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De taxista a ministro

5 de septiembre de 2002

Extraños son los caminos que han conducido a Joschka Fischer de ser un taxista y librero al actual puesto de ministro de relaciones exteriores alemán y figura clave del Partido Verde.

Joschka Fischer, ministro de Relaciones Exteriores sólo pide: ¡Denme 4 años más!Imagen: AP

En 1968, en plena revolución estudiantil, Joseph Martin Fischer – a quien todo el mundo llama simplemente Joschka – formaba parte de una agrupación radical que en las calles de Fráncfort enfrentaba a la ley a pedradas. Hoy, 34 años después, el ministro de Relaciones Exteriores del gabinete socialdemócrata-verde del gobierno de Gerhard Schröder, y sin duda la figura más importante y conocida de su partido ecologista, lucha por su reelección en los comicios del próximo 22 de septiembre. Aun cuando es el político más popular de Alemania, tiene el mismo problema que su canciller: traducir los altos porcentajes de popularidad en votos contantes y sonantes de los electores.

Juventud movida

Fischer, nació en 1948, hijo de un carnicero húngaro-alemán. Desde temprana edad se sintió atraído por la política y los problemas de la sociedad alemana. No terminó sus estudios escolares y no cuenta con estudios universitarios. Formó parte de una agrupación radical de izquierda llamada "Revolutionärer Kampf" (RK - "Lucha Revolucionaria"). Rara vez faltaba en las protestas y manifestaciones contra el establishment. Taxista y librero fueron dos de sus varios trabajos para ganarse la vida en la época en la aún llevaba el pelo largo y una barba.

Cambio radical

Los actos terroristas de1977 que azotaron a toda Alemania hicieron cambiar de opinión al joven Fischer, quien se convirtió en ecologista y pacifista. Cuando en enero de 1980 se funda el Partido Verde alemán, Fischer encuentra una plataforma política para propagar sus ideas. En 1983 es electo por primera vez diputado. En 1985 llega a ser el primer ministro verde en Alemania, en el gobierno socialdemócrata - verde del estado federado de Hesse. Los zapatos deportivos blancos que llevaba al momento de su juramento ante el pleno del parlamento de Wiesbaden hicieron historia y se encuentran ahora en un museo.

Después de 16 largos años de lucha para cambiar al país y convertirlo en lo que él llama, república "ecológica-social", Fischer alcanzó en 1998 la cumbre de su carrera política. Como ministro de Relaciones Exteriores y vicecanciller – ahora en traje gris y pelo corto del mismo color - ha tenido cuatro años para realizar sus propósitos, entre ellos poner fin a la era de la energía nuclear en Alemania. Pero también ha tenido que transigir. La disyuntiva sobre el envió de soldados alemanes a Kosovo, por ejemplo, casi provocó una ruptura en su partido tradicionalmente pacifista.

El ministro en campaña

Ahora Fischer lucha nuevamente, esta vez por si mismo. "Quiero ser ministro de relaciones exteriores por cuatro años más", dice abiertamente en su campaña electoral. "Y si ustedes también lo quieren, necesito cada uno de sus votos." Cientos de ciudadanos se reúnen en plazas y mercados para oír al ministro verde, que aparece en un autobús, obviamente de color verde. "Joschka" - su nombre - es todo lo que dice en él - y al mismo tiempo es su programa. Fischer y los verdes parecen ser una sola cosa.

Un futuro incierto

Aunque no es su jefe, Fischer, casado por cuarta vez y padre de dos hijos, es el verdadero líder del Partido Verde y su principal candidato para las elecciones del 22 de septiembre. Nadie sabe si el partido tendría un futuro sin él. La pregunta es qué hará Fischer en el caso de perder los comicios ? Con seguridad no volvería a conducir un taxi, aunque tratándose de Fischer, quién sabe ?