Militantes de Estado Islámico (EI) dañaron severamente uno de los mayores monumentos romanos de la antigua ciudad de Palmira. Pero, en general, los daños son menores de lo esperado, aseguró un funcionario sirio.
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Tras una visita a la ciudad, este sábado (54.03.2017), el funcionario sirio de antigüedades, Wael Hafyan, aseguró haber visto serios daños al Tetrapilón, un antiguo tipo de monumento helenísitico de planta cuadrada, con estructuras de cuatro columnas posicionadas en cada esquina. Sólo cuatro de las dieciséis columnas están aún en pie, según el funcionario.
"Los terroristas las detonaron... el daño es extenso," dijo Hafyan a la agencia británica de noticias Reuters. No obstante, algunas de las columnas derribadas no fueron totalmente destruidas y podrán ser restauradas, usando modernas técnicas de conservación, aseguró.
Bajo fuerte cobertura aérea rusa, el ejército sirio y milicias aliadas consiguieron expulsar al EI este jueves (2.03.2017), por segunda vez, de la ciudad patrimonio de la UNESCO, dos meses después de que grupo yihadista volviese a ocuparla por sorpresa.
Optimismo inesperado
Como sea, las autoridades sirias se mostraron optimistas. Tanto Hafyan como el director de Antigüedades y Museos de Siria, Maamun Abdelkarim, se dijeron aliviados de que durante esta segunda ocupación del EI, desde diciembre de 2016 hasta ahora, los destrozos son mucho menores de lo que se temían.
"Recibimos informaciones graves sobre la posibilidad de que tuvieran intenciones de vengarse por haber sido expulsados, pero la sorpresa fue que no ocurrió eso", aseguró Abdelkarim a la agencia española de noticias Efe, algo que Hafyan también comprobó en su visita.
Aunque Abdelkarim no irá a comprobar la situación en persona hasta esta semana, asegura que las fotos y videos que ha recibido muestran que la situación es "tranquilizadora y mucho mejor de lo que se esperaba": "Hay una destrucción del Tetrapilón y de parte del teatro, pero en general está bien, al igual que la ciudadela" medieval construida en una colina próxima a los restos de la antigua Palmira.
Primera restauración "no se ha perdido"
Asimismo, el trabajo de restauración que comenzaron tras la primera liberación de la ciudad en marzo de 2016 "no se ha perdido", señaló Abdelkarim, que lucha desde hace cinco años contra el saqueo y el vandalismo.
El ministro afirmó que su institución se ha mantenido el contacto con todas las zonas bajo control de la oposición, con quienes siempre se ha cooperado para proteger el patrimonio.
"Nos sentimos orgullosos de que hasta ahora pagamos el salario a 2.500 funcionarios en todas las provincias, incluso a los que están fuera de las zonas controladas por el gobierno", dijo Abdelkarim. Así, solo las zonas bajo el control del grupo yihadista Estado Islámico (EI) han estado sometidas a un saqueo y un vandalismo sistemático.
Abdelkarim, también profesor universitario, aseguró que en la ciudad grecorromana existe un plan de urgencia para "detener los daños y fijar elementos de manera urgente" y otro a largo plazo "con la Unesco y los socios internacionales" pero "sin apresurarse, con calma".
El objetivo, dice, es "devolver Palmira a como era antes de la llegada del Dáesh (acrónimo árabe del EI)", aunque considera que esto no se conseguirá al 100 por cien, ya que algunas partes solo podrán recuperar su estado en un 60 o un 70 por ciento. Para ello, eso sí, "necesitamos la cooperación internacional. Este patrimonio es internacional, es de la humanidad, solos no podemos", concluye.
RML (efe, reuters)
¿Qué queda de Palmira?
En 2015, el Estado Islámico impactó al mundo al destruir monumentos de la antigua ciudadela de Palmira. Una exposición en Colonia muestra dibujos que documentan el esplendor de esas maravillas de la humanidad.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Daniel Lohmann
Artista, arquitecto, arqueólogo
Como muchos de quienes viajaron hacia Oriente en el siglo XVIII, el artista francés Louis-François Cassas provenía de una familia de clase acomodada. Su padre era marqués y agrimensor real. En 1785, Louis-Francois estuvo dos meses en Palmira, haciendo croquis de prácticamente todas las ruinas de ese legendario centro cultural de la Antigüedad.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
Lo que quedó
Cassas encontró solo ruinas en Palmira. Sin embargo, en lugar de dibujar lo que veía, intentó reconstruir la ciudad y poner sobre el papel su antiguo esplendor. El museo Wallraf-Richartz de Colonia tiene 123 de esos dibujos en su colección. Algunos de ellos fueron restaurados para la exhibición "Palmira: ¿qué queda?", que también muestra la destrucción provocada por los terroristas en la región.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
Oasis para comerciantes
Palmira está ubicada a medio camino entre Damasco y la frontera con Irak. Erigida entre los siglos I y III d. C., los monumentales edificios se mantenían bien preservados, como mudos testigos de la magnificencia de la ciudad greco-romana. Caravanas de comerciantes trasladaban especias, gemas preciosas y ropas a la ciudad.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Daniel Lohmann
Diferentes estilos e influencias
Con el tiempo, Palmira fue mezclando su arquitectura greco-romana con estilos locales. El teatro romano semicircular tiene una fachada diseñada al estilo de un palacio oriental. En ese escenario se presentaban obras en arameo.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Marczok
Fascinación con la historia
Artistas y arquitectos han intentado desde fechas tan tempranas como el siglo XV revivir el espíritu de la antigua ciudad. Pero la perspectiva de Cassas era única: usando colores diferentes, distinguió la arquitectura existente de la imaginaria en sus dibujos. El negro representa a la realidad, el rojo señala sus reconstrucciones.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
El centro de la vida religiosa
El templo de Bel fue construido hacia fines del siglo II d. C. bajo dominio romano. Bel era el equivalente local para el dios griego Zeus. La arquitectura combina tradiciones arquitectónicas romanas y griegas, con la adición de ornamentaciones orientales.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
Perdido para siempre
El templo de Baalshamin, de aproximadamente dos mil años de antigüedad y una de las estructuras más completas halladas en Palmira, fue una de las maravillas destruidas por el Estado Islámico. Baalshamin, el "Señor del Cielo", era una de las deidades supremas de Palmira.
Imagen: Reuters/Stringer
Cuánto se perdió y cuánto queda
La Gran Columnata fue la principal avenida de la ciudad. Allí había tiendas a ambos lados de la calle, además del mercado del Ágora, un teatro y un complejo de baños romanos. Cuánto destruyeron los fanáticos del Estado Islámico y cuánto quedará para la posteridad es hoy un misterio. Habrá que esperar que las fuerzas del gobierno sirio terminen de expulsar a los insurgentes de la región.