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“Debatir la tragedia de la dictadura une a Argentina y Alemania”

18 de octubre de 2009

La presidenta del Comité Organizador para la Participación Argentina en la Feria del Libro de Fráncfort 2010 (COFRA), Magdalena Faillace, en diálogo con DW-WORLD .

Magdalena Faillace.Imagen: picture alliance/dpa

“He descubierto que el conocimiento de nuestra cultura por parte de los alemanes es mayor del que yo pensaba”, dice Magdalena Faillace a DW-WORLD. “Conocen más nuestro cine que nuestra literatura, y más nuestra literatura que nuestras artes plásticas. “En cuanto a la literatura, creo que no hay demasiados autores argentinos traducidos al alemán, pero los que están traducidos son autores valiosos.”

El programa de traducciones SUR

En su viaje del año pasado a la Ferial del Libro de Frankfurt notó que lo más pertinente, más allá de todas las actividades que realizara Argentina fuera de la Feria, “era un programa muy riguroso de subsidio y promoción a todos los idiomas del mundo de nuestros autores, porque eso iba a ser, en definitiva, lo que más tenía que ver con la naturaleza de esta feria, la mayor feria de compra y venta de derechos de autor del mundo”. Con el apoyo del canciller argentino Jorge Enrique Taiana se concretó el proyecto. En un principio, se trató de 15 títulos previstos para traducir, pero Magdalena Faillace se propuso llegar a los cien títulos.

Se dejó al juego del mercado que las editoriales o los agentes literarios fueran quienes pidieran los títulos bajo compromiso de traducción. Y en este momento, el programa SUR ha llegado a los cien títulos. Si bien no se logró, según Magdalena Faillace, “llegar al tope de los sueños”, a traducir algo más de literatura infantil y poesía, y algo de ensayo científico-social, dentro de esos cien títulos hay 24 que se van a traducir al alemán, y hay libros muy importantes, como “Las viudas de los jueves”, de Claudia Piñeiro, “Operación Masacre”, de Rodolfo Walsh, y “El cielo con las manos”, de Mempo Giardinelli.

“Hemos decidido subsidiar no sólo 60 títulos este año, sino los cien. Lo mejor que podemos hacer es introducir nuestros autores, que es introducir nuestro imaginario, nuestros valores, nuestras pautas de vida, cómo nos amamos, cómo nos peleamos, cómo somos, cuáles son nuestras cosas grandes y nuestras pequeñeces morales. Y eso es lo que vamos a contar. O sea, que tenemos 24 títulos más que se van a traducir al alemán. Así como Mempo Giardinelli, un gran escritor argentino del interior, tiene 9 títulos traducidos al alemán, otro escritor de la Argentina profunda, Héctor Tizón, de Jujuy, no tiene ningún título traducido al alemán. Pero ya hay, al menos, un pedido de traducción”.

La dictadura, corte profundo en la cultura argentina

“Es evidente”, continúa Faillace, “que, como se dijo en el panel de presentación de la Argentina, la dictadura militar significó tal recorte a la libertad de expresión que muchos libros debieron ser sacados de circulación, muchos otros debieron ser quemados por nosotros, los militantes políticos teníamos que descolgar cuadros de pintores comprometidos, o litografías, o reproducciones. Yo misma tuve que hacerlo en 1973, cuando comenzó el período de López Rega. Y durante la dictadura militar eso fue fatal. El hecho ser titular de una cátedra que tuviera una orientación socialista o progresista, ni que hablar comunista, ya lo hacía a uno acreedor a ser un desaparecido”.

Stand de Argentina en Feria del Libro de Fráncfort 2009.Imagen: DW

Según la presidente de COFRA, “eso generó que uno de los grandes temas de nuestra literatura, a posteriori, haya sido el exilio, porque muchos escritores volvieron a la Argentina, afortunadamente, otros se quedaron, y otros viven una parte del año en el exterior y otra en Argentina. Yo diría que el tema de la dictadura militar y los problemas de nuestra democracia, tan interrumpida durante cincuenta años, han sido temas centrales de nuestra literatura. Un fenómeno interesante es que inclusive la literatura de gente que no son hijos de militantes políticos, ni fueron o son militantes políticos, y han tomado, sin embargo, temas, como el de la sustracción de los hijos de desaparecidos. En esos casos hacían parir a las chicas, de 18 o 19 años, y les sustraían a sus hijos para luego asesinarlas”.

Ese el caso de la nuera del escritor Juan Gelman, por ejemplo. Y son casos que se están resolviendo, en parte, por medio de la Justicia. Pero esos temas, comenta Faillace, no han sido tomados sólo por gente militante; aún gente que no tiene una ideología marcada ha elaborado esos temas en sus libros. “Creo que ha sido una forma muy importante de hacer catarsis después de haber estado amordazados tantos años, y de describir lo que estuvo silenciado. El tema de la memoria del pasado reciente es muy importante en nuestra sociedad.”

La vuelta a lo social después del neoliberalismo

“Luego hay otro sector en nuestras novelas, en nuestros cuentos, que toman, sobre todo en la primera década del S. XXI, las consecuencias del modelo neoliberal que se impuso de manera salvaje durante los año 90, cuando el mercado era el dios que dirimía sobre la vida de los hombres y mujeres. Esa cosa del uno a uno, del peso igual al dólar, esa realidad de los argentinos que viajabana a Miami y no conocían ni Salta ni las Cataratas del Iguazú,y que sentían que ir de shopping a Miami era pertenecer al primer mundo”, explica Magdalena Faillace.

