoria Dannemann22 de abril de 2015

Con bicicletas y metrobuses, la capital colombiana celebra hoy un nuevo “Día sin Carro”. Expertos destacan las claves del exitoso modelo y la cooperación con instituciones y empresas alemanas.

“Usa la bici, camina o súbete al SITP” es el llamado de la Alcaldía de Bogotá para este Día sin Carro.Imagen: Diego Bautista/Alcaldía Mayor de Bogotá

Por segunda vez este año, ningún automóvil o moto puede circular por las calles de la metrópoli sudamericana de más de siete millones de habitantes. Entre las 5.00 y las 19.30 horas, los ciudadanos salen en forma masiva en bicicleta o aprovechan el moderno Sistema Integrado de Transporte Público, SITP, cuyo eje es el TransMilenio.

El servicio, inaugurado el 2000, demuestra también en este día su eficiencia. “Las claves concretas de su operación exitosa, aparte de la gestión bien organizada y con reglas claras entre entidad gestora de gobierno y operadores privados, radica en la alta frecuencia de buses gracias a servicios expresos y corrientes y varias paradas en cada estación. Sobra decir que las troncales en corredores segregados también ayudan”, explica Carlos Felipe Pardo, experto colombiano en transporte y asesor de proyectos de la agencia alemana GIZ, Sociedad para la Cooperación Internacional.

Una eficiente movilidad urbana implica no sólo mejor transporte. También repercute en el cuidado del medio ambiente y una mejor calidad de vida para los habitantes. El día sin auto es organizado desde el 2000 por la Alcaldía de Bogotá y se realiza por lo general una vez al año, como una forma de contribuir con la reducción de emisiones contaminantes. Tras el pasado Día sin Carro del 5 de febrero, la Alcaldía decidió repetir la medida coincidiendo con el Día de la Tierra.

El día sin auto en Bogotá coincide este 22 de abril con el Día de la Tierra.Imagen: Diego Bautista/Alcaldía Mayor de Bogotá

Bogotanos comprometidos


Si bien los automovilistas son menos entusiastas con la restricción, ésta y otras medidas impulsadas por el Alcalde Gustavo Petro están arrojando resultados. “Los más motivados este día son los usuarios habituales de la bicicleta (6%)”, indica Patricia Calderón, de GIZ Colombia.

Según cifras de la Alcaldía de Bogotá, el anterior Día sin Carro, con un notorio aumento en el movimiento de peatones y ciclistas, no afectó la dinámica normal de la ciudad: el 80% de los usuarios indicó que no dejó de hacer sus actividades cotidianas. El 88% está de acuerdo con la medida y el 80% lo realizaría más de una vez al año. Al mismo tiempo, los índices ambientales registraron una disminución de las emisiones, de los contaminantes y del ruido.

A la red de metrobuses con carriles propios de recorrido rápido y autobuses de conexión a los suburbios, se suma un completo sistema de ciclovías y aparcamientos para bicicletas, lo que resulta atractivo para los usuarios y desincentiva el uso de los autos, que en un 60% circulan sólo con el conductor. En conjunto autos particulares y motocicletas movilizan el 25% de los viajes, utilizando el 94% del parque automotor. El transporte público, en tanto, moviliza el 60% de los viajes utilizando el 6% del parque automotor.

El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, también se sube a la bicicleta.Imagen: Diego Bautista/Alcaldía Mayor de Bogotá

Una característica de los buses del TransMilenio es su alta capacidad, con buses que llevan hasta 160 pasajeros. El transporte público contribuye así a tener vías menos congestionadas, menores tiempos de viaje y disminución de la emisión de gases de efecto invernadero.

El éxito del TransMilenio bogotano, inspirado en los sistemas de Curitiba y Quito, ha sido replicado en otras ciudades colombianas, como Medellín, Pereira, Bucaramanga, Cali y Barranquilla, explica Patricia Calderón. Ha recibido premios internacionales y es un ícono para otras ciudades de países en desarrollo.

Este referente mundial también enfrenta el desafío de mejorar su capacidad y operación. “Tiene que expandirse y muy probablemente hay que mejorar las condiciones de integración con otros modos de transporte público y masivo. La implementación del metro, que está en curso, puede complementar muy bien a TransMilenio”, explica Carlos Felipe Pardo.

Aliado en el proceso de modernización


Como en otros países, en Colombia la agencia de cooperación alemana GIZ apoya temas relacionados con el transporte sostenible a través del proyecto TRANSfer, trabajando en cooperación con las autoridades locales, con el foco puesto en la mitigación de los efectos del cambio climático a través, por ejemplo, de la promoción del transporte no motorizado.

“Hay interés permanente por acceder al know how alemán, dado que en Colombia existen necesidades de capacitación y fortalecimiento institucional. En este caso, el proyecto TRANSfer ayuda a acelerar el proceso de aprendizaje en transporte, con un paquete integral de medidas”, apunta Patricia Calderón.

En Bogotá, GIZ ha implementado también el proyecto SUTP (transporte urbano sostenible, por su sigla en inglés), que opera en diferentes ciudades del mundo, apoyando al gobierno local con cursos sobre políticas de implementación de transporte sostenible. A través de la implementación de programas, busca evitar la necesidad de viajar, cambiar hacia modos de transporte más sostenibles como el público o la bicicleta, y mejorar la eficiencia de los vehículos y del sistema de transporte en general.

Demanda de tecnología alemana


“La industria alemana es muy relevante, pues tiene un conocimiento muy grande sobre cómo optimizar el transporte, sus vehículos y sus sistemas de información. IVU es una empresa que ha trabajado en Colombia en estos temas, al igual que Siemens y Mercedes Benz”, indica Carlos Felipe Pardo.

En el área de la electromovilidad, la empresa alemana Mennekes está llevando su tecnología y productos. La firma fabricante de enchufes y conectores para recarga de vehículos eléctricos ve grandes oportunidades en el mercado colombiano y latinoamericano, donde tiene sus representantes. “En general, en cuanto a la reducción de emisiones de CO2, ofrecemos productos para la electromovilidad que buscan precisamente el aprovechamiento de formas de transporte no contaminante y energía renovable”, explica Alfred Vrieling, de Mennekes.

El enorme potencial que ofrece la energía solar y eólica en países sudamericanos abre enormes perspectivas. “Pienso que la experiencia en electromovilidad de varios años que tienen Alemania y otros países puede ser de gran utilidad para los países que están implementando estas tecnologías como Colombia, en el sentido de no repetir los mismos errores”, agrega el ejecutivo de Mennekes.

En una economía en crecimiento y desarrollo como Colombia, las empresas alemanas encuentran excelentes oportunidades de expansión. Expertos pronostican una demanda continua en los sectores de la construcción y transporte, de proveedores de materiales, maquinaria y tecnologías, apoyando la modernización de la capital y otras ciudades en su búsqueda de movilidad eficiente y amigable con el medio ambiente.

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