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Destrozos y principios de incendio en protestas en Belo Horizonte

26 de junio de 2013

Decenas de tiendas destrozadas y varios principios de incendio fue el saldo de una masiva protesta cerca del estadio "Mineirao", en Belo Horizonte, donde Brasil y Uruguay se enfrentaron por la Copa Confederaciones.

Imagen: Christophe Simon/AFP/Getty Images

Según informaron medios de prensa, unas 24 personas fueron detenidas por portar materiales para causar destrozos y por daños al patrimonio público.

El partido, que terminó con la victoria de Brasil por 2 a 1, pasó a segundo plano para los manifestantes, que protestaron por lo que llamaron "derroche" en infraestructura para el Mundial de Fútbol 2014 y la Olimpiada de Verano 2016, exigiendo en su lugar más servicios públicos y educación.

Al menos cuatro focos de incendio fueron detectados en la región próxima al estadio, provocados por personas con el rostro cubierto. Una concesionaria de automóviles fue parcialmente incendiada.

Más temprano, se registraron enfrentamientos entre manifestantes y policías cuando algunos activistas intentaron derribar las rejas que fueron colocadas como barrera de protección en los alrededores del estadio, a lo que la policía respondió con bombas de gas lacrimógeno.

La manifestación, de la que se calcula participaron unas 50.000 personas, se dispersó a raíz de la reacción policial, generando disturbios y correrías en las calles cercanas al estadio que se prolongaron por más de media hora.

Los disturbios no sorprendieron a la ciudad de unos 2,4 millones de habitantes, que el miércoles (26.06.2013) amaneció con poca gente en las calles, comercios y bancos cerrados -en muchos casos protegidos por cercas- y ocupada por policías, bomberos y agentes la Fuerza Nacional de Seguridad, que recorrían la ciudad a bordo de camiones.

La gobernación del estado de Minas Gerais informó que el esquema de seguridad para el partido movilizó a 5.500 efectivos de la policía militarizada, que se suman a 160 oficiales de la Fuerza Nacional de Seguridad encargados de proteger las inmediaciones del estadio

Mineirao.

Además, unos mil soldados del Ejército permanecieron en estado de alerta para intervenir en caso de disturbios graves.

PK (dpa)