Según ella, “toda esa realidad de una burguesía no particularmente cultivada había sido antiperonista y, curiosamente, votó al menemismo de una manera masiva: los menemistas de Barrio Norte. Así nace la filosofía de los countries o barrios cerrados, que implica una nueva concepción de lo urbano. Es decir, el proceso militar dejó como herencia una situación de fragmentación no sólo política, y una herida terribe en los partidos políticos y en la práctica genuina de la política, sino también la filosofía del sálvese quien pueda”.

Durante los años 80 también comenzó el problema del “gatillo fácil” en la policía (N.de la R.: uso abusivo de armas de fuego y, por tanto, abuso de poder.), que era la misma policía de la dictadura militar, y que aún tiene enclaves que tardarán en desaparecer. “Esa concepción individualista que generó el neoliberalismo de los años 90 llevó a más pobreza, más precarización laboral, llevó a que las mujeres se volcaran al mercado laboral aceptando peores condiciones, sin beneficios sociales, o sea, conculcó los derechos sociales que había logrado el peronismo, con las fallas que pudieron haber tenido los gobiernos de Perón”.

Los barrios cerrados son aspectos de la sociedad urbana que produjo el neoliberalismo, dice la presidenta de COFRA. “Es la filosofía de quién tiene más y cómo compite con el otro. Esto llevó a una fragmentación de la sociedad que es difícil de desmontar. Y esto la literatura lo está mostrando bastante”.

“Mi generación”, cuenta M. Faillace, “se educó en la época de la teología de la liberación, en los años 70, y la juventud siempre militaba en algo, ya sea en Montoneros o en la Acción Católica, pero militaba, ayudando a los otros, en hospitales o en villas miserias, era una generación con sentido de lo social. Eso, el proceso militar apuntó a destruirlo, por eso destruyó a una juventud que, sólo por trabajar en una villa miseria, era asesinada”. En la novela de Osvaldo Bayer “Rainer y Minou”, el personaje de Minou era real. Ella era una muchacha alemana que se fue a vivir a la Argentina y se enamoró de ese proceso social.

“Durante esa época, tuvimos una gran influencia de la filosofía alemana, del pensamiento de Theodor Adorno, de los epígonos de la escuela de Fráncfort”, comenta Faillace.

La homosexualidad, también tema literario

“Lo que hay que fomentar es la edición. Creo que tenemos un corpus, una masa poética de todas las edades, gente de mi generación hasta gente muy joven, que se juntan a leer poesía, y también surge mucha literatura que reivindica el tango, que no era tan popular, como parte de lo que significó una realidad sin libertades individuales. También aparece el tema de la discriminación en la literatura. No nos olvidemos del tema de la homosexualidad, que, así como fue terrible durante la dictadura franquista, lo fue también durante nuestra dictadura militar. Ese es otro tema que aparece en nuestra literatura. Una novela de una periodista de Clarín, Patricia Kolésnikov, que se presentará la semana que viene, trata del amor conflictuado entre dos mujeres.

Elaborar la dictadura une culturalmente a Alemania con Argentina

Feria del Libro de Fráncfort 2009.Imagen: Frankfurter Buchmesse / Peter Hirth

Cuando Magdalena Faillace llegó a Fráncfort por primera vez y no conocía Alemania, pensó que no tal vez la cultura argentina no tenía mucho que ver con la alemana, a pesar de haber estudiado literatura alemana y conocer muy bien la ópera de este país. Pero se encontró con una grata sorpresa al descubrir que hay más puntos de contacto que los que ella creía.

“Uno de los puntos de contacto con la cultura y el pueblo alemanes es la obsesión que tenemos hoy los argentinos por la memoria de nuestro pasado reciente, algo que no teníamos hace cuarenta o cincuenta años. Creo que ese es un tema muy instalado en la Argentina. Instalado desde la política, desde la justicia, e instalado muy especialmente desde la literatura, desde el teatro, desde el cine”.Estamos preparando ciclos de cine sobre la memoria: la memoria de la Guerra de Malvinas, la memoria de la dictadura militar, de los centros clandestinos. Los alemanes sienten que no terminan de resolver su tragedia del nazismo, y eso me parece que dignifica a un pueblo, el poder ventilar y poder debatir la verdad sobre su pasado. Eso nos vincula con Alemania”.

“Además, nos une el amor por la música, Bach, Mahler, y también el amor de los alemanes por el tango. Tenemos ciertamente estructuras mentales diferentes, pero personalmente admira lo grandioso del genio alemán, y la pasión, así como los románticos alemanes, que generan la revolución romántica en Europa a partir del movimiento del Sturm und Drang. Como le dije a Jürgen Boos, el presidente de la Feria del Libro de Fráncfort: Ustedes cuando crean hacen catedrales”.

Arquitectura y filosofía, otros puntos en común

También la arquitectura vincula a ambos países. Durante la década del 30, relata Faillace, importantes arquitectos alemanes hicieron escuela en las universidades argentinas. Fueron grandes nombres, arquitectos que veían venir el nacionalsocialismo y emigraron a Argentina.

“Vamos a realizar una exposición en homenaje a ellos en el Museo de Arquitectura de Fráncfort porque en un centro de investigación del patrimonio latinoamericano tenemos planos de obra de arquitectura que existen aquí, y cuyos planos se llevaron ellos y los tenemos en Buenos Aires. Además, ellos llevaron la influencia de la Bauhaus y del racionalismo, por eso Buenos Aires, y otras ciudades del interior como Rosario, y, en su conjunto, Argentina es el país de Latinoamérica que tiene mayor cantidad de ejemplares de edificios racionalistas” finaliza la presidenta del COFRA.

Autor: Cristina Papaleo

Editor: Claudia Herrera Pahl

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