París opta por el endeudamiento, en aras de reactivar su economía. De acuerdo con el proyecto de presupuesto presentado este miércoles por el gobierno, las nuevas deudas del presente año ascenderían al 8,2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y en 2010 seguirían escalando hasta un 8,5 por ciento. Sólo a partir de entonces comenzaría a descender paulatinamente el déficit, para llegar a un 5 por ciento en el 2013. En otros términos, el límite del 3% del PIB estipulado en el tratado de Maastricht sobre la unión monetaria europea ni siquiera figura en las proyecciones de las autoridades francesas.

Ya en junio, el presidente Nicolás Sarkozy había afirmado que no aplicaría una “política de ahorro”. La única excepción es que el gobierno sigue adelante con sus planes de reducir el aparato de la administración pública y recortar más de 30 puestos de trabajo en ese sector el año próximo. Pero la premisa general es fomentar el retorno del crecimiento, aunque para ello haya que recurrir a créditos monumentales. De hecho, gran parte de los gastos fiscales de este año es financiada con dinero prestado.

Esperanzas de pronta recuperación

De acuerdo con las previsiones de París, tras la recesión de este año, en 2010 comenzaría la recuperación, con un crecimiento del 0,75 por ciento. Para el 2011, cuentan incluso con un una expansión del 2,5 por ciento.

La dirigente opositora Martin Aubry criticó el proyecto de presupuesto calificándolo de “socialmente injusto” y advirtió que el déficit estaba fuera de control. El partido gobernante, UMP, alabó en cambio el plan presupuestario “de crecimiento”, afirmando que fomenta a las empresas y el empleo. No obstante, y pese a todas las medidas de apoyo, este año depara a Francia la pérdida de más de medio millón de empleos.

El ejemplo de Alemania

En vista de la particular situación generada por la crisis, los severos límites de endeudamiento que se establecieron en la zona del euro se han relajado. Hervé Boulho, experto de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), señaló al periódico galo Les Echos que no sería apropiado aplicar una política de “ahorro brutal” el año entrante en Francia. No obstante, advirtió que un alto déficit podría inhibir el crecimiento a mediano plazo y aconsejó a París presentar un plan claro para reducirlo, siguiendo el ejemplo alemán.

En Alemania, entretanto, el saliente ministro de Hacienda, Peer Steinbrück, por lo visto podrá despedirse de esa cartera con una noticia moderadamente positiva: el déficit fiscal de este año será algo menor del esperado. El Ministerio de Hacienda rebajó su previsión al respecto de un 3,9 a un 3,7 por ciento.

ERS/dpa/reuters/ap

Editora: Claudia Herrera Pahl