El volcán Nevado del Ruiz, en el oeste de Colombia, está expulsando nubes de ceniza. La actividad sísmica ha "aumentado significativamente", según las autoridades, y desde finales de marzo se encuentra en el segundo nivel de alerta más alto. Ahora se espera una erupción "en cuestión de días o semanas", explicó el Servicio Geológico Colombiano (SGC).

Un soldado observa la actividad del Nevado del Ruiz desde un avión. Sin embargo, el Servicio Geológico informó que no hay motivos para que cunda el pánico: No se puede predecir con exactitud si el volcán entrará en erupción, ni con qué intensidad lo hará. Una erupción "más fuerte que en los últimos diez años" es probable, pero también es posible que el volcán se calme.

El volcán Nevado del Ruiz se encuentra en el departamento de Caldas, detrás de la ciudad de Manizales. Es uno de los 25 volcanes activos de Colombia y está situado en el noroeste de la capital del país, Bogotá, en los Andes. El Nevado del Ruiz forma parte del Cinturón de Fuego del Pacífico; en los últimos diez años ha mostrado una "actividad sísmica constante", anunció la SGC.

Las cruces y lápidas de la ciudad de Armero conmemoran a las víctimas de la pasada catástrofe: en 1985, más de 20.000 de sus cerca de 29.000 habitantes murieron por una avalancha de lodo provocada por una erupción del Nevado del Ruiz. La tragedia se considera el peor desastre natural del país.

Una vez más, el mayor peligro para la población es un alud de ceniza, agua y roca, que podría desencadenarse por el deshielo de las laderas del volcán. El pasado martes (02.05.2023), la mayor emisión de ceniza hasta el momento desde la reanudación de la actividad del Nevado del Ruiz alcanzó una extensión de 3.000 metros.

Desde principios de abril, se ha pedido a los habitantes que viven cerca del volcán que evacúen el lugar. Sin embargo, las autoridades tienen dificultades para convencer a la gente de que abandone la zona: muchos prefieren quedarse en las cercanías del volcán para recoger las cosechas o cuidar de sus animales.

Leonel Ortiz Porras tampoco quiere irse. Conoce muy bien el peligro del volcán: durante la última y fatal erupción, hace casi cuarenta años, sufrió quemaduras de tercer grado en las manos. Sin embargo, Porras no se atreve a abandonar su casa. Y no teme otra erupción.

El sábado, la autoridad de control de catástrofes anunció que se evacuarían todas las poblaciones situadas en un radio de 15 kilómetros alrededor del cráter principal del volcán, incluida Villamaría Caldas, situada en las cercanías del volcán, a más de 5.300 metros de altura. Una posible erupción afectaría a casi 57.000 personas, 14.000 de ellas, en ciudades.