Sheindi Ehrenwald fue deportada al campo de concentración de Auschwitz por los nazis a la edad de 14 años. Ella mantuvo un diario oculto durante su terrible experiencia. Ahora, se exhibe por primera vez en Berlín.
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Sheindi Miller-Ehrenwald vive ahora en Israel; pero no siempre fue así. En la primavera de 1944, los nazis enviaron a la niña de 14 años al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, donde tuvo que realizar trabajos forzados. Durante el exterminio, su familia fue asesinada. Arriesgando su vida en el proceso, la niña escribió sus experiencias en un diario.
"Hoy solo puedo contar mi historia al mundo", dice la mujer de 90 años. "Pronto moriré y no quiero que las personas que fueron asesinadas allí sean olvidadas". Hoy, 75 años después de la liberación de Auschwitz-Birkenau, Sheindi Miller-Ehrenwald es una de las últimas sobrevivientes del Holocausto. Las 54 páginas de su testimonio de los horrores por los que pasaron ella y su familia solo se revelan ahora.
Persecución y deportación
El trágico destino de su familia, y de cientos de miles de otros judíos, se produjo después de la invasión de Hungría por las fuerzas nazis el 19 de marzo de 1944; el pequeño pueblo de Galanta, donde vivían los Ehrenwald (ahora Eslovaquia), también fue ocupado a través de la llamada Operación Margarethe. Como consecuencia, los judíos fueron perseguidos, privados de sus derechos, detenidos en guetos y deportados a campos de exterminio nazis.
El día de su deportación en junio de 1944, Sheindi señaló: "Estamos empacando. Todos tienen algo en sus manos. Date prisa, date prisa. Todo tiene que salir del apartamento... La puerta se cierra de golpe. Escucho las llaves en la cerradura... Un pedazo de mi corazón se ha roto".
Galanta, una ciudad de 4.000 habitantes cerca de la frontera con Austria, tenía una fuerte comunidad judía de unas 1.200 personas, a la que pertenecía la familia de Sheindi.
La pequeña ciudad perteneció hasta el final de la Primera Guerra Mundial a Austria-Hungría, desde 1920 a Checoslovaquia y desde 1938 a Hungría nuevamente, y la familia Ehrenwald hablaba húngaro, alemán y eslovaco.
El padre de Sheindi, Leopold (54 en el momento de la deportación) dirigía una tienda de vinos; su madre Cecilia, entonces de 50 años, ayudaba en el negocio. Sheindi fue la segunda hija más joven. Sus hermanas Jitti (20) y Dori (12), así como sus hermanos Rüvi (25) y Beri (17), también vivían en la casa familiar. Dos hermanos mayores luchaban en el frente oriental.
Escribir a pesar del riesgo
Abarrotada en un vagón de carga de ganado, la familia fue transportada a Auschwitz-Birkenau. A través del proceso de selección, los abuelos, padres y algunos de los hermanos de Sheindi fueron enviados a las cámaras de gas.
Sheindi fue elegida para realizar trabajos forzados en una fábrica de armas en Baja Silesia. Durante todo el calvario, mantuvo las páginas de su diario con ella, solo pedazos de papel arrugado. En la fábrica de armas de Karl Diehl, en Peterwaldau, cerca de Breslavia, recolectó tarjetas descartadas y las usó para continuar con su diario. Logró mantener sus notas ocultas hasta su liberación en mayo de 1945. Sheindi, su hermana Jitti y su hermano Yezeziel fueron los únicos sobrevivientes de su familia.
Testimonio del Holocausto hecho público por primera vez
Revelado por primera vez en una exposición, el testimonio personal de Sheindi Ehrenwald sobre la persecución, deportación y aniquilación de los judíos húngaros se exhibe en el Museo Histórico Alemán de Berlín.
La exposición "Deportado a Auschwitz - Notas de Sheindi Ehrenwald", organizada en cooperación con el grupo editorial Axel Springer, se inaugura el 23 de enero y seguirá siendo parte de la exposición permanente. El Diario de Sheindi, un documental corto de los reporteros de Bild sobre la historia del sobreviviente del Holocausto, también fue lanzado para acompañar la exposición. (few/dzc)
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"Adiós, queridos míos": últimas cartas de víctimas del Holocausto
Internados en campos de concentración o guetos, muchos judíos escribieron cartas a sus seres queridos. Poco después, fueron asesinados. El Museo del Holocausto Yad Vashem recuerda a estas personas en una exposición.
