Todo el mundo sabe que fumar perjudica la salud. En muchos países está hasta impreso en las cajetillas de cigarrillos. Lo que no obsta para que mucha gente siga fumando. Dejar el humo parece ser para muchos contemporáneos una tarea de Sísifo.

Una consultoría de Berlín se ha propuesto ayudar a los fumadores. Su nombre, "Luftfabrik" ("Fábrica de aire"), ya lo dice todo: su meta es proporcionar nuevos y mejores aires a los fumadores. Y casi siempre lo logra. De lo contrario, a los participantes en los seminarios, que sólo duran cinco horas, se les devuelve el dinero.

DW-WORLD entrevistó al Dr. Stefan Frädrich, uno de los alma máter de los cruzados contra el humo.

Después de haber tomado parte en el curso, el 90 % de los participantes deja inmediatamente de fumar, dice el doctor Frädrich. Según un estudio realizado por el experto y sus colegas, un año más tarde, "sólo entre el 40 y 45 % ha comenzado a fumar de nuevo": una cuota de éxito nada despreciable.

Los fumadores pueden dividirse en dos grupos. Los unos desean dejar de fumar fervientemente, y los otros no lo tienen tan claro. La meta es convencer a los indecisos con explicaciones concisas.

Dos elementos son fundamentales para dejar de fumar. Primero: la información acerca de cómo funciona la industria del tabaco, cuáles son sus trucos y cómo se mantiene a la gente pegada al cigarrillo.

Segundo: la motivación para dar el paso decisivo, o sea, la férrea determinación de tirar la última colilla y no encender nunca jamás un nuevo cigarrillo.

Preguntado acerca de si cinco horas de seminario no es poco tiempo para tomar una decisión de tal envergadura, el Dr. Frädrich contesta que "quizás sea demasiado tiempo".

Porque la determinación se toma en la cabeza. La tan recurrida "dependencia física" es cuento, agrega Frädrich, "y no más que una excusa para no abandonar el tabaco".

"Cuando comprenden las interrelaciones entre los efectos de la nicotina y las campañas de marketing, los fumadores abandonan el hábito de inmediato y por sí solos. Se trata sobre todo de un problema psicológico", resalta el galeno.

Y agrega: "No hay que tener miedo a una vida sin nicotina y, sobre todo, los fumadores tienen que estar informados sobre qué mecanismos están en juego cuando se fuma".

En Alemania se comienza a fumar a la edad de 11 años. Entre los 12 y 17 inhala el humo blanco alrededor del 28 % de la juventud germana. Según Frädrich "sería importante que los chicos no comenzaran a fumar porque comprenden que es un vicio sin sentido".

El experto dice que después de un día sin cigarrillos, el riesgo de infarto de corazón se reduce en unl 50 %. Además, cuando se deja de fumar la comida sabe mejor y los aromas se perciben con mayor intensidad.

Si está buscando un buen propósito para 2005, ya sea para usted mismo, familiares o amigos, ésta es seguramente una buena idea. ¿O no?