La magnitud de la pandemia también es consecuencia de la mentira política. La lucha contra el coronavirus solo puede tener éxito si todos los hechos están sobre la mesa, dice Rodion Ebbighausen.
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El arma más importante en la lucha contra el coronavirus es la verdad. Esto es palpable en el caso de China, donde el virus apareció por primera vez. Al comienzo del brote, cuando las posibilidades de contención aún eran altas, los cuadros y las fuerzas de seguridad del Partido Comunista Chino intimidaron a los médicos. Las evidencias fueron destruidas, los hechos negados. La consecuencia: primero una epidemia nacional, luego una pandemia global.
Gobiernos en los que nadie confía
El caso de Irán también lo demuestra. El régimen ha estado mintiendo a su gente durante años. Cuando el Gobierno, después de un largo periodo de indecisión y contra la resistencia de algunos mulás, tomó medidas contra el virus, la población no las tomó en serio. Fue una fatal confirmación del dicho "no se confía en quien haya mentido una vez, incluso si dice la verdad". La consecuencia: más de 2.500 muertes confirmadas oficialmente hasta ahora. Nadie cree que esa sea la verdadera cifra.
En Estados Unidos, donde el Gobierno venera "hechos alternativos", primero se negó la amenaza del virus y luego se minimizó. Cuando el impacto de la epidemia fue evidente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomó algunas medidas a regañadientes. Pero ha dejado muy claro que, al final, antepone la economía a la salud de la población. La consecuencia: más infecciones que cualquier otro país del mundo.
A un virus no le importa la política. La retórica y las palabras tampoco le impresionan. Lo único que importa son los hechos. Solo se le puede vencer con conocimientos científicos y con criterio.
Populistas de derecha, nada que aportar
Es una buena señal que los políticos en Europa y Alemania busquen el asesoramiento de expertos en la crisis e incluyan sus apreciaciones en sus decisiones. Parece que se han superado los últimos meses y años en los que los populistas de derecha, la AfD en Alemania, Viktor Orban en Hungría, Matteo Salvini en Italia, por nombrar algunos, impulsaban la agenda política. La situación actual pone una cosa de manifiesto: si las cosas se ponen serias, los populistas de derecha no tienen nada que aportar.
La pandemia muestra que la política, que ignora los hechos y solo manipula la información, tiene un alto precio. No solo en Europa, sino en todo el mundo. Muchos ahora lo pagan con sus vidas.
Cuando el virus sea derrotado en unos pocos meses y con la ayuda de la ciencia así será, solo nos cabe esperar que la gente al final se dé cuenta de que la verdad sí importa. Especialmente en política. (rmr/few)
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La moda no incomoda: mascarillas con diseños para luchar contra el coronavirus
En contraste con muchos países asiáticos, en Occidente no se consideraba normal el uso de mascarillas. Ahora, frente a la crisis de la COVID-19, muchos productores buscan sacar provecho y revertir la situación.
Imagen: AFP/R. Arboleda
"Respira y sonríe"
"Lo más hermoso que usas todos los días es tu cara", aseguran los fundadores de la empresa neozelandesa AoAir. "Nuestra tecnología permite que el mundo la vea", agregan. Según sus fundadores, la máscara es 50 veces más efectiva filtrando el aire que sus competidores. En Europa, el uso de mascarillas sigue siendo un tema de debate.
Imagen: Courtesy of AoAir
Una costumbre muy normal en oriente
"Tras esto hay una diferencia cultural. En Europa impera un individualismo que trae aparejada la costumbre de llevar la cara descubierta. Los únicos que van enmascarados son los criminales", asegura el filósofo surcoreano Byung-Chul Han. Según el filósofo residente en Berlín, el uso de la mascarilla en Asia ha sido central en la lucha contra el virus. "Europa está fracasando", afirmó en "El País".
Imagen: Courtesy of O2 Today
La pandemia podría cambiar la tendencia
A pesar de las críticas, los occidentales han empezado a incorporar su uso. Tras entender que las mascarillas —muchos todavía aseguran que no son efectivas— pueden ayudar a combatir el virus, productores han empezado a incorporar moda a las mascarillas para facilitar el uso en la vida cotidiana. En la foto, un hombre pasea con su perro en Caracas, Venezuela.
Imagen: AFP/F. Parra
Moda y salud, en el mismo bando
AusAir es una empresa basada en Australia. Además de ofrecer mascarillas con un diseño simple y moderno, ofrecen filtros de aire con diferentes fragancias de Australia, como eucaliptos de Sídney, lavanda de Tasmania o árbol de té costero.
Imagen: Courtesy of AusMask.
Diseño británico
Con dos plantas de producción en Reino Unido y China, Cambridge Masks busca "desarrollar una máscara de alto funcionamiento y a la moda que brinde el mejor desempeño para la salud respiratoria de quien lo porte". La compañía asegura que la capa de filtración interna está hecha de una tela de carbón activado 100% puro, que fue inventada originalmente por el Ministerio de Defensa del Reino Unido.
Imagen: Courtesy of Cambridge Masks Co.
Mascarillas para todos los estilos
A pesar de que la gran mayoría de empresas tienen como enfoque la polución del aire, sus mascarillas también prometen ser efectivas para la protección frente a bacterias y virus. Las máscaras de la empresa holandesa de O2 Safe Air cuentan con filtros de grado médico.
Imagen: Courtesy of O2 Today
Lejos de la moda en Europa
En un estilo diferente al de muchas marcas de "moda", las mascarillas también las hay en estilo más irreverente y llamativo. Este es el caso del policía colombiano en Bogotá quien luce una mascarilla, al parecer, de "Hulk", el hombre increíble.