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Demjanjuk: culpable, pero libre

12 de mayo de 2011

Un tribunal de Múnich declaró culpable a John Demjanjuk por complicidad en el asesinato de 27.900 judíos durante la II. Guerra Mundial. Fue sentenciado a cinco años de prisión, pero horas más tarde recuperó la libertad.

John Demjanjuk, de 91 años, acusado, condenado y ahora dejado en libertad.Imagen: AP

Este jueves (12.05) culminó en Alemania uno de los últimos grandes proceso contra criminales nazis. John Demjanjuk, un anciano de 91 años de origen ucraniano, fue sentenciado a cinco años de prisión. Un tribunal de Múnich lo declaró culpable de haber colaborado con los nazis en 1943 en el asesinato en masa de 27.900 judíos en el campo de exterminio nazi de Sobibor, en la Polonia ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Según el alegato final del juez, existen pruebas suficientes de que Demjanjuk fue cómplice de este crimen en el campo de concentración de Sobibor. Allí trabajó como guardia voluntario entre marzo y septiembre de 1943.

No obstante, el criminal de guerra nazi John Demjanjuk recuperó a las pocas horas su libertad pese a la condena emitida. Entre las razones argumentadas por el presidente del tribunal, Ralph Alt, para levantar la orden de arresto están los 91 años del acusado, así como su delicado estado de salud. Demjanjuk ya había cumplido dos años de prisión preventiva.

Voluntario del terror

Durante el juicio de 18 meses en Múnich, John Demjanjuk estuvo siempre callado, y no aceptó los cargos imputados.Imagen: AP

El de Sobibor fue un campo de exterminio de los nacionalsocialistas de Hitler, cuyo único objetivo era asesinar a judíos. El complejo fue erigido en 1942 en el distrito de Lublin, en la Polonia ocupada por los nazis. En total perdieron la vida en las cámaras de gas de Sobibor hasta 250.000 personas.

Demjanjuk fue tomado prisionero por los nazis cuando apenas tenía 23 años de edad. Escapó a la muerte, pero a cambio fue entrenado como trawniki, un voluntario de las tropas SS nazis para efectuar la vigilancia de los campos de exterminio sobre territorio polaco.

Demjanjuk ya había sido juzgado y condenado a muerte en los años 80 en Israel por otro caso, en el que fue acusado de ser "Iván el terrible", un guardia cruel del campo de concentración de Treblinka. Tras cinco años en prisión, sin embargo, fue absuelto por falta de pruebas que lo identificasen como maquinista de las cámaras de gas de dicho lugar. Gracias a ello pudo volver junto a su familia en Estados Unidos. De este país fue extraditado hace dos años para ser juzgado en Alemania.

Edificio del tribunal de Múnich, lugar del juicio a Demjanjuk.Imagen: picture-alliance / dpa

Ya en Múnich, el proceso judicial contra Demjanjuk comenzó en noviembre de 2009. Cerca de 90 sesiones de audiencia fueron necesarias para que el tribunal muniqués dictara una sentencia de cinco años contra el ucraniano. Debido a su avanzada edad, pero también a su delicado estado de salud, las visitas al tribunal tuvieron que ser interrumpidas varias veces. La mismas razones por las que al final logró su libertad.

¿Es la sentencia suficiente?

Ante la noticia de la libertad de Demjanjuk, el director del centro israelí Simon Wiesenthal, Efraim Zuroff, se mostró decepcionado. “Debe ir a la cárcel. La decisión de su libertad es una terrible equivocación. Su edad no debió ser considerada”, dijo Zuroff.

Aún cuando la sentencia de cinco años de prisión no parecía suficiente para los sobrevivientes y familiares de las víctimas, el fallo sienta un precedente para la historia. "Quien carga con una culpa semejante ha de ser castigado, incluso cuando han pasado tantos años y cuando se es tan mayor", dijo el fiscal encargado en Múnich en marzo pasado en una de las audiencias.

Sobre este tema, Avner Shalev, director del Museo del Holocausto de Jerusalén en Israel, dijo al diario El Mundo que "el juicio no devolverá la vida a los que fueron asesinados, pero el hacer justicia con los responsables representa un importante rol educativo y moral en la sociedad. Lo más importante del juicio es que el paso del tiempo no evita asumir las responsabilidades personales y colectivas de los atroces crímenes cometidos".

Autora: Cristina Mendoza Weber

Editora: Emilia Rojas Sasse

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