El escándalo de las supuestas escuchas ilegales del expresidente Macri ponen otra vez en la mira la opacidad de los servicios secretos de Argentina, clave desde hace décadas, tanto en dictadura como en democracia.
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El 29 de mayo de 2020, el expresidente argentino Mauricio Macri (2015-1019) fue imputado por presunto espionaje, junto con quien fuera titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) de Argentina durante su gobierno, Gustavo Arribas, la ex subdirectora de la AFI Silvia Majdalani y otros exfuncionarios.
La denuncia, presentada por la actual jefa de la AFI, Cristina Caamaño, y aceptada por el fiscal Jorge di Lello, consta de una lista de alrededor de 90 personas a las que la AFI supuestamente espió "con la finalidad de producir inteligencia ilegal", dice el texto, ya que no fueron ordenadas por un juez ni otra autoridad competente. Según esa denuncia, se habrían "pinchado" correos electrónicos y teléfonos.
Entre los 90 nombres figuran políticos, dirigentes sindicales y periodistas. El juez Marcelo Martínez de Giorgi será quien confirme o desestime la apertura de la investigación contra Mauricio Macri.
¿Qué repercusiones puede tener esta denuncia contra Macri en el escenario político argentino de 2020? "Es evidente que se trata de una ofensiva muy clara por parte del kirchnerismo más duro para poner a la Justicia en contra de sus adversarios y diluir así las operaciones de las causas por corrupción contra ellos", dice a DW Marcos Novaro, analista político e investigador de la Universidad de Buenos Aires. La denuncia de la AFI es parte de una Lawfare en revancha, ahora dirigida contra el macrismo, añade, "a pesar de que podría ser verdad, en parte". "Quieren crear una polvareda para diluir en esa nube las causas judiciales contra el kirchnerismo, intentando demostrar que todos son igual de corruptos, que todos tienen causas abiertas en la Justicia", subraya.
Esta no es la primera vez que a Mauricio Macri se lo involucra en el uso ilegal de los servicios de Inteligencia argentinos. En 2009, cuando era jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, fue acusado, junto a algunos de sus funcionarios, de espionaje paraestatal, y fue sobreseído por el juez Sebastián Casanello. La causa, instruida por el juez Norberto Oyarbide y el fiscal Alberto Nisman, fue anulada por la Cámara de Casación Penal en 2018, ya durante el gobierno de Macri. Esas denuncias nunca llegaron a dar resultado. "Y lo que siempre ha sido peculiar es que involucran a Macri en operaciones contra sus propios colaboradores, incluso contra su propia familia", señala Novaro.
La herencia de un sistema opaco de Inteligencia
El intento de desentrañar el engranaje de los servicios de Inteligencia argentinos en los diferentes gobiernos plantea cada vez nuevos interrogantes y los obstáculos para esclarecerlo son casi insalvables.
Uno de los protagonistas principales de esa maquinaria fue y es Jaime Stiuso, una figura clave en la muerte del fiscal Alberto Nisman, cuyo rol y responsabilidad en esa muerte no han podido ser aclarados hasta hoy.
Y hasta hoy tampoco se conoce el alcance de la ilegalidad e impunidad con la que los servicios secretos argentinos vigilaron, sin control estatal, a ciudadanos, periodistas, políticos y responsables del sistema judicial, tanto durante la dictadura de la Junta Militar (1973-1986) como después de ella, en democracia. Hoy, Stiuso goza de plena libertad en Argentina. "Para que Stiuso tenga problemas habría que correr muchos riesgos. Por algo está libre, impune y tranquilo. Porque todos los que hoy gobiernan han usado sus servicios", señala al respecto Marcos Novaro. Eso hace muy difícil una investigación transparente de los servicios secretos, asegura. Se puede poner en duda la veracidad de las acusaciones que provengan de ellos, y será muy difícil obtener pruebas contundentes.
El presidente argentino, Alberto Fernández, así como su antecesor, Mauricio Macri, también heredaron ese sistema de Inteligencia, dentro del que se juegan desde hace décadas diferentes intereses, dependiendo del gobierno de turno, y también ahora Fernández tiene que lidiar con él. "Stiuso tiene demasiados antecedentes con respecto a Alberto como para que Alberto no tenga interés en sanear ese organismo", indica Marcos Novaro. Y añade que Fernández, sin embargo, "puso la AFI en manos de Cristina de Kirchner para que esta la usara contra Macri".
