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Ayotzinapa: cae el jefe policial acusado de desapariciones

21 de octubre de 2016

Las Policía mexicana arrestó el exjefe policial de Iguala, Felipe Flores, considerado figura clave en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el 26 de septiembre de 2014, a manos de policías corruptos.

El exjefe policial de la ciudad de Iguala Felipe Flores
El exjefe policial de la ciudad de Iguala Felipe FloresImagen: Getty Images/Y.Cortez

Después de dos años de búsqueda, la Policía mexicana detuvo el exjefe policial de la ciudad de Iguala Felipe Flores, una pieza clave en la desaparición de 43 estudiantes en 2014, informó hoy (21.10.2016) la Comisión Nacional de Seguridad.

La Comisión Nacional de Seguridad (CNS) informó en la red social Twitter que Flores fue detenido a las 07.00 hora local (12.00 GMT) en Iguala, en el sureño estado de Guerrero, en cumplimiento de una orden de aprehensión emitida hace dos años.

Flores es considerado uno de los autores intelectuales de lo ocurrido a los jóvenes la noche del 26 de septiembre de 2014, junto con el entonces alcalde, José Luis Abarca; y su esposa, María de los Ángeles Pineda, ambos en prisión desde noviembre de ese mismo año.

Felipe de la Cruz, vocero de los familiares de los 43 estudiantes, durante la marcha convocada al cumplirse dos años de las desapariciones. (26.10.2016)Imagen: Reuters/H. Romero

México ofrecía una recompensa de 2,5 millones de pesos (unos 130.000 dólares) por información que condujera al arresto de Flores, pero no se reveló si alguien dio pistas para localizarlo.

Los estudiantes de Ayotzinapa

Los estudiantes de la escuela para formación de maestros "Raúl Isidro Burgos" de Ayotzinapa desaparecieron entre el 26 y el 27 de septiembre de ese año, en una acción que involucró a policías municipales aliados con el grupo criminal Guerreros Unidos, según las investigaciones.

La causa de la desaparición de los estudiantes no ha sido esclarecida. Al principio se dijo que habían sido confundidos con integrantes de un grupo rival, pero esa hipótesis se fue desvaneciendo con el tiempo. Tres de los jóvenes, además de otras tres personas, perdieron la vida la misma noche, en ataques a tiros. Los jóvenes llegaron a Iguala después de apoderarse de autobuses para trasladarse, unos días más tarde, a una manifestación en Ciudad de México. Esta práctica, tolerada por las autoridades, era habitual en ellos y nunca habían sido perseguidos con tal ferocidad.

Hasta ahora se han encontrado sólo restos identificados con certeza de uno de los jóvenes y presumiblemente fragmentos óseos de otro.

FEW (dpa, EFE)
 

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