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Debate presidencial en Colombia: pocos proyectos concretos

21 de abril de 2022

Destacados, ganadores y perdedores: desde Bogotá, el corresponsal de DW para América Latina analiza el encuentro entre seis de los ocho candidatos a ocupar la Casa de Nariño.

Debate presidencial en Colombia. (20.04.2022).
Debate presidencial en Colombia. (20.04.2022).Imagen: Juan Barreto/AFP/Getty Images

Lo primero es decir que no hubo un "debate”. Los seis candidatos a la presidencia de Colombia evitaron -deliberadamente o no- todo tipo de confrontación, con lo cual el encuentro se pareció más a una sesión de preguntas y respuestas que a un intercambio de propuestas políticas en la víspera de una elección.

En segundo lugar, abundaron las ideas pero faltaron los planes que las sustentaran. La mayoría de los candidatos coincidió en propuestas previsibles, como la creación de empleo, la generación de riqueza, la protección del medioambiente y la ampliación de la conectividad en el territorio colombiano. Pero en contadas ocasiones se explicó cómo esos planes se llevarían a cabo, y sobre todo de qué forma se financiarían. Las políticas públicas pueden ser muy buenas en la teoría, pero, sin excepción, necesitan presupuesto para ser ejecutadas. Al faltar ese elemento fundamental, se hacen nebulosas y, en términos pragmáticos, inviables.

En tercer lugar, la ausencia de dos de los candidatos que aparecen entre los primeros lugares en las últimas encuestas realizadas fue, cuando menos, decepcionante. Se trata de Gustavo Petro y Sergio Fajardo (primero y cuarto, según el Centro Nacional de Consultoría). Petro canceló su asistencia sin dar explicaciones; Fajardo aludió al mal clima, que no le permitió despegar de Villavicencio, donde cumplía actos de campaña.

Ingrid Betancourt, antes del debate presidencial en Colombia. (20.04.2022).Imagen: Juan Barreto/AFP/Getty Images

Finalmente, se debe subrayar el desorden con que se desarrolló la sesión, con unas reglas que iban explicándose en la medida en que se desarrollaba el encuentro, y con unos tiempos de respuesta que no siempre fueron respetados. Claudia Morales, que debía moderar el debate, por momentos se permitió reflexiones en tono paternalista, aconsejando a los candidatos lo que deberían tomar en cuenta para futuras discusiones. En fin, fue un debate que, tanto en la forma como en el fondo, podría haber ofrecido más a los electores colombianos.

Los temas: racismo, educación, ecología

Johan Ramírez, corresponsal de DW para América Latina.Imagen: Privat

El encuentro comenzó abordando el racismo y las problemáticas rurales. Cada candidato se extendió en ideas superfluas, mientras Luis Pérez, exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia, propuso legalizar el cánnabis como una solución a la violencia causada por los cultivos ilegales en los territorios. Asegura que esa decisión, entre otros beneficios, generaría 17 empleos por hectárea en las zonas afectadas. En una de las solas interacciones entre los participantes, el senador John Milton Rodríguez le refutó, argumentando que "no se puede recurrir a la legalización cada vez que un delito nos quede grande”.

En cuanto a educación, Fico Gutiérrez (Coalición Equipo por Colombia) prometió llevar internet a todo el país, incluyendo a los lugares más apartados de la Amazonía, para promover la enseñanza digital, pero, de nuevo, no dijo cómo financiaría semejante proyecto. Enrique Gómez (Salvación Nacional) propuso en ese sentido que Colombia lance su propio satélite. Según sus propias estimaciones, esto costaría 150 millones de dólares, sobre lo que ironizó: "Si el Estado tenía 300 millones para prestarle a Avianca, por qué no tendrá 150 para lanzar un satélite”, en referencia al crédito que el actual Ejecutivo pretendió otorgarle a la aerolínea para salvarla en medio de la pandemia (en realidad fueron 370 millones).

Gustavo Petro, candidato a las presidenciales en Colombia, estuvo ausente en el debate televisivo.Imagen: Luis Eduardo Noriega/Agencia EFE/IMAGO

En materia ecológica, varios candidatos concordaron con que las comunidades locales fueran quienes se encarguen de velar por la protección del medioambiente, para lo cual recibirán un salario, e incluso bonificaciones, cuando ese cuidado cumpliera con determinados criterios. Rodolfo Hernández (Liga de Gobernantes Anticorrupción) propuso que, para garantizar la efectividad de la medida, esas comunidades sean supervisadas vía satélite. "Es muy fácil hacerlo”, afirmó, sin dar detalles. En ese sentido, Ingrid Betancourt (Verde Oxígeno) apuntó que hará falta el "acompañamiento del Estado” para las comunidades que asuman tales responsabilidades. Fue la única que resaltó la necesidad de que las autoridades estén presentes en ese proceso. Y esto no es un detalle, pues en Colombia el activismo se puede pagar muy caro: en lo que va del año, más de cincuenta líderes y lideresas sociales han sido asesinados, según cifras de INDEPAZ.

Acuerdo de Escazú y malentendidos

Una de las secciones del encuentro constó de preguntas cerradas, que los candidatos debían responder con un "sí" o un "no". Para solo mencionar algunas, todos los participantes estuvieron de acuerdo en reducir el gasto público, menos Ingrid Betancourt. En cuanto al restablecimiento de relaciones diplomáticas con el régimen de Nicolás Maduro, solo Fico Gutiérrez dijo que no, mientras Betancourt se abstuvo de responder; todos los demás dijeron que sí lo harían. Finalmente, en relación con la ratificación del Acuerdo de Escazú, sólo Betancourt y Pérez se mostraron favorables. El resto dijo que no, mientras Rodolfo Hernández se abstuvo, al parecer, por desconocer el contenido de ese tratado. De hecho, Gutiérrez tuvo que acercársele para darle algunas explicaciones que Hernández pareció no entender. Fue una escena que se repitió varias veces durante la tarde, generando en ocasiones risas entre los presentes.

De izqda. a dcha.: en el debate presidencial, los candidatos Enrique Gómez, Federico Gutiérrez, Rodolfo Hernández y Luis Pérez. (20.04.2022).Imagen: Juan Barreto/AFP/Getty Images

Ganadores y perdedores del debate

Parece difícil perder un debate sin participar en él, pero da la impresión de que Gustavo Petro, al no asistir a este encuentro, sin ofrecer explicaciones, es el gran perdedor. Sobre todo, dado que su campaña se encuentra en el centro de no pocas controversias. En democracia, la confrontación de ideas es la base del acto electoral. Evitar ese espacio lo hace deslucirse. Como ya se dijo, Rodolfo Hernández se notó cansado, desprevenido, con frecuencia fue incapaz de responder las preguntas en los tiempos establecidos. Subrayó su edad (77 años) como una ventaja, pues le otorga más experiencia que todos sus rivales. Sin embargo, en la práctica, eso pareció jugarle en contra.

Del resto de los candidatos, muy lejos de la contienda según las encuestas, no podría decirse que esta reunión les permitirá ganar apoyos suficientes para impactar significativamente en los resultados de la primera vuelta. Así las cosas, Fico Gutiérrez, quien se ubica segundo en la intención de voto, y quien tuvo una participación medianamente aceptable, podría felicitarse de salir fortalecido. (cp)

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