Según Novaro, algunos asesores de Mauricio Macri le dijeron al expresidente que aprovechara su ingreso a la Casa Rosada, en 2015, para desmontar ese aparato y sanearlo por completo. Pero no lo hizo. "Ese fue un gravísimo error de Macri, y ahora está pagando las consecuencias", puntualiza.
Los juicios contra Cristina Kirchner "no desaparecerán"
Si bien estas acusaciones de espionaje contra Macri aún no se han probado, son un elemento que, a los ojos de algunos argentinos, podrían igualar el nivel de corrupción del kirchnerismo y del macrismo. A ojos de otros, podrían ser una maniobra distractoria de los graves problemas que acucian a Argentina. El país negocia una deuda pública de 66.000 millones de dólares, bajo una cuarentena estricta por la pandemia del coronavirus.
Además, el presidente Fernández anunció una reforma judicial y el saneamiento del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 4 de la calle Comodoro Py, adonde llegan todas las causas penales contra funcionarios del Poder Ejecutivo, una reforma que muchos de los jueces podrían bloquear, ya que la consideran una intromisión. El nombramiento de 34 jueces federales se haría, según el gobierno, para dar mayor transparencia y celeridad a las causas. Para los críticos de la reforma, esta tiene el fin de debilitar el poder de los 12 jueces.
Las autoridades de la AFI que hicieron la denuncia "harán todo lo necesario para que los juicios por corrupción contra el kirchnerismo desaparezcan del mapa", afirma Novaro. Sin embargo, en opinión del analista, estas denuncias contra Mauricio Macri, cuya veracidad aún está por probarse -si es que se prueba alguna vez- no serán suficientes para desarmar las causas por corrupción contra el kirchnerismo.
En el tribunal de Comodoro Py, los 12 jueces esperan y "esos juicios no desaparecerán", pronostica el analista. "Todo esto es una especie de guerra en la que no queda muy claro hasta dónde se puede llegar, porque los riesgos son muy altos para todos". No es muy fácil que aquí vaya a haber un ganador, agrega el experto. ¿Generará esto un terremoto político en Argentina? "No sé si un terremoto, pero es un episodio político muy intenso", concluye Novaro, y agrega que incluso podría ser contraproducente para el Gobierno de Alberto Fernández, es decir, "puede ser que ahora el tablero se invierta, y se hable de que se está llevando a cabo una persecución política de Mauricio Macri."
(vt)
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Este es el gabinete de Alberto Fernández
Este es el equipo de ministros del nuevo presidente de Argentina. Una combinación entre políticos y perfiles técnicos que se destaca por la unidad de sectores del Frente de Todos.
Imagen: Imago Images/Agencia EFE
Santiago Cafiero: jefe de Gabinete
Politólogo egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Cafiero, de 40 años y tercera generación de estirpe política, es la mano derecha de Fernández. Fue funcionario bonaerense en la gestión de Daniel Scioli. Se ha desempeñado como subsecretario de Industria, Comercio y Minería, viceministro de Desarrollo Social, subsecretario de Políticas Sociales y subsecretario de Modernización.
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Felipe Solá: canciller
Solá es ingeniero agrónomo recibido en la UBA y exgobernador bonaerense. Tras una década de distanciamiento con el peronismo, asumirá la Cancillería bajo el mandato de Fernández, a quien ha acompañado en sus viajes a España, Portugal, Perú y Bolivia. Felipe Solá también se ha desempeñado como secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
Imagen: AFP/J. Mambromata
Martín Guzmán: ministro de Economía
Guzmán es economista por la Universidad Nacional de La Plata e investigador de la Universidad de Columbia. Tiene 37 años, especialista en macroeconomía y crisis de deuda soberana, y llega a ocupar uno de los puestos más importantes del país, considerando el turbulento momento por el que atraviesa Argentina.
Imagen: Reuters/A. Marcarian
Agustín Rossi: ministro de Defensa
Rossi es ingeniero egresado de la Universidad Nacional de Rosario. Repite el mismo cargo que tuvo durante el periodo presidencial de Cristina Fernández, entre 2013 y 2015. Fue jefe de la bancada del Frente para la Victoria en la Cámara Baja.
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Eduardo "Wado" de Pedro: ministro del Interior
Abogado, egresado de la UBA, y reconocido militante del kirchnerismo. Es miembro del Consejo de la Magistratura y miembro fundador de la agrupación La Cámpora. Fue secretario General de la presidencia durante el mandato de Cristina Fernández. Ha sido diputado y vicepresidente de Aerolíneas Argentinas.
