1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW
Sociedad

Desigualdad económica: ¿negativa para el desarrollo?

Andreas Becker
16 de abril de 2018

La brecha entre ricos y pobres sigue aumentando en muchos países. Desde hace algún tiempo, los economistas investigan sobre sus consecuencias, un tema de debate en la próxima cumbre del FMI en Washington.

Flaschensammler Armut Reichtum
Imagen: picture-alliance/W. Steinberg

El Fondo Monetario Internacional (FMI), al que se le reprocha a menudo aumentar la desigualdad económica, ahora advierte sobre las consecuencias negativas de dicha brecha. El club de países industrializados de la Organización para la Cooperacióny el Desarrollo Económico (OCDE) evalúa la situación de forma similar, pero esta vez no argumentan política, sino económicamente.

"Si aumenta la desigualdad en los ingresos, el crecimiento económico descenderá", según un estudio de la OCDE. Los investigadores de esa organización estimaron las pérdidas por la reducción del crecimiento en un 8,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) global en los últimos 25 años. Para Alemania, el Instituto de Investigación de Berlín (DIW), en un estudio encargado por la Fundación Friedrich Ebert, cifró las pérdidas en 40 mil millones de euros.

Esos resultados hicieron que los defensores de la redistribución económica tuvieran motivos de sobra para la esperanza: finalmente, la evidencia parecía mostrar que la lucha contra la desigualdad no solo es ética o políticamente necesaria, sino también económicamente sensata.

Lea más: Estudio de Oxfam sobre pobreza: ¿con signo de interrogación?

Demasiado bueno para ser verdad

"Si fuera así, entonces todas las personas razonables tendrían que estar a favor de una mayor redistribución", dijo Holger Stichnoth, coordinador del grupo de investigación International Distribution Analyses en el Centro de Investigación Económica Europea (ZEW), en Mannheim. "Sería demasiado bueno para ser verdad", añadió.

Las críticas de dicho ámbito profesional a la metodología de los estudios, los datos y los períodos estudiados no se hicieron esperar. "Finalmente, no está claro si realmente hay una conexión positiva, negativa o nula" entre la desigualdad y el crecimiento económico, sentenció Stichnoth.

Sin embargo, el debate aún no ha finalizado. Recientemente, los investigadores del FMI siguieron analizando resultados pasados e intentando identificar el punto exacto en el que la desigualdad tiene un impacto negativo sobre el crecimiento.

La brecha continúa

No hay dudas entre los economistas sobre ciertos hallazgos. Por ejemplo, que las familias con bajos ingresos invierten menos en educación y, por lo tanto, tienen aún menos oportunidades en un mercado laboral que requiere trabajadores cualificados.

Como tampoco hay dudas de que la desigualdad ha aumentado en la mayoría de los países. El FMI califica este fenómeno como "uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo". La brecha entre ricos y pobres, en sus 35 estados miembros, es "la mayor en 30 años", según la OCDE.

A nivel mundial, el desarrollo es similar. "La desigualdad en los ingresos ha aumentado en las últimas décadas en casi todas las regiones del mundo", según el informe World Inequality Report 2018, en el que también colaboró el economista francés Thomas Piketty. La brecha económica sigue siendo estable en lugares donde siempre ha sido "extremadamente alta": en Oriente Próximo, África subsahariana y Brasil.

Entonces, ¿no hay ninguna esperanza de que esa situación cambie? ¿Los ricos se enriquecerán aún más y los pobres serán cada vez más pobres? El investigador de distribución Stichnoth no está de acuerdo: "A nivel mundial, los países que solían ser muy pobres se han recuperado mucho en los últimos 30 años". En China e India, la desigualdad entre ricos y pobres es enorme. Y sin embargo, la brecha de ingresos de estos países, en comparación con EE. UU. o Europa, ha disminuido. 

Menos desigualdad, según el PIIE

Esto también lo muestra el Coeficiente de Gini, un indicador numérico de desigualdad. Teóricamente oscila entre cero (todos tienen la misma cantidad) y 100 (uno lo tiene todo). A nivel mundial, por última vez, estuvo situado en 65, una mejora significativa, según un estudio del Peterson Institute for International Economics (PIIE). Este hecho es una consecuencia del crecimiento económico de muchos países, que fueron en su momento pobres, sobre todo en Asia. De acuerdo con ese coeficiente, para 2035, la desigualdad global podría reducirse aún más, a 61.

Entonces, en 2035, el índice global sería significativamente más alto que en determinados países tomados individualmente, como Alemania (29), Estados Unidos (39) o China (47). 

Imagen: picture-alliance/Ulrich Baumgarten

El Estado y sus arcas vacías

Si la desigualdad global disminuyera "se trataría solo de un pequeño consuelo para aquellos que no tienen ningún beneficio (del crecimiento económico)", explicó Stichnoth. Según él, esos sectores serían los ingresos bajos y medios en Europa y Estados Unidos. Globalmente, pueden ser ricos, pero sus ingresos han aumentado o poco o nada, según el Informe sobre la Desigualdad Mundial. 

El aumento de la desigualdad global es también una de las posibles explicaciones para el surgimiento del populismo, el nacionalismo y el proteccionismo. "Los ciudadanos pueden perder la confianza en las instituciones, lo que mina la cohesión social y la fe en el futuro", escriben los investigadores del FMI.

La cuestión es si los gobiernos podrán contrarrestar esta tendencia, ya que con frecuencia carecen de medios. Además, casi todos los países han privatizado gran parte de sus propiedades públicas desde los años ochenta. "Los países se hicieron más ricos, pero los gobiernos, al contrario, más pobres", de acuerdo al Informe sobre la Desigualdad Mundial. Esto limita su ámbito de acción en la lucha contra la desigualdad.

Andreas Becker (RMR/CP)

 

Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos en Facebook | Twitter | YouTube |