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¿De qué sirve que en Sudamérica se reconozca al Estado palestino?

8 de diciembre de 2010

Israel condenó la decisión de Argentina de seguir los pasos de Brasil y sumarse a los países que reconocen al Estado palestino aún antes de su fundación. Expertos alemanes relativizan la trascendencia de este gesto.

Fernández de Kirchner envió una nota a Abbas informándole que Argentina reconocía a Palestina como Estado libre e independiente.Imagen: picture alliance / Photoshot

Agosto de 2011 es la fecha tentativa que los líderes palestinos se han fijado como límite para culminar la erección de sus instituciones oficiales y solicitar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que reconozca a Palestina como Estado libre e independiente, en caso de que sus negociaciones de paz con el Gobierno de Tel Aviv fracasen del todo.

Desde hace meses, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) sueña con recibir el visto bueno de ese foro internacional y declarar legalmente como palestinas las tierras de Cisjordania, la Franja de Gaza –actualmente regida por la organización radical islámica Hamas– y el este de Jerusalén, una zona ocupada por el Estado israelí en 1967 y anexada a su territorio más adelante. Apoyo moral no le falta a la ANP.

La ANP se prepara para solicitar a la ONU que reconozca a Palestina como Estado libre e independiente.

Argentina siguió los pasos de Brasil y se sumó el lunes pasado (6.12.2010) a los más de cien países que reconocen al Estado palestino aún antes de su fundación. El 4 de diciembre, el presidente de la ANP, Mahmud Abbas, agradeció a su homólogo brasileño el haber reconocido al Estado que deberá asentarse en los territorios que los palestinos perdieron entre el 5 y el 10 de junio de 1967, durante la Guerra de los Seis Días.

Tel Aviv reaccionó este martes (7.12.2010) condenando las mociones de Buenos Aires y Brasilia, alegando que una solución definitiva del conflicto entre israelíes y palestinos –incluyendo la instauración de un Estado por parte de los últimos– sólo podía ser el fruto de acuerdos satisfactorios para ambas partes.

¿Una moción de bajo impacto?

“Ellos están haciendo pedazos los cimientos del proceso de paz”, comentó el vocero del ministerio israelí de Relaciones Exteriores, Yigal Palmor, subrayando que los anuncios de Argentina y Brasil no alteran en absoluto la situación real sobre el terreno ni promueven la concordia entre las partes en conflicto.

Jorge Gordin, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos (ILAS) del GIGA, en Hamburgo, coincide hasta cierto punto con Palmor: “Es normal que Israel contemple esta situación como un asunto de vida o muerte, pero yo no creo que las posturas de Argentina y Brasil tengan consecuencia alguna y, si surten algún tipo de efecto, será más negativo que positivo, como conseguir que Israel y Estados Unidos se vuelvan aún más intransigentes de lo que ya son en esta materia”.

La presidenta Fernández recibió a Abbas hace unos meses. (Archivo)Imagen: AP

El congresista estadounidense Eliot Engel, presidente del subcomité para el Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes, criticó enérgicamente al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, por reconocer al Estado palestino dentro de las fronteras de 1967, señalando que esa no es la manera de “obtener respaldo como poder emergente o para convertirse en miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU”.

A juicio de Engel, el talante condescendiente de da Silva de cara al presidente iraní, Mahmud Ahmedineyad, está presentando una “imagen muy gris” de Brasil; pero Wolfgang Hein, otro investigador del ILAS-GIGA y co-autor del análisis La política de Latinoamérica para el Cercano Oriente: entre Israel e Irán junto a Oz Aruch, ve la situación desde otra perspectiva.

América Latina y el Cercano Oriente

“La importancia que Brasil le da a sus relaciones comerciales con los Estados árabes, incluido Irán, no debe ser percibida como una razón para que le dé la espalda a sus intercambios económicos con Israel; la mayoría de los países europeos tienen buenas relaciones económicas tanto con Israel como con los Estados árabes”, sostiene Hein.

