El general (r) Augusto Pinochet parecía haberse zafado ya definitivamente de las manos de la Justicia. El sobreseimiento del proceso por la llamada "caravana de la muerte", en que fueron ejecutados múltiples opositores en los primeros tiempos de la dictadura, parecía haber sentado un precedente inamovible. El diagnóstico de "demencia senil,", en que se amparó el ex dictador, llevó a desestimar también otras dos peticiones de desafuero. Pero ahora la Corte Suprema no siguió esa línea, despojándolo una vez más de su inmunidad y enfrentándolo a la posibilidad de ser juzgado por su responsabilidad en la Operación Cóndor, que coordinó la represión en el Cono Sur de América Latina.

Sin amparo institucional

La alegría quedó en evidencia entre los defensores de los derechos humanos y los familiares de las víctimas de la dictadura, pese a que nada asegura que esta vez Pinochet llegue a sentarse efectivamente en el banquillo de los acusados. Probablemente ello no ocurra, como reconoce el Profesor Fernando Mires, catedrático del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Oldenburgo, indicando que "se van a aducir 20 mil razones -él tiene abogados muy hábiles- y quizá incluso aparezcan nuevos informes médicos que van a impedir que sea realmente enjuiciado".

Pero eso no tiene demasiada importancia, a juicio del politólogo chileno, doctorado en Ciencias Económicas y Sociales en Alemania. Lo fundamental es que Pinochet ya "no está protegido por la institucionalidad chilena", indica a DW-World. fundamental de este desafuero. Se trata, por lo tanto, sobre todo, de un triunfo simbólico contra la impunidad. Mires concuerda, pero subraya que "lo simbólico también es real. No hay ningún símbolo que surja por sí mismo, sino que todo símbolo pertenece a una realidad."

El diálogo en Chile

Aunque en varios países, incluyendo a Alemania, se siguen procesos por crímenes de la dictadura contra ciudadanos suyos, es obvio que el octogenario general no volverá a salir al exterior. Por eso no es realista pensar que el fallo de la Corte Suprema chilena tenga incidencia práctica en las diligencias que se puedan efectuar contra Pinochet en el extranjero. De todos modos, lo relevante es que el juicio se lleve a cabo en Chile, subraya el catedrático, destacando que el caso tiene más repercusión política que jurídica.

Mires considera que "es muy importante que en Chile se pueda hablar del pasado y para eso es importante también que los actores, fundamentalmente el actor de los actores, que fue Pinochet, hable también sobre ese pasado". Que llegue a hacerlo efectivamente en el marco de un proceso judicial, es algo que aún cabe dudar.