Durante los próximos seis meses se espera mucho de Dinamarca. De tener éxito la presidencia danesa, a finales de año tendrán lugar las negociaciones con los diez nuevos aspirantes del sur y este de Europa.

La ampliación de la UE es cuestión prioritaria en la agenda, afirma el primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen. El político de centro derecha lleva siete meses en el cargo y, por ello, algunos miembros de la UE le atribuyen falta de experiencia en política exterior para concluir con éxito las negociaciones. Pero tal vez sea precisamente la condición de Dinamarca como pequeño país, lo que le permita tener un mayor margen de maniobra. Eso a pesar de que las posiciones danesas no son precisamente populares en los grandes países de la UE como Francia, Alemania y Gran Bretaña.

"Me siento optimista de que lograremos cerrar las negociaciones de ampliación durante la cumbre de la UE en Copenhague –afirma Rasmussen- pero, para garantizar que así sea, deberemos llegar a un consenso en la política agraria a mas tardar a principios de noviembre".

El tema agrícola es el mas conflictivo

En todo caso, de lo que menos puede hablarse es de que haya consenso en la UE. Entre los 15 países miembros, aquellos contribuyentes netos que aportan más de lo que reciben de las cajas comunitarias han hecho un frente en contra de las actuales subvenciones agrícolas. Sobre todo Alemania se opone rotundamente a que las ayudas directas a los agricultores europeos sean extensivas –sin recortes- a los nuevos socios. "Hemos llegado a los límites de lo tolerable", afirma el canciller alemán, Gerhard Schröder. Se estima que los costos adicionales para Alemania significarían una cifra de varios millones de euros.

Actualmente las subvenciones agrícolas de la UE ascienden a unos 30 mil millones de euros . Francia es la más beneficiada y no quiere perder sus privilegios. Con ello los dos pesos pesados de Europa, Francia y Alemania, quedan enfrentados irreconciliablemente. Pero no podrán permitírselo por mucho tiempo. Para que la UE pueda llegar con una posición común a la mesa de negociaciones con los países que aspiran a ingresar, los dos gigantes europeos tendrán que llegar a un acuerdo.

Daneses euro escépticos

Por lo menos eso es lo que se espera de los euro-escépticos daneses, aunque Copenhague no participe en las negociaciones para la adopción de políticas comunes de seguridad y de defensa, ni haya adoptado la moneda común europea. En el referendum sobre la introducción del euro, el pueblo danés se pronunció a favor de mantener la corona danesa. Esto sin embargo no es ningún obstáculo, según el gobierno danés, para hacer un buen papel en la presidencia del Consejo de la UE.

"Lamento que hayamos rechazado la adopción del euro, esto es algo que quiero corregir en el futuro, dice Rasmussen. Pero esta situación no tendrá ninguna influencia sobre la gestión de Dinamarca en la presidencia del Consejo, ya que podremos presidir casi todos los encuentros de la UE".

Dinamarca no encabezará las negociaciones para la adopción de una política común en materia de seguridad y de defensa, ni tampoco las reuniones del llamado euro-grupo. En estas negociaciones, el gobierno griego sustituirá al danés, ya que Grecia será el siguiente país en asumir la presidencia del Consejo de la UE. Eso dará más tiempo a los daneses para concentrarse en lo prioritario: los desacuerdos en el eje franco-germano en torno a la política agraria. Esto permitiría mantener el calendario previsto para el acceso de los países de nuevo ingreso.