¿Deberíamos preocuparnos por los juegos de guerra chinos?
William Yang desde Taipéi
11 de abril de 2023
En el marco de ejercicios militares chinos se desplegaron barcos de guerra y aviones de combate en ataques simulados contra objetivos en Taiwán. Expertos dicen que estas demostraciones aumentan el riesgo de una escalada.
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Por segunda vez en menos de un año, China realiza ejercicios militares a gran escala en torno a Taiwán. En una clara demostración de poder, docenas de aviones de combate chinos volaron a través de la línea media del Estrecho de Taiwán, mientras otras aeronaves y buques de guerra simulaban "ataques conjuntos de precisión" contra objetivos clave en la isla.
El desarrollo de los hechos ha aumentado las preocupaciones sobre la posibilidad de que China pronto esté en condiciones de lanzar un ataque contra Taiwán desde el este, amenazando la capacidad de la isla gobernada democráticamente para preservar sus capacidades militares.
¿Una advertencia?
Expertos militares dicen que las fuerzas chinas quieren mostrar que tienen el poder de fuego suficiente para destruir objetivos desde distintos puntos del Estrecho de Taiwán. Los ejercicios, que duraron tres días, son la respuesta de Pekín al encuentro entre la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, con el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, en California.
Estos ejercicios fueron más breves que los que tuvieron lugar tras la visita de la expresidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, a Taiwán, el pasado mes de agosto. "Con el fin de reducir el impacto de los ejercicios militares en la región, China diseñó un formato de maniobras de tres días en lugar de una semana", dijo Tzu-yun Su, un analista del Instituto de Investigación de Seguridad y Defensa de Taiwán.
Amanda Hsiao, analista del International Crisis Group, dijo a DW que Pekín estima que la exhibición de fuerza es necesaria para "persuadir a Estados Unidos y Taiwán a cooperar al más alto nivel en el futuro".
Tanto Taiwán como Estados Unidos condenaron el sábado los ejercicios chinos, con la presidenta taiwanesa prometiendo trabajar estrechamente con Washington y otros países aliados para enfrentar la expansión autoritaria.
Además de intentar disuadir a Washington y Taipéi, algunos expertos estiman que China trata de demostrar los diversos tipos de acciones que pueda lanzar contra Taiwán. Según el analista de seguridad Ben Lewis, Pekín respondió primero a la reunión Tsai-McCarthy con acciones menos provocativas, como el despliegue de barcos para inspeccionar el Estrecho de Taiwán, antes de lanzar el ejercicio militar estilo cerco una vez que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dejaron la capital china. "Es un claro ejemplo del abanico de opciones que tiene Pekín para presionar a Taiwán", dijo Lewis a DW.
El portavoz del ejército chino, Shi Yin, describió los ejercicios como "una severa advertencia contra la colusión entre las fuerzas separatistas que buscan la independencia de Taiwán, y las fuerzas externas".
Hsiao, del International Crisis Group, estima que un aumento de los sobrevuelos chinos más allá de la línea media del Estrecho de Taiwán incrementa también las posibilidades de un choque armado. "Dada la atmósfera de desconfianza y falta de canales de comunicación para lidiar con accidentes militares, el potencial de una escalada tras un incidente de ese tipo es real", estima.
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"Ruido de sables" sin efecto
Mientras Pekín sigue expresando su objeción a cualquier tipo de vínculo oficial entre Estados Unidos y Taiwán, algunos expertos dicen que la creciente tendencia china de usar su poderío militar para lograr objetivos políticos podría sentar un precedente peligroso en la región del Indo-Pacífico.
"Xi Jinping presenta una elección clara: o Taiwán se une a China pacíficamente, o Pekín invadirá y anexionará el territorio", dice Lewis. El experto agrega que China podría decidir lanzar un ejercicio militar cada vez que un presidente taiwanés se reúna con un alto funcionario estadounidense. "Creo que es un precedente preocupante", sostuvo.
En una entrevista con Fox News, el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Michael McCaul, dijo que el "ruido de sables" de China solo "reafirmará" la resolución estadounidense contra Pekín. "No tiene ningún efecto disuasorio sobre nosotros, apuntó.
(dzc/er)
China y Taiwán: ¿Los mejores enemigos?
El presidente de China Xi Jingping llamó a una "reunificación pacífica" con Taiwán, lo que desató toda clase de críticas desde Taipéi. ¿Qué es todo este embrollo con Taiwán? Repasemos la historia con estas imágenes.
Imagen: AFP/AFP/Getty Images
Recaptura vs. liberación
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el Partido Comunista liderado por Mao Zedong emprendió una dura guerra contra su archirrival Chiang Kai-shek, jefe del Kuomintang (KMT). Chiang se refugió con sus fuerzas en la isla de Taiwán. Por algún tiempo, Taiwán fue el centro de la propaganda. El Partido Comunista quería "liberar" la isla, mientras el Kuomintang buscaba "recapturar el continente".
Imagen: AFP/Getty Images
Cartas a los "compatriotas"
En los años 50, el Partido Comunista publicó cuatro "Mensajes a los compatriotas chinos" en Taiwán, que son considerados la base de la política de Pekín hacia Taiwán. En esos textos, China advierte a Taiwán de la inconveniencia de colaborar con los "imperialistas" de EE.UU. Choques militares, básicamente ataques de artillería, todavía se registraban en estos años.
