Detienen en Guatemala a un jefe de sicarios de la mara B-18
18 de febrero de 2021
"El Panche", salvadoreño de 29 años, fue apresado en un allanamiento en el que se le incautó una pistola de 9 milímetros que intentó utilizar contra los agentes.
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La policía de Guatemala capturó en un sector popular del norte de la capital a un supuesto pandillero salvadoreño señalado de coordinar asesinatos y el cobro de extorsiones a comerciantes y transportistas, informó este jueves (18.02.2021) la institución.
"El salvadoreño Ángel Bladimir Linares Duarte y/o Carlos Alberto Linares Martínez, alias 'El Canche', de 29 años, fue capturado en un allanamiento" en la zona 6, un sector de la periferia norte capitalina, dijo a periodistas Jorge Aguilar, vocero de la Policía Nacional Civil.
De acuerdo con Aguilar, el detenido es "jefe de sicarios" de la temible pandilla Barrio 18 y también es acusado de "coordinar y ejecutar el cobro de la extorsión" en negocios y líneas de transporte de pasajeros en el área donde fue arrestado. Linares, a quien se le decomisó una pistola y municiones, intentó escapar durante el operativo, agregó el portavoz policial, quien no precisó la cantidad de asesinatos que habría ordenado el supuesto líder pandillero.
Además del Barrio 18, en Guatemala también opera de forma similar la pandilla Mara Salvatrucha, ambas con importante presencia en Centroamérica. Junto con el narcotráfico, son responsables de casi la mitad de las 3.500 muertes violentas que ocurren cada año en el país, según las autoridades.
lgc (afp/pnc)
El Salvador: de expandilleros a panaderos
Vivir en una banda criminal es sinónimo de peligro. En El Salvador las armas y las drogas eran el pan de cada día de Wilfredo Gómez. Después de diez años cambió su vida de delincuente para volverse panadero.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Un cambio profundo
Estas manos solían contrabandear drogas y armas para la temida banda criminal "18th Street Gang", ahora amasan harina de pan en El Salvador. La panadería de la iglesia Eben-Ezer, en la capital salvadoreña, es dirigida por un exmilitante. En la foto, Wilfredo Gómez hornea pan junto con otros diez antiguos integrantes de la banda criminal. Esta es la base con la que comienzan una nueva vida.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Grandes costos
Llevar las cuentas y otro tipo de papeleos es su nuevo oficio. El joven se unió a la pandilla "18th Street Gang" cuando era todavía un adolescente. La banda presenta estructuras parecidas a las de las mafias y es una de las más conocidas de las llamadas Maras. Gómez dice que fue atraído por las armas, las mujeres y el sentimiento de pertenencia a un grupo.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Con la ayuda del Señor
El exmilitante Julio Marroquín renunció a su pasado en bandas criminales y ayuda en el servicio de la iglesia de Eben-Ezer. Para desertores como él, la iglesia en Dina, un barrio de San Salvador, es un lugar de refugio. Para los exintegrantes de estas bandas criminales no es fácil encontrar un trabajo o un lugar para vivir. La iglesia le provee a Julio un lugar para dormir y comida.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Marcados de por vida
Roberto Renderos también salió de la banda criminal. Sus llamativos tatuajes hacen que su pasado salte a la vista y también despierte sospechas frente a las autoridades policiales. En octubre la policía arrestó a los panaderos expandilleros porque sospechaba que habían formado una asociación ilegal. La razón: sus tatuajes. Sin embargo, los sospechosos salieron libres sin cargos en su contra.
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Borrar el pasado
En la banda, Raúl Valladares era conocido bajo el apodo de "La Sombra". Para él, su nombre al igual que sus tatuajes de "18th Street Gang" en su cara hacen parte del pasado. Ahora sus tatuajes son removidos con un láser, a pesar de que la banda criminal amenaza de muerte a quien se quite los tatuajes.
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La panadería de los sueños
"Yo perdí mi casa, mi mujer, mi hijo y los mejores años de mi vida persiguiendo una ideología sin sentido", manifestó Wilfredo Gómez acerca de su tiempo como pandillero. A los otros desertores les pasó lo mismo. En la panadería no solo se prepara pan, sino también se fabrican nuevos sueños. "Algún día vamos a tener nuestro propio negocio y vamos a competir con las pizzerías", dice.