De compras por el este
25 de noviembre de 2003Europa del este se convirtió en una de las zonas que más atractivo presenta para las inversiones alemanas, sobre todo después de que la UE admitiese a 10 nuevos miembros en su organización, la mayoría del antiguo eje soviético y fronterizos con Alemania. Esto supuso una oportunidad de oro para la economía alemana y sus ambiciones de expansión.
Pero esta expansión, si la examinamos en el sector de la prensa , quizás haya ido demasiado lejos y ya se levantan voces en contra del monopolio de medios germanos, que posee más del 50% del mercado en países como Polonia, Hungría y la República Checa. Las empresas alemanas que se han repartido el pastel del este son principalmente el consorcio WAZ y el Grupo Editorial Passau. Según los datos, el 85% del capital de las editoriales de Europa del este pertenece a grupos extranjeros, y más del 50% está en manos germanas.
El monopolio germano-checo
El más ilustrativo es el ejemplo de la República Checa. En la capital, Praga, el antiguo Rude Pravo, afín al Partido Comunista Checo, publicado actualmente bajo el nombre de Pravo, pertenece a una editorial checa. El restante 80% del mercado esta en manos de alemanes, suizos y finlandeses. El grupo editorial de Passau adquirió la editorial checa más grande, Vltava Labe-Press (VLP). Actualmente publica 11 periódicos regionales y 13 revistas semanales. El portavoz del grupo de Passau respondió a la pregunta sobre la influencia alemana en los contenidos con la evasiva de que un alemán no puede hacer un periódico checo. Junto al grupo de Passau, un grupo editorial de Düsseldorf posee el 20 % del VLP. Este grupo publica a través de su sociedad Mafra el periódico MF dnes, uno de los considerados serios en el país eslavo con 350.00 ejemplares. Este medio es conocido por su dura crítica a la política del gobierno checo. Las acusaciones del gobierno al periódico por la crítica y su parcialidad en el asunto de los sudetes alemanes manifiestan la preocupación por el monopolio alemán del mercado y su influencia en los contenidos.
Continuando en la República Checa, encontramos otro ejemplo de los problemas que está causando la estrategia alemana. En 2003 comenzó su andadura un periódico calificado como independiente. Esta revista salió a conquistar al lector ofreciendo un magazine a bajo precio llamado Impuls. Un conflicto de competencia con la distribuidora de prensa PNS, provocó un boicot y llegó al extremo de condicionar a los quioscos a elegir entre el Impuls o todos los demás. Esta medida supuso el final del nuevo magazine que, pese a sus pronósticos optimistas, sólo duró 5 meses.
Los nuevos horizontes de expansión
Las editoriales alemanas son también las que ocupan la mayor parte del mercado polaco. En este caso Gruner&Jahr, Springer, la editorial Bauer y por supuesto, de nuevo el Grupo Editorial de Passau. Los periodistas polacos creen que este monopolio del capital alemán influye decisivamente en la libertad de opinión. Además de los periódicos, también la mayoría de las agencias de publicidad están en manos germanas. La incursión al mercado polaco de los alemanes provocó incluso que la Asociación de Periodistas Polacos se dirigiera a la oficina de protección de la competencia y del consumidor para pedir un examen de la situación y juzgar si se trata de actividades monopolistas.
También en Hungría, el grupo WAZ compró varios periódicos regionales en el sur y el oeste del país. El consorcio compró también varios periódicos en Budapest y otras regiones y ocupó además un segmento importante del mercado de los periódicos gratuitos. En otros países de Europa del este, la participación alemana en el mercado editorial es menor pero también significativa. Por ejemplo en Eslovaquia, 30 periódicos pertenecen a empresas alemanas y también hay participación alemana en los países bálticos. La estratégia sigue adelante y se extiende. Incluso hace poco, el grupo WAZ se introdujo en el mercado de Serbia y Montenegro comprando el Politika, el diario más importante de la zona.