La Fiscalía alemana continúa investigando cómo fue posible que un hombre, que se encuentra ya a disposición judicial, accediera sin más al piso contiguo al de la canciller alemana, Angela Merkel, a pesar de las medidas de seguridad, informaron este sábado (25.01.2014) los medios de comunicación alemanes.

La casa en la que vive Merkel con su marido Joachim Sauer enfrente del famoso Museo Pergamon cuenta con dos policías en su puerta las 24 horas del día. Sin embargo, el martes 12 de julio de 2011 un hombre se dirigió a la puerta y tras saludar a los dos policías les comentó que venía a visitar a unos familiares y accedió a la casa.

Hasta el momento se desconoce la razón por la que los policías no le pidieron la identificación ni le preguntaron su nombre. El hombre abrió la puerta del edificio y accedió a su interior sin mayores problemas. “El autor del delito debió hacerse ilegalmente con una llave que le permitió acceder al piso”, confirmó el portavoz de la Fiscalía de Berlín, Martin Steltner, al diario alemán Bild.

¿Cómo pudo suceder?

El ladrón se llevó un valioso reloj de hombre, una llave de coche, el permiso de circulación de un automóvil y dinero en efectivo por valor de 6.500 euros, de acuerdo a los documentos de la investigación. Tras hacerse con su botín, el hombre abandonó el edificio y se despidió de los policías. A continuación robó un automóvil de alta gama con las llaves que había encontrado en el piso.

Después de este golpe, el ladrón siguió actuando en otros estados federados alemanes, lo que posibilitó que los investigadores dieran con él y lo detuvieran. Actualmente se encuentra en prisión preventiva en Schwerin, en el norte del país. “El robo en el edificio de Merkel es parte de una gran investigación de numerosos robos”, afirmó Steltner. “Las investigaciones durarán un tiempo”.

La policía de Berlín confirmó el robo después de que el diario berlinés BZ insistiera en intentar conseguir una confirmación de la noticia. De momento, los responsables de asuntos internos de Berlín no han querido contestar a la pregunta de si los controles en la casa de Merkel son suficientes o si habría que incrementarlos. Mientras, la cuestión de cómo pudo suceder algo así continúa sin respuesta. (dpa)