A un mes de que se cumplan los cinco años de la tragedia del 11 de septiembre, diversas fuentes aseguran que los atentados ahora evitados por la policía británica podrían haber sido los más graves desde la colisión de los aviones contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono. De hecho, las autoridades se refirieron a los planes abortados calificándolos como "una masacre de dimensiones inimaginables". En el curso del día fueron detenidas 24 personas sospechosas de estar implicadas en el complot de grupos terroristas que planeaban hacer explotar en pleno vuelo aviones que cubren la ruta entre el Reino Unido y EEUU. También en Pakistán se habrían llevado a cabo "dos o tres detenciones" relacionadas con el caso, según informó la agencia AP, remiténdose a fuentes inoficiales.

Una operación larga

El ministro estadounidense de Protección de la Patria, Michael Cehrtoff, y el jefe del FBI, Robert Mueller, señalaron en Estados Unidos que los indicios apuntan por el momento hacia Al Qaeda como cerebro del atentado frustrado. Según informaciones de los servicios de seguridad estadounidenses, los terroristas tenían en la mira "importantes centros turísticos", como Nueva York, Washington, los Angeles, Boston y Chicago. Como blanco fueron mencionadas las líneas aéreas United Airlines, American Airlines y Continental Airlines.

Por lo que se sabe, la idea era llevar a bordo, ocultos en el equipaje de mano, distintos componentes de explosivos líquidos, para hacerlos explotar en el aire. Las investigaciones siguen sin aportar aún datos sobre el número concreto de aviones que los terroristas tenían planeado atacar, aunque se especula con la posibilidad de que la intención fuera hacer que detonaran los explosivos simultáneamente en Reino Unido y Estados Unidos.

Según Scotland Yard, el plan terrorista fue abortado mediante una operación desarrollada conjuntamente por la unidad antiterrorista de la Policía y los servicios secretos.

"Queremos asegurar al público que llevamos a cabo esta operación de la forma más segura que nos fue posible", afirmó Scotland Yard en un comunicado divulgado hoy. "Esta es una gran operación que inevitablemente será larga y compleja", añade el texto.

Máximo grado de alerta en los aeropuertos

El aeropuerto londinense de Heathrow permaneció cerrado durante horas, provocando también alteraciones en el tráfico aéreo en el resto de Europa. La seguridad ha sido reforzada en todos los aeropuertos británicos y los pasajeros no podrán llevar equipaje de mano a bordo. Según el Departamento de Transporte, salvo pasaportes y billeteras, no está permitido subir nada a los aviones.

British Airways (BA) informó de que cualquier pasajero que se niegue a cumplir con las restricciones impuestas por el gobierno sobre el equipaje no será autorizado a abordar el avión. "Se pide a los pasajeros que lleguen [al aeropuerto] normalmente, pero se esperan retrasos", señaló un portavoz de la aerolínea británica.

También en los aeropuertos alemanes se han reforzado las medidas de seguridad. En todos los vuelos hacia y desde el Reino Unido, el grado de alerta es máximo, lo que implica que no está permitido llevar ningún tipo de equipaje de mano salvo gafas, pasaporte, monedero, medicamentos que no sean líquidos y sólo con receta, y leche para bebés siempre y cuando el padre o la madre acepte probarla antes de embarcar en presencia de las fuerzas de seguridad.

Las compañías aéreas europeas han suspendido numerosos vuelos, que debían partir dirección Reino Unido o que debían salir de la isla con otros destinos. La alemana Lufthansa decidió tomar esta medida porque todavía no hay claridad sobre la situación en los aeropuertos británicos. La compañía Air Berlin ha cancelado igualmente sus vuelos dentro y hacia el Reino Unido y otras aerolíneas como Air France y Alitalia han hecho lo mismo. También el sábado habrá que contar con retrasos en los vuelos desde y hacia Londres.