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Defensa antiterrorista en el espacio aéreo alemán

Wolfgang Dick (JC)26 de enero de 2016

El Ejército alemán blinda su espacio aéreo con Eurofighters ante posibles amenazas terroristas como los secuestros. Si se activan las alarmas, se pone en marcha directamente el protocolo “Alfa Scrambles”.

Deutschland Bundeswehr Simulation einer Luftbetankung von zwei Tornados
Imagen: picture-alliance/A. Franke

Hasta seis veces en los últimos tres años se sospechó que aviones civiles habían sido secuestrados por terroristas para ser utilizados como armas en territorio alemán. En esas ocasiones, el sistema de comunicaciones entre los pilotos y los controladores aéreos fue interrumpido durante más de 20 minutos y, a pesar de los intentos de las torres de control por restablecer el contacto, no hubo respuesta desde el cockpit del avión. Inmediatamente saltan las alarmas y se activa el protocolo “Quick Reaction Alert” para las tripulaciones de aviones de combate de la Fuerza Aérea, estacionadas en dos lugares de Alemania: Neuburg (Baviera) y Wittmund (Baja Sajonia).

Los equipos de interceptores aéreos están siempre preparados. 24 horas al día, 365 días al año. Cuando suena la alarma en el Centro Nacional de Seguridad en el Espacio Aéreo (NLFZ o NLFZ SiLuRa, por sus siglas en alemán), coordinado por la Policía Federal, el Ejército y el Centro de Control del Tráfico Aéreo, se activa directamente el protocolo “Alfa Scrambles”, es decir, los pilotos corren hacia sus aviones para reaccionar ante una amenaza inmediata. Según el secretario de Estado del Ministerio de Defensa, en 2015 hubo 18 alarmas de este tipo. Si se cuentan las amenazas registradas en las fronteras alemanas, la cifra de “Alarmstarts” – el término utilizado a nivel mundial- fue de 42. En el año 2013 hubo solo 7 avisos de este tipo. El nerviosismo y el miedo a no descubrir un ataque terrorista a tiempo ha aumentado desde entonces. En caso de emergencia o sospecha de un posible atentado, el comando deja de operar bajo las órdenes de la OTAN y la operación pasa a ser responsabilidad del Estado.

Adrenalina contra los extremistas

Cuando saltan las alarmas, los pilotos de la Luftwaffe (Fuerza Aérea alemana) pasan poco tiempo en tierra antes de despegar. Nunca más de 15 minutos. Dependiendo de su nivel de preparación, hay casos en los que pueden pasar menos de diez minutos hasta que los pilotos se sientan en sus Eurofighters y ruedan por la pista de despegue. En un máximo de 30 minutos, los cuatro cazas de combate encargados de garantizar la seguridad en el espacio aéreo alemán son capaces de llegar a cualquier punto del país hacia el que decida desplazarse la aeronave sospechosa.

Caza establece contacto visual con aeronave sospechosa.Imagen: picture-alliance/dpa/Bernd Wüstneck

Hasta el momento, el Centro de Información y Control (CRC, por sus siglas en inglés) de la Luftwaffe siempre fue capaz de establecer contacto, en última instancia visual, para garantizar que las amenazas no eran reales. En la mayoría de casos “sospechosos” la culpa fue de los pilotos. Algunos, incluso, habían perdido sus puntos de referencia. A menudo, la pérdida de contacto con los controladores aéreos se debió a problemas técnicos en los aviones comerciales. En esos casos, las aeronaves fueron escoltadas por los cazas de la Bundeswehr (Ejército de Alemania) y, en alguna ocasión, fueron acompañadas, incluso, hasta el aeropuerto cercano más adecuado para su aterrizaje.

Para garantizar que estas operaciones se realicen de la forma más rutinaria posible, cada año se llevan cabo en el país alrededor de 1.000 “Tango Scrambles” o, lo que es lo mismo, misiones de intercepción simuladas.



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