Diálogo Nacional en Cuba: ¿Qué tan factible sería?
José Ospina-Valencia
14 de julio de 2021
Cuba vive levantamientos en más de 60 municipios. El desenlace del estallido social es incierto. ¿Hay en Cuba una sociedad civil capaz de concertar con el Gobierno? Un cubano pide desde ya un Diálogo Nacional.
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Aunque hablar de "transición a la democracia” en Cuba parezca hoy ilusorio, la sociedad civil cubana está mejor preparada de lo que se cree. Pero para alcanzar la etapa de la concertación, es necesario sentar las bases del diálogo.
Para empezar a solucionar los problemas que han llevado a esta crisis sin precedentes, "en Cuba urge meter el dedo en la llaga, sin excepciones”, advierte a DW Ofunshi Oba Koso, antropólogo de la Universidad de la Habana, porque "la crisis en Cuba se debe tanto a los errores del Gobierno como al embargo”. Ofunshi Oba Koso insta, primero, al presidente Miguel Díaz-Canel a "aprovechar esta oportunidad para rectificar, en vez de romper la comunicación entre las familias con los cortes de Internet”. Y, segundo, pide a quienes dicen importarles Cuba y los cubanos "derogar las 243 sanciones impuestas por Trump”. Este cubano en el exilio estadounidense pide, por lo menos, "la oportunidad de ayudar a sus familias con el envío de remesas y medicamentos”.
Una de las raíces del problema en Cuba, según el antropólogo, es que durante décadas el mismo Gobierno le ha arrebatado a la gente su derecho al trabajo, su poder de decisión, la oportunidad de que cada uno construya su propia vida. "La gente se gradúa y al final no tiene trabajo”, apunta Ofunshi, y recuerda que hasta el día de hoy "mientras Cuba tiene que importar para poder comer, Vietnam no sufre estos problemas, tenga el gobierno que tenga”. Por eso, asegura que "lo que afecta a Cuba no es solo el bloqueo externo, sino el interno”. Y explica que "mientras un extranjero puede invertir en Cuba, un ciudadano cubano no lo puede hacer sino a través de terceros”, vedando así a su propio pueblo la posibilidad de generar empresas y empleo.
"Cuba”, concluye Ofunshi, "es también una economía fallida”. Y el "histórico estallido social”, a su juicio, es el producto del descontento "cuando la gente ve que solo puede comer si tiene dólares. Además, muchos cuestionan: ¿En dónde están los éxitos del sistema de salud si Cuba fabrica una vacuna y no tiene jeringuillas para aplicarlas? ¿Por qué el gobierno construye hoteles, cuando los hospitales están derruidos?”.
"Un Diálogo Nacional entre todos los cubanos"
El rumbo que tomen las protestas y la reacción del régimen cubano son absolutamente impredecibles. Justo para evitar un mal desenlace, y ya este 14 de julio se reporta la primera persona muerta en las protestas, Ofunshi Oba Koso, mediador social y cultural, propone desde ya convocar a un Diálogo Nacional. "Un diálogo en el que todos estemos, quienes viven en la isla y quienes estamos en el exilio, incluidos los extremistas del sur de la Florida”.
Un Diálogo Nacional requeriría la existencia de una sociedad civil más o menos organizada que represente los intereses de la gente y exprese sus peticiones en Cuba. ¿La hay? "Las hay, y de dos tipos”, dice a DW Christina M. Fetterhoff, directora de Programas Jurídicos del Instituto Internacional sobre la Raza, la Igualdad y los Derechos Humanos, con sede en Washington, D.C., y explica que "en Cuba existen organizaciones que se autodenominan ‘sociedad civil', pero que realmente son afines al Gobierno, como la Federación de Mujeres Cubanas, por ejemplo”. Ella trabaja con la "sociedad civil independiente”, agrega Fetterhoff, abogada de la American University de Washington D.C. Raza&Igualdad dice "fortalecer en América Latina a las organizaciones de base para que se conviertan en actores políticos y promuevan cambios estructurales”. La ONG aboga, especialmente, por la liberación de las mujeres presas políticas.