El experto explica además que las relaciones exteriores de las naciones de América Latina son muy heterogéneas: así como Chile, Colombia y México se alinean con la política estadounidense para el Cercano Oriente, países como Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y Ecuador cooperan estrechamente con Irán y critican duramente a Israel; mientras tanto, Argentina y Brasil se esmeran en defender sus propios intereses y cultivar relaciones armoniosas con ambos.

El presidente da Silva con representantes de Irán y Turquía.Imagen: ISNA

Gordin, cuya área de experticia es el Cono Sur, pero también conoce los vericuetos del acontecer histórico-político israelí, hace hincapié en que es demasiado pronto para hacer una disección de todas las razones que podrían explicar el reconocimiento del Estado palestino por parte de Brasil y Argentina en este momento.

Por un lado, los anuncios de Lula y de la presidenta argentina, Cristina Fernández viuda de Kirchner, tienen lugar apenas unos días después de que Abbas les escribiera solicitando su apoyo y a pocos meses de que éste los visitara. Por otro, el veloz ascenso de Brasil como economía emergente ha consolidado la posición de este país como actor político global y atizado el interés de su Gobierno en articular una política exterior propia.

El ego del bienhechor

“Insisto, en este instante no puedo sino describir escenarios tentativos. Pero yo creo que Israel va a ver a Argentina simplemente como un país que quiere quedar bien con Brasil y a Brasil como el país con verdaderos motivos estratégicos para reconocer al Estado palestino: Brasil quiere asumir una postura distinta e independiente de la de Estados Unidos en materia de política internacional; como cuando Lula se presentó a sí mismo como ‘el puente entre Irán y Occidente’ hace algunos meses”, dice Gordin.

¿No ven los analistas políticos indicios para creer que Brasil tenga en la mira objetivos más concretos que masajear su ego de global player? ¿Qué hay de sus posibilidades de participar en el proceso de reconstrucción de Palestina?

El presidente Obama (al centro) media entre Israel y Palestina. (Archivo)Imagen: picture-alliance/dpa

“Eso puede ser de interés para Brasil y los otros países del Mercosur”, opina Hein; después de todo, la estrategia de reconocer al Estado palestino es compartida por el Gobierno del uruguayo José Mujica.

“Pero, considerando que la Unión Europea (UE) y hasta Estados Unidos están comprometidos con ese proceso desde hace años, sólo quedaría un nicho muy pequeño susceptible de ser ocupado. En comparación con las posibilidades de comercio e intercambio económico que ofrecen los Estados árabes, las que ofrecería Palestina como Estado independiente no serían muy atractivas”, agrega el investigador.

Todo cambia, todo sigue igual…

“Yo diría que, más que en la reconstrucción, Brasil estaría interesado en venderle armamento a los palestinos. Brasil es uno de los grandes exportadores mundiales de armamento de medio calibre”, acota Gordin, dejando en el aire la impresión de que, en un conflicto tan complejo como el protagonizado por los israelíes y los palestinos, no hay mediadores inocentes ni gestos de apoyo altruistas.

En todo caso, las repercusiones del espaldarazo propinado por Argentina y Brasil a la causa palestina aún están por verse. “Estaríamos ante un hito importante si en los próximos dos meses otros países deciden reconocer al Estado palestino; y si se tratara de potencias europeas, la situación se le complicaría a Estados Unidos”, especula Gordin.

Hein disiente de su colega: “Estas muestras de respaldo pueden fortalecer un poco la posición de los palestinos en sus negociaciones con Israel; pero, aún si Palestina fuera reconocida como Estado independiente, su situación no cambiaría mucho de un día para otro. La magnitud de sus disputas con Israel, no solamente en materia territorial, seguirían haciendo necesario que Estados Unidos y Europa intervinieran como mediadores, como lo hacen varios países entre Estados independientes como India y Pakistán. Los problemas en el Cercano Oriente seguirían siendo los mismos, con la diferencia de que la ANP podría sentarse a la mesa de negociaciones como representante de un Estado internacionalmente reconocido”.

Autor: Evan Romero-Castillo

Editor: Enrique López

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