Este viernes (21.4.2017), el presidente del Parlamento venezolano, el opositor Julio Borges, negó que las muertes registradas durante las manifestaciones antigubernamentales del 19 de abril hayan sido causadas por grupos violentos antichavistas, como alega el jefe de Estado, Nicolás Maduro. “Todo el mundo sabe que es el Gobierno el que está armando al pueblo. Nosotros no tenemos armas, no tenemos bombas lacrimógenas. Lo que queremos es votar”, dijo Borges en una rueda de prensa. Poco antes, el dirigente del partido Primero Justicia habló vía telefónica con DW sobre otro tema que lo inquieta: la posibilidad de que el principal banco de Alemania inicie una transacción con el Ejecutivo de Maduro, a través del Banco Central de Venezuela, y ayude a estirar el mandato de un dictador.

Deutsche Welle: Diputado Borges, en entrevista con DW-TV, usted advirtió que el Deutsche Bank corría el peligro de incurrir en una transacción ilegal si aceptaba la oferta hecha por el Gobierno de Nicolás Maduro y adquiría las reservas de oro del Estado venezolano. ¿Qué novedades puede darnos al respecto?

Julio Borges: Esa negociación tiene mucho que ver con el golpe propinado al Parlamento venezolano –donde la oposición tiene la mayoría– y con las actuales manifestaciones de protesta. En los días 28 y 29 de marzo, obedeciendo órdenes del presidente Nicolás Maduro, los magistrados de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia emitieron unas sentencias que despojaron a la Asamblea Nacional de sus facultades.

Como la crisis económica venezolana es tan grave y el oficialismo ya se ha robado todo el dinero de los contribuyentes, prerrogativas legislativas fueron puestas en manos de Maduro para permitirle aprobar contratos de interés nacional –desde alianzas petroleras hasta la adquisición de deuda– sin someter esa materia al escrutinio y a la aprobación de los parlamentarios. Entre otras cosas, Maduro quiere empeñar el oro venezolano.

La entidad que actualmente le ofrece dinero a Maduro por la reserva nacional de oro es el Deutsche Bank. Nosotros queremos comunicarle a la opinión pública, al Parlamento y al Gobierno de Alemania que si ese banco sella ese trato estará financiando a una dictadura y a una élite política corrupta. Esta transacción no sólo representaría un problema ético para el Deutsche Bank, sino también legal.

Este viernes (21.4.2017), la Asamblea Nacional le enviará una carta formal al director ejecutivo del Deutsche Bank, John Cryan, y al subdirector ejecutivo de esa institución, Dr. Marcus Schenck, para hacerles saber que, debido a su carácter inconstitucional, la operación financiera en torno a la reserva de oro del Estado venezolano terminará siendo anulada. El banco no debería poner en riesgo su reputación con una transacción que no será reconocida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Diputado Borges, la negociación que usted menciona es de conocimiento público desde el 5 de febrero de 2016, cuando la oposición venezolana cumplió un mes como bancada mayoritaria en el Parlamento. Ya entonces se reportó que el Banco Central de Venezuela planeaba recibir dinero del Deutsche Bank y que éste recibiría el oro venezolano en calidad de préstamo por un período específico de tiempo. Especialistas en la materia señalaban que era poco probable que ese "swap” afectara los precios del metal porque el oro prestado a Deutsche Bank seguiría siendo propiedad de Venezuela y no entraría al mercado. Hay fuentes según las cuales Venezuela llegó a hacer siete "swaps” de esa índole con el Bank for International Settlements, con sede en Suiza, en años anteriores. ¿Por qué hace usted esta denuncia ahora?

Pero es que esta no es la primera vez que la oposición se pronuncia sobre este tipo de asuntos. Por ejemplo, a principios de 2017 el Gobierno de Maduro quiso tramitar un préstamo de 500 millones de dólares con el Banco de Desarrollo de América Latina sin someter esa solicitud al control parlamentario; nosotros informamos que ese proceso era ilegal y lo frenamos. Con el Banco Interamericano de Desarrollo pasó algo parecido…

Yo le hice esa pregunta porque, a ojos de un sector de la oposición, los partidos más fuertes de la alianza Mesa de la Unidad Democrática –y entre ellos está el suyo– han tardado demasiado en denunciar actos de corrupción graves cometidos por altos funcionarios chavistas. ¿Por qué se hacen las acusaciones más fuertes ahora?

¡No, no, todo lo contrario! La oposición tiene carpetas llenas de cartas enviadas a embajadas, a Gobiernos y a entidades financieras desde el primer día de nuestra labor parlamentaria. Más bien hemos logrado frenar muchas negociaciones ilegales. De hecho, en este instante, el Gobierno de Maduro se ensaña con el diputado José Guerra porque él desveló varios casos de ilegalidad financiera en que había incurrido el Ejecutivo.

Guerra es quien ha estado haciendo sonar la alarma en torno a la adquisición ilegal de deuda del Gobierno. Ahora el Ejecutivo le pasa factura tachándolo de mafioso, acusándolo de contratar sicarios y de atizar la violencia en la capital. Para este mismo viernes (21.4.2017) estaba pautada una rueda de prensa en la que el oficialismo quería atribuirle a Guerra disturbios que hubo en toda Caracas. José Guerra no es más que un profesor universitario…

Otra razón por la que los partidos opositores más fuertes han sido criticados es el percibido énfasis que ponen en el tema electoral. Muchos se preguntan, ¿cómo se puede ir a las urnas sin que las condiciones estén dadas para comicios justos y limpios, sin que la Asamblea Nacional haya asumido sus poderes plenos, sin que la bancada mayoritaria cuente con la totalidad de sus diputados electos, sin una autoridad electoral independiente e imparcial? ¿Las manifestaciones son una protesta contra el golpe al Parlamento o para pedir elecciones?

Pero es que alcanzar una meta no implica dejar de luchar por otros objetivos. Aún si se fija fecha para las elecciones tendremos que seguir presionando para que se libere a los presos políticos, cesen las inhabilitaciones políticas y se respete la autoridad de la Asamblea Nacional. Esas prioridades no se eclipsan las unas a las otras. Tenemos que avanzar en todos los frentes. El objetivo de la oposición es que en Venezuela haya democracia y rija la Constitución.

¿No cree usted que este sea el momento indicado para que la oposición antichavista busque el respaldo de las formaciones chavistas que se han distanciado del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)? 

Nosotros estamos en conversaciones con exministros disidentes, con dirigentes independientes y organizaciones políticas que son o fueron chavistas; Marea Socialista es uno de esos grupos. Hay comunicación permanente con todos ellos, sin exclusiones, respetando las diferencias, pero sabiendo que tenemos en común la aspiración a que la Constitución rija en Venezuela. Sabemos que una dictadura no deja de serlo por ser de derecha o de izquierda.

¿Qué tan remota es la posibilidad de que el Gobierno de Maduro ordene su arresto? Y si eso ocurre, ¿optaría usted por la clandestinidad o se entregaría en un acto multitudinario como lo hizo Leopoldo López?

Yo siento que en Venezuela no hay Constitución ni ley; cualquier cosa es posible. Por otro lado, yo asumí una responsabilidad este año: ser presidente de la Asamblea Nacional. Y ese cargo viene con cosas buenas y cosas malas. Lo bueno es que estoy al frente de una lucha con la que me identifico y lo malo es sufrir amenazas constantemente. El Gobierno de Maduro ha hecho circular mi dirección e incitado a sus seguidores a atacarme en mi casa. Eso es parte de la lucha y no la vamos a eludir por eso.

Evan Romero-Castillo