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De infarto: Francia vence a Inglaterra en duelo de titanes

José Ospina Valencia14 de junio de 2004

En los últimos segundos Francia defendió su título europeo contra Inglaterra por dos a uno. El gran espectáculo esperado fue todo un drama con feliz desenlace para los galos y escalofrío para los anglosajones.

Zidane reconquista la gloria para Francia.Imagen: AP

No cabe duda. Este ha sido el mejor de los cuatro partidos jugados hasta ahora en la Eurocopa 2004 en Portugal. Francia e Inglaterra lucieron como dos de los más fuertes aspirantes a la final del próximo 4 de julio. El encuentro entre Francia e Inglaterra fue el primero declarado de alto riesgo por la rivalidad histórica de ambos países y por la legión de aficionados que inundaron la incomparablemente bella capital portuguesa. Todo el partido trajo sorpresas, pero en los últimos dos minutos se produjo un vuelco insólito. En dos minutos Zidane desvió el destino del partido trastocando la fiesta que los anglosajones ya venían venir. Un magistral lanzamiento de falta que contó con la colaboración del portero James y un penal, señalado tras una ruda e innesaria acción del inglés Gerrard, devolvieron al capitán francés la gloria perdida en las últimas batallas tanto en su equipo como en la selección.

David Beckham con una guirnalda de collar. ¿El último grito de la moda?Imagen: AP

El insigne onceno francés luchaba atascado en el fango cuando Zidane acudió al rescate. Llegó el superman galo y en un dos por tres revolcó a los muy esforzados británicos con la naturalidad y el aplomo de un verdadero astro del fútbol. Su seguridad y sosiego son apabullantes. Un tiro libre, los nervios bien puestos, el justo cobro de un penal - todo en el tiempo de descuento - y la victoria para Francia se hizo realidad.

Fatal: cantar gloria antes de la victoria

Para Inglaterra empero, lo que parecía una victoria segura se convirtió, en un abrir y cerrar de ojos, en una verdadera pesadilla. Ya los miles y miles de seguidores venidos de la isla entonaban su himno nacional, intercalando cánticos de mal gusto, cuando la realidad se les vino encima y los dejó paralizados en el mismo sitio en que se encontraban. Ahora debe estar corriendo en Lisboa mucha menos de esa cerveza oscura y caliente que acostumbran a libar con tanta pasión los ingleses. A cambio, en Portugal y Francia, los ríos de vino tinto deben estar creciendo aún.

Un epílogo apasionante para un partido de verdad, con dos titanes europeos en el campo. Con una Inglaterra que mantuvo en vilo a los franceses durante buena parte de la contienda, pero que cayó víctima de su propia brusquedad. Errático fue el manejo de la pelota - y sus puntapiés en numerosas ocasiones. Beckham falló un penal ante la inspiración de Barthez y Zidane firmó la subyugación final de los isleños. Inglaterra tiró todo por la "borda" del magnífico Estadio de la Luz tras un desempeño mayormente bueno. Acosó a los franceses hasta pocos centímetros antes del abismo, transpiró mares completos y aprovechó la pelota abandonada por los galos al máximo. Inglaterra, como equipo, subsanó las pálidas apariciones de Owen y Beckham.

Astros entre astros

Los franceses Thierry Henry y Zinedine Zidane y los ingleses Michael Owen y David Beckham, cuatro de los mejores jugadores del mundo, fueron algunos de los "galácticos" en el Estadio de Benfica. Al atractivo del partido contribuyó el hecho de que jugadores de ambos equipos militan en el misma liga, o en el mismo equipo, como es el caso de Zidane y Beckham en el Real Madrid, o de Silvestre y Paul Scholes en el Manchester United. "Tenemos el máximo respeto por Thierry Henry", había dicho antes del partido Owen, compañero de equipo del francés en el Arsenal de Londres. Por su parte, Henry confesó sobre su compañero que "es un magnífico jugador" y que hay pocos capaces de hacer lo que él consigue sobre el terreno de juego. Los dos equipos, claros favoritos del grupo B que conforman junto a Suiza y Croacia, lo son también para llegar a la final.

Las barras británicas disfrutan las altas temperaturas en Lisboa.Imagen: AP

Espacio aéreo restringido

El partido fue calificado de alto riesgo y estuvo rodeado de grandes medidas de seguridad. No obstante, Lisboa acogió a unos 30.000 aficionados ingleses y franceses. Para garantizar la integridad de todos hubo un gran despliegue policial, con casi 4000 policías, con unos mil de ellos dentro del estadio. El espacio aéreo sobre Lisboa fue cerrado entre mediodía y medianoche.

Este lunes, el balón se lo pelearán Dinamarca contra Italia y Suecia contra Bulgaria en el grupo C. La tercera jornada promete más sensaciones.

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