Detienen en Bogotá a sobrino del jefe del Clan del Golfo
28 de julio de 2020
Colombia detuvo el lunes en el aeropuerto El Dorado, de Bogotá, a Arley Antonio Úsuga Torres, sobrino de Dairo Antonio Úsuga David, alias "Otoniel", máximo jefe del Clan del Golfo, la mayor banda criminal del país.
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Las autoridades de Migración de Colombia dijeron en un comunicado, el lunes (27.07.2020), que Úsuga Torres fue detenido tras ingresar al país en un vuelo de deportados procedente de los Estados Unidos, adonde fue extraditado en 2016 por narcotráfico.
Tras realizar las verificaciones correspondientes, Arley Úsuga, quien se hace llamar "Juan Carlos", fue puesto a "disposición de las autoridades competentes, para que responda por los delitos de concierto para delinquir y fabricación, tráfico y porte de armas y munición de uso privativo de las fuerzas armadas".
Alias "07", cabecilla regional del "Clan Úsuga", fue capturado por agentes de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijin) el 12 de diciembre de 2013 en el municipio de Chigorodó, departamento de Antioquia (noreste), junto a ocho integrantes de ese grupo.
El detenido era el encargado de despojar de sus tierras a los campesinos y el desplazamiento forzado en los departamentos de Antioquia y Córdoba (norte).
CP (efe, rtr)
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Guerrilleras de las FARC: del combate a la paz
Jóvenes mujeres que forman parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia fueron inmortalizadas vestidas con uniforme militar y con ropa de calle. Un antes-después que pronto podría ser realidad.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Yeimi, Frente 48 de las FARC. 23 años
Cuando el próximo 26 de septiembre se firme la paz, no solo se habrá puesto término a más de medio siglo de conflagración en Colombia, sino que también cambiarán las vidas de miles de combatientes. En la imagen se ve a Yeimi, de 23 años y con 10 como miembro de las fuerzas rebeldes. Su sueño es estudiar computación una vez que se desmovilice.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Yuri, Frente 32. 18 años.
Tras esa sonrisa infantil se encuentra Yuri Rentería, combatiente del Frente 32 de las FARC. Para ella, que lleva cuatro años combatiendo en la selva, el futuro se pinta de estudios de ingeniería. La imagen forma parte de una serie obtenida por la agencia AP, que fotografió a varias guerrilleras con uniforme y como civiles, como antesala del nuevo mañana.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Mayerti, Frente 32. 18 años
Justo cuando empezaron los diálogos de paz en La Habana entre la guerrilla y el Gobierno de Colombia, hace cuatro años, Mayerli se sumó a las unidades del Frente 32 de las FARC. Entonces tenía 14 años. Hoy, con 18 y toda la vida por delante, espera estudiar enfermería tras la desmovilización.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Derly. Frente 49. 24 años
Nueve años de su vida Derly los pasó combatiendo en la selva como miembro del Frente 49 de las FARC, que opera(ba) en el departamento de Caquetá. Si el 2 de octubre los colombianos votan por el sí al acuerdo de paz, Derly tendrá una oportunidad de probarse a sí misma y empezar a prepararse para estudiar medicina, que es la profesión que aspira tener una vez que las armas hayan sido calladas.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Sofía, Frente 49. 19 años
Seguramente fue involuntario, pero Sofía posa con cara de tristeza en uniforme y con una amplia sonrisa como civil. Esta joven de 19 años, seis de ellos en la zona de Caquetá combatiendo como parte del Frente 49 de la guerrilla, quiere estudiar leyes. Desde que comenzó la guerra en Colombia, más de 250 mil personas han perdido la vida y millones han sido desplazadas.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Johana, Frente 32. 19 años
Como muchas de sus compañeras, y quizás por lo que vio en los combates, Johana quiere ser enfermera. Ingresó con 13 años a la guerrilla, donde pasó seis años de su vida. Es miembro del Frente 32 asentado en Putumayo y que forma parte del Bloque Sur de las FARC. Toma el fusil con seguridad y prestancia, pero más segura y presta se ve de civil.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Yiceth, 18 años
Yiceth pasó a engrosar las filas de las FARC cuando tenía 14 años, hace cuatro. Ella, como todas las otras jóvenes de esta galería, forma parte de los numerosos adolescentes que combatieron, contraviniendo acuerdos internacionales. Ahora desea cumplir dos anhelos: terminar la secundaria y estudiar enfermería. Si la guerra continuara, sus sueños y los de cientos de combatientes se verían truncados.