Los denominados países BRICS se habían convertido en un lugar de inversión fresco y con éxito garantizado. Pero en los últimos meses el ritmo de crecimiento de las economías de estos países se ha ralentizado y con la excepción de China sus monedas han sufrido una fuerte devaluación, debida en gran parte a un encarecimiento del dólar. Las primeras consecuencias son: inflación y retirada de capital.