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Tristán Bauer: ministro de Cultura
Cineasta recibido en el Centro Experimental del Instituto Nacional de Cinematografía, es cercano al kirchnerismo. Durante el gobierno kirchnerista se desempeñó como director del Sistema Nacional de Medios Públicos y presidió Radio y Televisión Argentina. En 2006 ganó los prestigiosos Premios Goya por "Iluminados por el fuego", por ser la mejor película extranjera.
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Ginés Gonzalez García: ministro de Salud
Egresado de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, Ginés González García es un médico cirujano que ocupó el cargo de ministro de Salud y Ambiente durante los Gobiernos de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner. Se suma al gabinete de Fernández para desempeñar el mismo cargo. Durante el mandato de Cristina Fernández fue embajador de Argentina en Chile.
Imagen: Getty Images/AFP/C. Santana
Carlos Zannini: procurador del Tesoro
Abogado por la Universidad Nacional de Córdoba, Zannini fue ministro de Gobierno de la Provincia de Santa Cruz y secretario Legal y Técnico de la Presidencia durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández entre 2003 y 2015. En las elecciones presidenciales de 2015, fue candidato a vicepresidente como compañero de fórmula de Daniel Scioli.
Imagen: Getty Images/AFP/E. Abramovich
Miguel Ángel Pesce: titular del Banco Central
Pesce ocupó la vicepresidencia del organismo entre septiembre de 2004 y diciembre de 2015. Nadie ha permanecido más tiempo dentro del Banco Central que él. También se desempeño como secretario de Hacienda y Finanzas del ex jefe de Gobierno de Buenos Aires, Aníbal Ibarra. Es cercano a Alberto Fernández.
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Mercedes Marcó del Pont: Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP)
Economista, graduada en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, Marcó del Pont ha sido diputada nacional y presidenta del Banco Central entre 2010 y 2013. En total, son veinte ministerios, más la Jefatura de Gabinete y tres secretarías. Aquí les presentamos a algunos.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Mabromata
Victoria Donda: titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI)
Donda es abogada egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y diputada de la nación por la Ciudad de Buenos Aires. Nació mientras sus padres permanecían secuestrados por la dictadura cívico-militar argentina (1976-1983). Ellos todavía siguen desaparecidos.
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María Eugenia Bielsa: ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat
Es arquitecta por la Universidad Nacional de Rosario y una de las primeras confirmadas en el equipo de Fernández. Hermana de Marcelo y Rafael Bielsa, fue vicegobernadora de la Provincia de Santa Fe y directora el Servicio Público de la Vivienda de la Municipalidad de Rosario.
Imagen: AFP/J. Mambromata
Malena Galmarini: titular de Aguas y Saneamientos Argentinos (AYSA)
Esta politóloga de 44 años debuta al frente de un cargo nacional. Anteriormente fue secretaria de Política Sanitaria y Desarrollo Humano del partido de Tigre, del cual también es concejal.
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Daniel Arroyo: ministro de Desarrollo Social
Se lo considera un especialista en el área. Fue viceministro de Alicia Kirchner y ministro de Desarrollo Social bonaerense en 2007. Es reconocido por presentar el plan "Argentina contra el hambre".
Imagen: picture-alliance/dpa/NurPhoto/C. Smiljan
Matias Lammens: ministro de Turismo y Deportes
El dirigente del club de fútbol San Lorenzo ya fue candidato a jefe de Gobierno de la ciudad, lo que significó su ingreso formal a la política este año. Sin haberlo conseguido, ahora ocupará un lugar en el Ejecutivo encabezado por Fernández.
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Gustavo Béliz: secretario de Asuntos Estratégicos
Abogado, egresado de la UBA. Entre los distintos cargos que ha ocupado destacan: ministro del Interior, legislador de la Ciudad de Buenos Aires, ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación y senador. Cuenta con experiencia en el ámbito internacional, principalmente trabajando desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
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Juan Cabandié: ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable
Cabandié es integrante del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) -un organismo de derechos humanos argentino creado en 1979, durante la última dictadura militar- y maestro en el Centro ICEA. Es cercano al kirchnerismo y ha sido diputado nacional durante varios años. De 41 años, fue uno de los máximos referentes de la agrupación La Cámpora, liderada por Máximo Kirchner.