Los más de 100 kilos de equipaje con que Tim David Müller-Zitzke, Michael Ginzburg y Dennis Vogt viajaron a la Antártida no pasaban inadvertidos. La travesía, que comenzó en noviembre, fue la culminación de un año de trabajo, planeando la ruta, reuniendo auspiciadores y abasteciéndose con los equipos necesarios. Con el nombre de Projekt Antarktis, los jóvenes de Bremerhaven, norte de Alemania, se embarcaron en la mayor aventura de sus vidas.

“Ir a la Antártida era nuestro sueño. Pero está tan lejos de Alemania, que parecía imposible realizarlo.  Como somos realizadores visuales y encontramos ese paisaje apasionante, un continente en el que nunca habíamos estado, comenzamos este proyecto con la idea de hacer un film. Después del año de preparación, nos lanzamos a este viaje y partimos en noviembre pasado con rumbo a la Antártida”, cuenta a DW Tim Müller-Zitzke, uno de los tres aventureros y realizadores de 23 años.

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El viaje desde el aeropuerto de Bremen, pasando por Frankfurt, los llevó hasta Argentina. Pero lo que debía ser una tranquila escala en la capital del país sudamericano se alargó más de lo previsto. La aduana retuvo los equipos de filmación y fotográficos, por razones que los alemanes aún desconocen. “Fueron momentos muy críticos para el proyecto, porque no sabíamos si podríamos recuperar los equipos a tiempo”, recuerda el joven realizador de Bremerhaven.

Tras cuatro días de gestiones y trámites, en medio del nerviosismo y temor a perder el barco que los conduciría a la Antártida, los tres jóvenes recuperaron el equipaje y volaron rumbo a Ushuaia, Tierra del Fuego, última escala en el continente y puerto de embarque del barco de expediciones Ortelius, “Llegamos justo una hora antes de que zarpara. Fue muy estresante”, relata.

Tim, Michael y Dennis embarcaron las 10 grandes maletas con equipamiento, cámaras, baterías, ropa e implementos para este clima extremo y comenzaron el último tramo hacia su destino. Quien navega rumbo a la Antártida sabe que antes de poner pie en el continente helado hay que superar  una dura prueba: el paso Drake, aguas famosas por sus fuertes vientos y oleaje, que separan América del Sur de la Antártida, y donde se encuentran los océanos Pacífico y Atlántico. “El paso Drake es de las aguas más tormentosas del mundo. La navegación, de varios días, fue muy dura. Tuvimos olas de 10 a 15 metros de altura”, relata Tim.

Entre pingüinos y témpanos

Durante casi un mes, los tres viajeros recorrieron diferentes paisajes del continente, por aire, mar y tierra. El barco cuenta con un helicoptero y varios botes que les permitieron acceder a los lugares más aislados. No sólo avistaron enormes témpanos, paisajes indescriptibles y parte dela fauna local, como pingüinos y focas.

La experiencia de compartir juntos este sueño confirmó en ellos la motivación que tuvieron al iniciar este viaje y que ahora quieren compartir a través de un documental que están editando con las 120 horas de filmación que reunieron.

“Con el film queremos animar a nuestra generación joven a buscar un trabajo que les entusiasme y que no sólo les dé seguridad o que sea fácil, sino que persigan su pasión, se tomen el tiempo para orientarse y, antes de entrar en el sistema, buscar lo que realmente les guste”.

Aunque el mal tiempo no siempre los dejó salir del barco y contrajeron una fuerte gripe al final del trayecto, este viaje a la Antártida es para ellos el ejemplo de cómo combinar trabajo y pasión. “No fue fácil de organizar, pero cumplimos nuestro sueño y por eso es una de las grandes experiencias de nuestras vidas. Siempre hay altos y bajos, pero realmente vale la pena luchar por lo que uno quiere. Eso es lo que queremos mostrar con esta película”.

Otra de las motivaciones tiene que ver con su lugar de origen. “Bremerhaven es una ciudad bastante subestimada. Es relativamente pequeña y con alta pobreza para Alemania, y siempre se muestra en relación con cosas negativas. Quisimos hacer un proyecto, desde aquí, que mostrara algo distinto”.

A pesar de ser en ocasiones poco valorada, Bremerhaven tiene otros ejemplos notables que lo vinculan también con la Antártida, el medio ambiente y la migración. Aquí se encuentra la sede principal del Alfred Wegener Institut, el centro de investigación alemán sobre regiones marinas y polares, que dirige expediciones regulares a la Antártida.

Aquí también está el Museo de la Migración Alemana, dedicado a los procesos que llevaron a millones de alemanes a dejar el país para encontrar un nuevo hogar en el continente americano. De hecho, este fue el puerto de embarque de la mayoría de ellos. Asimismo, aquí se ubica un moderno museo dedicado al clima en el mundo, llamado Klimahaus, que educa y recrea las diferentes zonas climáticas del Planeta.

El documental Projekt Antarktis está en proceso de postproducción y esperan estrenarlo en cines alemanes a fines de 2018.

Victoria Dannemann

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