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Debate sobre el islam:

Loay Mudhoon
21 de marzo de 2018

El Ministro del Interior alemán, Horst Seehofer, separa el islam y los musulmanes alemanes. Es una perspectiva ajena a la realidad. Este país ha avanzado más de lo que refleja ese falso debate, opina Loay Mudhoon.

Horst SEEHOFER CSU Ministerpräsident Bayern
Imagen: Imago/Sven Simon

"El islam no pertenece a Alemania, pero los musulmanes que viven en este país sí que pertenecen a Alemania”. Esta frase está en realidad tan desgastada y tan ajena a la política real que no se le debería conceder ninguna atención.

Sin embargo, la seducción del populismo induce a no pocos políticos y líderes de opinión a alimentar los recurrentes debates sobre el islam con esa cuestión de enorme trascendencia política.

En realidad, en Alemania ya hemos avanzado mucho más en el discurso en torno al islam que lo que permite suponer, a primera vista, una declaración abstracta y populista. Hace 13 años, el entonces Ministro del Interior alemán, Wolfgang Schäuble, organizó la primera Conferencia Alemana sobre el Islam, y hace casi diez años, se crearon las primeras cátedras de teología islámica en las universidades germanas.

Más información: Merkel reitera que el islam y los musulmanes son "parte" de Alemania

Los musulmanes no existen sin el islam

La diferencia realizada por Seehofer entre musulmanes e islam no se puede justificar desde el punto de vista práctico, pero tampoco jurídico. Es y seguirá siendo una frase ajena a la realidad. Los motivos son evidentes:

Primero: Las creencias religiosas de los ciudadanos de este país pertenecen a su esfera privada. La religión no decide la pertenencia a nuestro país. Nuestra Constitución liberal y democrática, ideológicamente neutral e incluso cuenta con el deber de proteger la libertad religiosa, como cualquier otro derecho fundamental.

Segundo: Cuando los ciudadanos pertenecen a nuestra Constitución nacional, su religión también y de forma automática. Al fin y al cabo, los alemanes creyentes musulmanes no se dejan separar de su religión.

Y tercero: Con la recurrente pregunta sobre la pertenencia o no pertenencia del islam a Alemania, los musulmanes se convierten en una masa homogénea e invisible. Se les priva de su individualidad.

Sin embargo, los musulmanes no son autómatas del Corán, muy pocos musulmanes en Alemania se definen únicamente por su condición religiosa, incluso cuando algunas asociaciones musulmanes conservadoras intentan transmitir esa impresión. Además, la identidad solo se puede entender en el contexto islámico plural.

Mudhoon Loay, jefe del portal digital qantara.

Política de identidad a través de la exclusión

Horst Seehofer reactiva, a través de este debate superficial y a costa de la minoría musulmana, una política de identidad peligrosa y, al mismo tiempo, llena de clichés.

Esta política es peligrosa porque conlleva al enfado y a problemas dolorosos de identidad entre la gente joven que no conoce otra patria que Alemania. Así, el nuevo ministro dificulta la identificación de la gente joven con nuestro país y no le hace ningún favor a la integración.

Y es estereotipada, porque niega la influencia del islam en Alemania y Europa. Seguramente tiene que ver con la construcción de una identidad judeocristiana históricamente insostenible, pero que se la encuentra con mucha frecuencia en los discursos populares.

Sin ninguna duda, la visibilidad de los musulmanes en la vida pública es irritante para una parte de la población. Pero no tiene nada que ver con la "islamización de occidente”, sino con la libertad que ofrece nuestra Constitución y la fomentada igualdad entre el islam y las iglesias cristianas. Por eso, es también importante debatir con frecuencia, en principio y públicamente sobre la relación entre el Estado y la religión.

Pero esos debates no deben llevarnos a no poder debatir más sobre las cuestiones específicas e inaplazables, porque solo se debatiría a nivel de política simbólica. El nuevo Ministro de Interior alemán tendría que reflexionar más sobre la vida en común plurireligiosa y multicultural en nuestra sociedad de inmigración.

Mucho trabajo para el nuevo ministro

Por ejemplo, tendría que proteger en gran medida todas las mezquitas en Alemania ante los ataque terroristas y apoyar más a los Bundesländer para que haya clases de religión islámica en todo el país. Tiene mucho trabajo por hacer el nuevo ministro.

Aparte de esto, sería una buena idea organizar de nuevo la Conferencia sobre el Islam como plataforma nacional de diálogo. Aquí, se podrían formular declaraciones de modelos vinculantes para una sociedad moderna de inmigración, teniendo como base la participación y la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos de este país.

 

Loay Mudhoon (RMR/EL)

 

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