Imagen: Courtesy of Yad Vashem Photo Archives
Un niño como cualquier otro
¡Qué foto! A través de la reflexión múltiple, Salman Levinson parece estar mirándonos desde diferentes ángulos. Fue tomada en 1937. El pequeño Salman, llamado Sima, todavía es un niño como cualquier otro. Vive con su madre, Frieda, y su padre, Selig, en Riga. En 1936, su tía emigró a "Eretz Israel", el territorio palestino bajo mandato británico. Él le escribe cartas regularmente.
Imagen: Courtesy of Yad Vashem Photo Archives
Una casa en Riga
Poco después de su noveno cumpleaños, Salman agradece a su tía Agnes el regalo que le envió con un dibujo. "Bait" -"casa" en hebreo- se lee en el dibujo. Poco después, la Wehrmacht alemana ocupa Riga. Agnes no vuelve a saber de su sobrino. Apenas después de la guerra se entera: Salman y sus padres fueron deportados al gueto de Riga y asesinados.
Imagen: Courtesy of Yad Vashem Photo Archives
Contar las historias de las víctimas
En una exhibición online, el Museo del Holocausto Yad Vashem, en Israel, muestra las últimas cartas de las víctimas del Holocausto, sus últimas palabras antes de que fueran asesinadas por los nacionalsocialistas. Además: fotos de los que escribieron las cartas y de sus familias. En la imagen se ve a los hijos de la familia Keller-Moses en los años veinte. Ellos vivieron en Aquisgrán.
Imagen: Courtesy of Yad Vashem Photo Archives
Una jota marcaba a los judíos
En 1938, los nazis sellaron con una "J" el pasaporte de Sigfried Keller, para muchos una sentencia de muerte. Sigfried fue el único de su familia que sobrevivió. En 2013, entregó la carta de su madre Berta a Yad Vashem. En 1942, ella había escrito desde Theresienstadt: "Adiós queridos hijos y oren por nosotros para que Dios sostenga su mano protectora sobre nosotros y también sobre ustedes."
Imagen: Courtesy of Yad Vashem Photo Archives
Diez cartas cuidadosamente seleccionadas
De entre miles de cartas guardadas en el archivo, Yad Vashem seleccionó diez para la exposición. La mayoría de los que las escribieron no sabían que sería su última carta antes de su muerte. Especialmente los judíos alemanes que, como Sigfried Bodenheimer (arriba en uniforme de ejército), lucharon en la Primera Guerra Mundial, no podían imaginarse que los nazis los iban a matar.
Imagen: Courtesy of Yad Vashem Photo Archives
Última carta antes de la deportación
Muchos intentaron ocultar su situación real. Anne Meininger escribió a sus hijos: "Desde el miércoles estamos en el campamento y estamos muy bien. No tienen que preocuparse. […] Si solo pudiéramos seguir en contacto […] Los besa con todo el cariño su madre que los quiere mucho".
Imagen: Courtesy of Yad Vashem Photo Archives
Éxodo hacia la Tierra Sagrada
Desde el gueto de Varsovia, Perla Tytelman le escribió a su esposo, Josef, y su hija, Rachel: "Concentro todas mis fuerzas para sobrevivir para ustedes... Nuestro anhelo mutuo no tiene límites". Perla fue asesinada. Rachel y Josef, sin embargo, sobrevivieron y emigraron en el barco "Éxodo" a Israel en 1947.
Imagen: Courtesy of Yad Vashem Photo Archives
El tren a Auschwitz
El dibujo "Transporte No. 2", de Paul Kor, muestra el tren que llevó a su padre a Auschwitz, hacia la muerte. Con motivo del Día Internacional de Conmemoración del Holocausto, la exposición online "Adiós, mis queridos. Últimas cartas del Holocausto 1941-1942" recuerda el destino de algunos de los seis millones de judíos asesinados en Europa.