Imagen: Imago/Zuma/Keystone
Pekín reemplaza a Taiwán en la ONU
En 1971, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró que la República Popular China era la única representante legal de China. Con esta decisión, la República de China (Taiwán) fue removida de todas las instancias de la ONU. La frustración del ministro de Exteriores taiwanés, Chow Shu-kai (derecha) y su embajador, Liu Chieh, es fácil de distinguir en esta imagen.
Imagen: Imago/ZUMA/Keystone
Nueva política taiwanesa
El quinto y último "mensaje" de Pekín a Taiwán fue publicado el 1 de enero de 1979. El continente, bajo el liderazgo del reformista Deng Xiaoping, puso fin a las operaciones miliatares, anunció el desarrollo de relaciones bilaterales y prometió una reunificación pacífica. Sin embargo, el derecho de Pekín de representar a China internacionalmente no fue puesto en duda.
Imagen: picture-alliance/dpa/UPI
La política de "una sola China"
La nueva orientación de la política china hacia Taiwán tuvo lugar mientras Washington y Pekín acercaban posiciones. El 1 de enero de 1979, Estados Unidos y China retomaron sus relaciones diplomáticas, con Washington -bajo la presidencia de Jimmy Carter- reconociendo a Pekín como el único Gobierno legítimo de toda China. La embajada de Estados Unidos en Taiwán se convirtió en un instituto cultural.
Imagen: AFP/AFP/Getty Images
"Una China, dos sistemas"
Incluso antes de reunirse con Carter, Deng Xiaoping ya había introducido el principio de "un país, dos sistemas", lo que permitiría a Taiwán mantener su sistema social incluso después de una eventual reunificación. Sin embargo, el presidente taiwanés Chiang Ching-Kuo no acusó recibo. Al contrario, el 1987 formuló el principio de "el mejor sistema para una China".
Imagen: picture-alliance/Everett Collection
Movimiento independentista
En 1986 fue fundado el Partido Demócrata Progresista (DPP), el principal movimiento opositor taiwanés. En un cónclave en 1991, el DPP aprobó una cláusula para la independencia, que estipulaba que Taiwán era un país soberano y no parte de China.
Imagen: Getty Images/AFP/S. Yeh
"Consenso de 1992"
En unas conversaciones no oficiales llevadas a cabo en 1992 en Hong Kong, representantes de Taipéi y Pekín alcanzaron un acuerdo político sobre la naturaleza de sus relaciones. Ambas partes acordaron que había solo una China. Sin embargo, tenían visiones distintas de lo que significa "una China". Un año después, los jefes negociadores Wang (izquierda) y Koo se reunieron en Singapur.
Imagen: Imago/Xinhua
Relaciones bilaterales
En una entrevista con DW en 1995, el primer presidente electo democráticamente en Taiwán, el líder del KMT Lee Teng-hui, dijo que todas las relaciones más allá del Estrecho de Taiwán debían ser "definidas como relaciones entre estados; cuando mucho, como una relación especial entre estados". Esta formulación estuvo muy cerca de ser una declaración de independencia.
Imagen: Academia Historica Taiwan
"Un estado a cada lado"
El DPP ganó las elecciones presidenciales por primera vez en el año 2000, con Chen Shui-bian, un taiwanés sin conexiones con China, llamando a entender que había "un estado en cada lado". Esto significaba que Taiwán no tenía nada más que ver con China. En 2005, Pekín reaccionó con la Ley Contra la Secesión, que permite el uso de la fuerza militar en el caso de que Taiwán declare la independencia.
Imagen: picture alliance/AP Photo/Jerome Favre
"Una China, distintas interpretaciones"
Tras perder las elecciones en 2000, el KMT adoptó un cambio en la formulación del "Consenso de 1992" en los estatutos del partido, en donde se llamaba a entender que hay "una China, diferentes interpretaciones". El Consenso de 1992 sigue siendo objeto de debate en Taiwán. La razón: los negociadores de 1992 no tenían una posición oficial.
Imagen: Imago/ZumaPress
El Partido Comunista se reúne con el KMT
China adoptó el "Consenso de 1992" como la base política para su relación con Taiwán. En la primera cumbre entre ambas partes desde que los comunistas asumieron el poder en China, Hu Jintao (derecha) y Lian Zhan respaldaron el "Consenso de 1992" y el principio de "una China".
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Reynolds
"La dirección es la correcta"
Después de que Ma Ying-Jeou, del KMT, ganara las presidenciales de 2008, ambas partes siguieron acercándose. En una entrevista con DW en 2009, Ma dijo que "el Estrecho de Taiwán debería ser un lugar de paz y seguridad. Estamos acercándonos mucho a ese objetivo. Básicamente nuestra dirección es la correcta".
Imagen: GIO
Quo vadis?
Desde las elecciones de 2016, cuando la presidenta Tsai Ing-wen llegó al mando, el movimiento independentista ha ido ganando fuerza. Tsai cuestionó la existencia del Consenso de 1992 y describió que el mayor desafío para su país era "el intento de China de interferir en el desarrollo político y social de Taiwán". (dzc/few)