Decenas de muertos en varios ataques en Afganistán
16 de enero de 2021
Un grupo de talibanes mató a doce miembros de las fuerzas de seguridad en Herat. En otro atentado, dos policías murieron en la explosión de una mina al paso de su vehículo en Kabul.
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"A las 09:15 de esta mañana, un 4x4 perteneciente al cuartel general de la policía fue atacado por la explosión de una mina (...) dos policías murieron y otro resultó herido", dijo el portavoz de la policía de Kabul, Ferdaws Faramarz. El vehículo fue atacado en la carretera que lleva a la universidad de Kabul, indicó. El atentado no ha sido todavía reivindicado, pero el gobierno culpa a los talibanes. Fuentes no oficiales afirman que el herido es uno de los jefes policiales de la capital.
En otro ataque, un grupo de talibanes mató anoche a doce miembros de una milicia progrubernamental aliada de las fuerzas de seguridad afganas en la provincia occidental de Herat, según han informado este sábado (16.01.2021) las autoridades locales. Los soldados estaban cenando en el distrito de Ghoriyan, uno de los más inestables del país, cuando un grupo de tres talibanes abrió fuego contra ellos y se llevó sus armas y municiones. La policía de la provincia lo consideró un ataque de infiltrados talibanes, después de que un portavoz talibán reivindicara el ataque.
El mismo viernes, más temprano, otros diez miembros de las fuerzas de seguridad afganas resultaron muertos y once fueron heridos en un tiroteo contra milicianos en la norteña provincia de Kunduz. Además, un coche bomba suicida atacó un recinto policial en Helmand, al sur del país, en la carretera que conecta con Kandahar, matando a un policía e hiriendo a otros dos, afirmó el portavoz policial Zaman Hamdard.
La violencia ha aumentado en todo el país en los últimos meses, en particular en la capital, escenario de de asesinatos selectivos contra funcionarios, responsables de los medios de comunicación, políticos y defensores de derechos humanos. Este deterioro se produce a pesar de las negociaciones de paz en curso en Doha (Catar) entre el gobierno afgano y los talibanes, que comenzaron en septiembre y avanzan muy lentamente. Y mientras Estados Unidos reduce su presencia militar en el país.
lgc (afp/dpa/ap)
La interminable lucha por el poder en Afganistán
A 17 años de la invasión estadounidense, Afganistán sigue sumido en la violencia desatada por los talibanes. Una serie de mortales atentados en el último año sugiere que los radicales son más fuertes que antes.
Imagen: picture alliance/Photoshot
Una seguridad frágil
Los reiterados ataques que han tenido lugar en 2018 y 2019 han causado la muerte y dejado con heridas a cientos de inocentes, y muestran cuán frágil es la situación del país y el débil poder del gobierno. Los incidentes han provocado desesperación en los ciudadanos, cansados de la guerra, y han puesto en evidencia las limitaciones del Estado para garantizar la estabilidad.
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Una larga serie de ataques
Los episodios de violencia han puesto nuevameente a Afganistán en el centro de la mirada internacional. Tanto los talibanes como el Estado Islámico se han atribuido distintos ataques, mientras crece la presión para que el gobierno afgano mejore la seguridad y recupere los territorios que están bajo el dominio de distintos grupos insurgentes, incluidos los ya citados talibanes y Estado Islámico.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Hossaini
Ofensiva de primavera
En 2018, los talibanes anunciaron el comienzo de su ofensiva anual de primavera, desestimando una oferta de paz realizada por el presidente Ashraf Ghani. Los milicianos, que luchan para reinstaurar su visión radical de la ley islámica, aseguraron que su campaña fue en respuesta a la estrategia adoptada por EE.UU. en 2017, más agresiva con el fin de forzar a los insurgentes a sentarse a negociar.
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La política para Afganistán de Trump
El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó una nueva estrategia para Afganistán en 2017, prometiendo desplegar más tropas para entrenar a las fuerzas afganas. También aseguró que su país seguiría apoyando a los afganos en su guerra contra los talibanes y que, para ello, la presencia estadounidense se extendería todo lo que fuera necesario. En 2019, sin embargo, cambió de parecer.
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Proceso de paz
Pese a que el presidente Ghani realizó una oferta en febrero de 2018 para que hubiera conversaciones de paz "sin condiciones previas", los talibanes no mostraron interés alguno hasta 2019, desestimando las propuestas como parte de una "conspiración". En 2019 aceptaron negociar, pero directamente con Estados Unidos, pasando por encima de Kabul.
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Apoyo paquistaní
Pakistán ha sido presionado por Kabul y Washington para que deje de ofrecer refugio a los militantes acusados de realizar ataques en Afganistán, un cargo que Islamabad niega, insistiendo en que su influencia sobre los insurgentes es sobreestimada. Kabul e Islamabad intercambian acusaciones de proteger a milicianos del otro país. El lenguaje áspero ha caracterizado la relación entre ambos vecinos.
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El papel de los señores de la guerra
Además de los talibanes, los señores de la guerra afganos ejercen una enorme influencia en el país. El año pasado, el líder de Hizb-i-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, volvió a Kabul -tras un exilio de 20 años- para jugar un rol activo en la política. En septiembre de 2016, el gobierno firmó un acuerdo con él con la esperanza de que otros señores de la guerra y grupos radicales siguieran el ejemplo.
Imagen: Reuters/O.Sobhani
Un gobierno ineficiente
En medio de una interminable batalla por el poder, los niveles de respaldo al presidente Ghani no hacen más que bajar. La corrupción desenfrenada y el largo tira y afloja dentro del gobierno de unidad nacional respaldado por Estados Unidos han tenido un impacto negativo en los esfuerzos gubernamentales para acabar con el terrorismo.