Los ministros del Interior de la UE llegaron a un acuerdo en cuanto a que, en el futuro, también podrán obtener asilo aquellas personas que sean víctimas de persecución no estatal. Su acceso a los sistemas de seguridad social y al mercado laboral seguirá siendo regulado por cada país. Pero aún quedan importantes aspectos pendientes, como señala el editorial del matutino De Standaard, de Bruselas: "Los 15 ministros del Interior y de Justicia se pusieron de acuerdo sobre los derechos mínimos que corresponden a los refugiados, después de que el ministro del Interior alemán, Otto Schily, dio su aprobación. Los países de la UE podrán decidir ahora, por si mismos, sobre los derechos de los familiares de quienes soliciten asilo, pero deberán estar en condiciones de ofrecerles un standard de vida decente. Sin embargo, la regulación de los procedimientos de asilo sigue siendo controvertida ya que no hay solución al asunto de los "países seguros". En principio, los miembros de la UE pueden enviar sin problemas a un solicitante de asilo de regreso a su 'país de origen seguro'. Pero todavía no se ha establecido cuáles países pueden ser considerados 'seguros' y cuáles no."

Extremos perjudiciales

El rotativo austríaco Salzburger Nachrichten hace un llamado a la sensatez y apunta: "Es hora de que por fin se vuelva a imponer en el debate sobre el derecho de asilo en Europa el grado de sobrio profesionalismo que merece este delicado tema. El negro panorama que pintan aquellos que desde hace años quieren convencer a la población de que se aprovechan descaradamente de ella unos vagos, perezosos e incluso criminales, resulta tan inútil como la indignación con la que algunas organizaciones de ayuda para refugiados catalogan cada rechazo de una solicitud de asilo como un acto inhumano. Esas visiones extremas no sirven de nada a los ciudadanos, ni a los refugiados. En ambos casos se sientan las bases para los prejuicios que luego pueden derivar en mutua incomprensión e incluso en odio."

La política alemana de asilo

El periódico berlinés Neues Deutschland, comenta que "no hace tanto tiempo desde que Alemania, con su restrictiva visión acerca de la protección de refugiados, se apartaba de lo que pensaba la mayoría de los países. Eso ha cambiado. Alemania ha demostrado su posición destacada, también en lo concerniente a la defensa de los refugiados. Los planteamientos más liberales de Suecia o Bélgica son minoritarios. (En el plano interno) la Unión Cristiano-demócrata levanta un poco el velo que cubre la nueva ley de inmigración, que aún no se conoce y que ha sido objeto de tantas negociaciones en Berlín. Lo hace indirectamente, al acusar a Schily de colaborar con el abuso del derecho de asilo, por haber dado su aprobación al acuerdo de Bruselas. Malos presagios para la ley alemana."