Debates políticos de Miércoles de Ceniza
22 de febrero de 2012 Cuando el carnaval llega a su fin, el Miércoles de Ceniza, y se entierran todos los ritos populares de la “quinta estación del año”, Alemania se prepara para una pugna verbal llena de emociones. El “Miércoles de Ceniza político” es el día en que la clase
política que participa de las batallas retóricas, en las ciudades bávaras de Passau, Vilshofen y Sonthofen, no dejan títere con cabeza. Con el comienzo de la Cuaresma cristiana, que dura 40 días, llega una etapa de reflexión, y los agitados debates de los políticos alemanes siempre dan que hablar. La tradición se remonta al siglo XIX, cuando los campesinos bávaros se reunían para discutir sobre el precio de los productos agrícolas, pero terminaban discutiendo temas políticos.
Franz Josef Strauß, el provocador
En todas las reuniones del miércoles de cenizas político se bebe mucha cerveza. Esta fecha se volvió popular gracias a un político alemán, Franz Josef Strauss, a mitades de los años 70. Fue presidente de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), el partido hermano de la Unión Socialdemócrata (CDU), y se lo considera el padre de las tertulias. Hasta su deceso, en 1988, Strauß criticó año tras año sobre todo a sus rivales del Partido Socialdemócrata (SPD), ofendiéndolos incluso, para gran regocijo de sus adeptos.
Strauss calificó alguna vez a Egon Bahr de “diletante diplomático amateur” durante un Miércoles de Ceniza político. Bahr fue uno de los responsables de los tratados entre las dos Alemanias que precedieron a la reunificación durante su ejercicio como ministro de Asuntos Especiales y luego como ministro de Cooperación y Desarrollo, durante el Gobierno del excanciller Willy Brandt.
Del excanciller Helmut Schmidt, Strauss dijo que era “una seria amenaza a la seguridad”, y coronó su discurso con el famoso lema conservador: “Se llaman socialdemócratas, pero son comunistas”. Y tampoco ahorró en golpes bajos. Durante las protestas estudiantiles de 1968 en Alemania, un diputado de la CSU incluso llegó a decir que el SPD había asumido el poder en 1969 “porque castramos demasiado tarde a esos imbéciles rojos”. Pero los ataques verbales no siempre era de tan bajo nivel. Algunos tenían un lado humorístico: “No es verdad que todas los días me como a un socialdemócrata en el desayuno”, dijo Strauss ante 7.000 espectadores en el salón Dreiländerhalle de Passau, y aclaró luego, con las carcajadas de sus seguidores como trasfondo, que “sólo como lo que me gusta”.
Las reuniones están de moda, y no sólo en Baviera
Inspirándose en la tradición de los grandes mercados ganaderos bávaros, el Miércoles de Ceniza político nació un 5 de marzo de 1919, cuando la Asociación de Granjeros de Baviera invitó a una “gran reunión popular”. En las tabernas se discutía agitadamente sobre temas políticos, y el que aludía con las más agudas críticas a quien pensaba de otro modo se llevaba los aplausos de los espectadores, en su mayoría, en un avanzado estado de ebriedad.
Si bien el miércoles de ceniza político fue, en sus orígenes, exclusivo de la CSU bávara, los socialdemócratas los imitaron a mitades de los años 60 organizando sus propias reuniones. Entretanto, también Los Verdes y el Partido Liberal celebran cada año este ritual de la crítica a la oposición política que no sólo está de moda en Baviera, sino que experimenta un verdadero renacimiento en toda Alemania. Todos los partidos alemanes organizan esta reunión a fines del carnaval, siempre con la presencia de una gran cantidad de periodistas. La atracción que provoca en la opinión pública alemana la crítica política ejercida sin pelos en la lengua sigue siendo enorme, a pesar de que ya pasaron los tiempos en que los proyectos políticos eran verdaderamente antitéticos.
Los grandes temas de campaña del pasado –la política de Adenauer, en pro de Occidente, o la de Willy Brandt, de reconciliación con el Este, o los debates sobre la carrera armamentista de los 80- polarizaban a la clase política de la antigua República Federal de Alemania, cuya capital era Bonn. La CDU/CSU y el SPD tenían ideas diametralmente opuestas. Hoy, los programas de los conservadores y los socialdemócratas se asemejan más que nunca. Según los observadores de los enfrentamientos políticos, los debates ya no son tan agitados. Sin embargo, los medios siguen con especial atención la discusión, a pesar de que constatan que en las reuniones lo que más echa espuma es la cerveza.
Autor: Volker Wagener/ Cristina Papaleo
Editor: Enrique López