Detienen a los asesinos de un periodista en El Salvador
19 de abril de 2018
Los dos jóvenes pandilleros de la mara Barrio 18, uno apresado el lunes, acribillaron al camarógrafo Samuel Rivas simplemente para escalar en la organización criminal.
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La Policía de El Salvador capturó este miércoles (18.04.2018) a un pandillero presuntamente implicado en el asesinato del periodista de televisión Samuel Rivas, quien fue acribillado a balazos el 16 de noviembre de 2017 en la entrada de un templo religioso. Se trata de Axel Eduardo Villalobos Martínez, alias 'Hippie', miembro de la mara Barrio 18, y será puesto a disposición del juzgado de paz de San Martín. Por el mismo caso, ocurrido en las afueras de San Salvador, fue detenido el lunes pasado otro miembro de esa pandilla, Wilbert Ernesto Carranza Cabrera, alias 'Chino', acusado de ser el autor de los disparos que acabaron con la vida de Rivas.
Tras la detención del lunes, la policía dio una rueda de prensa en la que explicaron que el asesinato de Rivas no fue debido a su profesión periodística, sino fortuita. Simplemente era una prueba para que Cabrera escalara en la jerarquía criminal de la mara con un asesinato.
Desde 2000 han sido asesinados ocho periodistas en El Salvador, la mayoría por miembros de pandillas, que son las mayores causantes de los crímenes en el país centroamericano, de acuerdo con los análisis oficiales. En tanto, el sábado pasado fue asesinada la periodista Karla Turcios, de 33 años, que trabajaba en el diario "La Prensa Gráfica". La policía investiga los móviles de este crimen.
LGC (dpa/LaPágina/ElMundo)
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El Salvador: de expandilleros a panaderos
Vivir en una banda criminal es sinónimo de peligro. En El Salvador las armas y las drogas eran el pan de cada día de Wilfredo Gómez. Después de diez años cambió su vida de delincuente para volverse panadero.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Un cambio profundo
Estas manos solían contrabandear drogas y armas para la temida banda criminal "18th Street Gang", ahora amasan harina de pan en El Salvador. La panadería de la iglesia Eben-Ezer, en la capital salvadoreña, es dirigida por un exmilitante. En la foto, Wilfredo Gómez hornea pan junto con otros diez antiguos integrantes de la banda criminal. Esta es la base con la que comienzan una nueva vida.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Grandes costos
Llevar las cuentas y otro tipo de papeleos es su nuevo oficio. El joven se unió a la pandilla "18th Street Gang" cuando era todavía un adolescente. La banda presenta estructuras parecidas a las de las mafias y es una de las más conocidas de las llamadas Maras. Gómez dice que fue atraído por las armas, las mujeres y el sentimiento de pertenencia a un grupo.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Con la ayuda del Señor
El exmilitante Julio Marroquín renunció a su pasado en bandas criminales y ayuda en el servicio de la iglesia de Eben-Ezer. Para desertores como él, la iglesia en Dina, un barrio de San Salvador, es un lugar de refugio. Para los exintegrantes de estas bandas criminales no es fácil encontrar un trabajo o un lugar para vivir. La iglesia le provee a Julio un lugar para dormir y comida.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Marcados de por vida
Roberto Renderos también salió de la banda criminal. Sus llamativos tatuajes hacen que su pasado salte a la vista y también despierte sospechas frente a las autoridades policiales. En octubre la policía arrestó a los panaderos expandilleros porque sospechaba que habían formado una asociación ilegal. La razón: sus tatuajes. Sin embargo, los sospechosos salieron libres sin cargos en su contra.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Borrar el pasado
En la banda, Raúl Valladares era conocido bajo el apodo de "La Sombra". Para él, su nombre al igual que sus tatuajes de "18th Street Gang" en su cara hacen parte del pasado. Ahora sus tatuajes son removidos con un láser, a pesar de que la banda criminal amenaza de muerte a quien se quite los tatuajes.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
La panadería de los sueños
"Yo perdí mi casa, mi mujer, mi hijo y los mejores años de mi vida persiguiendo una ideología sin sentido", manifestó Wilfredo Gómez acerca de su tiempo como pandillero. A los otros desertores les pasó lo mismo. En la panadería no solo se prepara pan, sino también se fabrican nuevos sueños. "Algún día vamos a tener nuestro propio negocio y vamos a competir con las pizzerías", dice.