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Davos: la pandemia exacerba la disrupción del empleo

30 de enero de 2021

La digitalización y la automatización se han acelerado como consecuencia del coronavirus. El Foro Económico Mundial aborda qué hacer con los millones de trabajadores que han caído en el desempleo.

Imagen: Lev Dolgachov/Colourbox

Alrededor de 150 millones de personas en países en desarrollo podrían volver a la pobreza extrema en 2021 como consecuencia de la devastación económica provocada por la pandemia del coronavirus, según fueron informados este jueves (29.01.2021) los delegados del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) de Davos, que este año tiene lugar de forma virtual.

La cumbre de Davos, que este año se celebra por videoconferencia en lugar de en el lujoso resort de esquí suizo, abordó la cuestión de cómo el impacto social de la emergencia sanitaria posiblemente se siga sintiendo durante varios años pese a la llegada de las vacunas.

Cómo el COVID-19 lo empeoró todo

El Informe Global de Riesgos 2021 del WEF, publicado de manera paralela a la cumbre, revela cómo el nuevo coronavirus ha exacerbado las desigualdades en la salud, la educación y el acceso a la tecnología.

El informe advierte de que "las pérdidas de empleo, una creciente brecha digital, las disrupción de las interacciones sociales y los giros abruptos en los mercados podrían llevar a consecuencias graves y oportunidades perdidas para una gran parte de la población mundial".

El movimiento sísmico del mercado laboral, que ya estaba en marcha por los avances tecnológicos, se ha acelerado varios años en cuestión de unos pocos meses. Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ha advertido de las "cicatrices" que dejará la pandemia en los trabajadores.

Los trabajadores poco cualificados cargan con mayor peso

"Si los que pierden su empleo se mantienen inactivos durante mucho tiempo, sus habilidades se erosionan y su vinculación con el mercado laboral puede debilitarse", dijo Gurría, quien añadió que los trabajadores cuyos ingresos se han congelado o incluso disminuido en los últimos años están particularmente en riesgo.

"Quienes entran en el mercado laboral en una crisis tendrán menos posibilidades de adquirir la experiencia o la formación que recibirían en tiempos normales. Esto puede convertirse en una lacra durante toda su carrera", agregó.

Si bien algunos países han introducido políticas ambiciosas para proteger el empleo y al mismo tiempo ayudar a los trabajadores a actualizar sus habilidades durante los confinamientos, estas medidas deberían tener un alcance global, coincidieron los participantes en Davos.

Es vital volver a formar a los trabajadores

Guy Ryder, el secretario general de la Organización Internacional del Trabajo, predijo que un mayor gasto público para combatir la destrucción de empleo fomentará una mayor recuperación económica.

"Las perspectivas netas de empleo podrían incluso ser positivas siempre que los países inviertan en habilidades y educación", dijo Ryder.

Según los datos de la OIT hechos públicos esta semana de cara a la cumbre de Davos, durante la pandemia se ha perdido el equivalente a 255 millones empleos a tiempo completo en todo el mundo. La cifra es cuatro veces mayor que la de la crisis financiera de 2008-2009 y representa el 8,8% de las horas de trabajo globales.

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La directora del Foro Económico Mundial, Saadia Zahidi, subrayó también los beneficios económicos de un incremento en el gasto educativo de los países.

"No es un gasto, es una inversión", dijo Zahidi. "Podemos hacer crecer la economía mundial en 6.000 miles de millones de dólares para 2030 con inversiones en actualización de competencias gracias a los rendimientos que generaría".

Sin estas inversiones, no obstante, millones de trabajadores podrían caer en el desempleo y el mercado negro.

La amenaza de una crisis social

Eventos como las revueltas de la Primavera Árabe, la votación a favor del "brexit" o la elección en 2016 de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos fueron recordatorios para los líderes mundiales de los riesgos de no abordar las desigualdades provocadas por la desindustrialización y los avances tecnológicos.

"La polarización de la fuerza laboral al final se convierte en la polarización de la población… y podríamos ir de una crisis sanitaria a una crisis económica, para luego acabar en una crisis social", advirtió Jonas Prising, presidente de Manpower Group, la tercera mayor empresa de reclutamiento del mundo.

Los gobiernos están cada vez más presionados para intervenir protegiendo empleos en sectores insostenibles de la economía, pero Prising dijo que se trata del enfoque equivocado. Si bien el programa alemán de reducción de horas de trabajo (también conocido como Kurzarbeit) fue señalado como un buen estabilizador de emergencia, hay escepticismo sobre su impacto en la economía a largo plazo.

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"En lugar de proteger los trabajos, tendríamos que proteger el empleo y reconducir a la gente hacia áreas de crecimiento".

Con decenas de millones de personas trabajando menos horas por los programas de reducción de horas de trabajo, las mejores empresas han hecho uso de este período para aumentar las habilidades de sus trabajadores, según fueron informados los delegados en Davos.

El gran ecualizador

Abordar las muchas desigualdades que existen en el mercado laboral se está convirtiendo en una de las prioridades globales como resultado de los movimientos políticos, en especial en torno al racismo, el machismo y el estatus socioeconómico.

Frida Polli, cofundadora y directora general de Pymetrics, una empresa que utiliza inteligencia artificial para ayudar a las compañías a transformar su proceso de reclutamiento, subrayó que las habilidades "suaves" (soft skills) de los trabajadores a menudo se convierten en una herramienta para hacer frente a las disparidades.

"Las habilidades suaves tienen un gran potencial ecualizador", dijo Polli, quien puso el ejemplo del personal de cara al público en hoteles o comercios, que tiene poca experiencia en funciones digitales que requieren de una alta cualificación. Si se valoran sus habilidades de comunicación, trabajo en equipo, pensamiento crítico y resolución de problemas, en lugar de únicamente su currículum, con frecuencia demuestran ser "enormemente aptos para trabajos altamente cualificados".

"Si realmente queremos intentar mitigar la creciente desigualdad, tenemos que poner el foco en el potencial de las personas a través de sus habilidades suaves", dijo Polli.

(eal/lgc)

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