Una sociedad civil independiente, fuerte y bien preparada
En Cuba, agrega la jurista estadounidense, "a pesar de que el gobierno cubano no lo reconoce, existe todo un movimiento civil que promueve el respeto por los derechos civiles y políticos, contra el racismo y por la igualdad de género, que busca cambios”. Un Diálogo Nacional para salir de la crisis, como el propuesto por el antropólogo cubano Ofunshi Oba Koso, "debería sentar a la mesa al gobierno con la sociedad civil independiente, así como al Consejo para la Transición Democrática de Cuba”. Dicho consejo, agrega la abogada Christina M. Fetterhoff "está compuesto por la Unión Patriótica de Cuba, una organización presente en toda la isla, el movimiento cultural San Isidro, del cual varios miembros son ahora presos políticos, y el Comité Ciudadano por la Integración Racial”. Fetterhoff incluye también a la Alianza Cubana Manos. Todos estos representantes de la sociedad civil independiente, agrega, "acogen la Declaración Universal de Derechos Humanos, a cuyo respeto el Estado cubano está realmente obligado”.
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El Gobierno y la Constitución: ¿De espaldas al Pueblo?
La base de la sociedad civil en Cuba es "grande, fuerte y de largo aliento”, pero ¿qué tanto poder de convocatoria tiene, en caso de un Diálogo Nacional? "Su potencial es grande y cuenta con los instrumentos para hacerlo; sus representantes son altamente calificados y mantienen el diálogo con Naciones Unidas y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El problema sería el gobierno de Díaz-Canel, que ha instado al pueblo a luchar contra su mismo pueblo”, responde la jurista de Raza&Igualdad”.
Los políticos pueden cambiar de parecer, pero ¿qué tantas garantías ofrece la última versión de la Constitución de Cuba para la creación de una plataforma de diálogo? La respuesta de la jurista es certera: "Ninguna, porque la versión inicial fue aguada”.
Por otra parte, el exiliado pacifista Ofunshi rechaza vehementemente los llamados a una intervención militar. "Lo que necesitamos es un corredor humanitario para ayudar a quienes lo necesitan en Cuba”, advierte, y envía un mensaje a quienes viven en sociedades totalitarias: "Si lo que dices te sale de tu corazón, bienvenido. Si solo dices lo que te dictan, nada. ¡Eso no funciona!”
(er)
El fin de la era Castro en Cuba
Casi nadie en Cuba puede recordar una vida sin los Castro. Desde el 19 de abril de 2018, ya no habrá un Castro al frente del Estado. Durante casi 60 años, los hermanos Fidel y Raúl gobernaron el país con mano de hierro.
Imagen: Reuters
1959 - La revolución triunfa
Los rebeldes liderados por Fidel Castro llegan al poder tras huir el dictador Fulgencio Batista en enero. EE.UU. reconoce al nuevo gobierno. Pronto "leyes revolucionarias" (como la reforma agraria) afectan a empresas estadounidenses. En diciembre, el presidente republicano Dwight D. Eisenhower aprueba un plan de la CIA para derrocar a Castro en un año y sustituirlo por "una junta amiga de EE. UU."
Imagen: AP
1960 − Nacionalizaciones y acercamiento a la Unión Soviética
Eisenhower prohíbe la exportación a Cuba (salvo alimentos y medicinas) y suspende la importación de azúcar. Cuba responde nacionalizando bienes y empresas estadounidenses, y estableciendo relaciones diplomáticas y comerciales con la Unión Soviética. En el funeral de las víctimas de la explosión del vapor "La Coubre" (foto), que Cuba achacó a la CIA, Castro lanza su consigna "¡Patria o Muerte!"
Imagen: AP
1961 − Ruptura e invasión
EE. UU. rompe relaciones diplomáticas con Cuba y cierra su embajada el 3 de enero. Tras una serie de bombardeos a aeropuertos e incendios en tiendas de los que Cuba acusa a EE. UU., Fidel Castro proclama el carácter socialista de la revolución el 16 de abril. Del 17 al 19, cubanos entrenados por EE. UU. intentan infructuosamente invadir la Isla por Playa Girón y Playa Larga, en Bahía de Cochinos.
Imagen: AP
1962 - La crisis de los misiles
En 1960, Kruschev dijo: “No sé si Fidel es comunista, pero yo soy fidelista”. Moscú reanudó las relaciones diplomáticas con La Habana e incrementó el apoyo. La Unión Soviética instaló bases de misiles nucleares en Cuba. Eso desencadenó la “crisis de los misiles”. Moscú cedió a la presión de Kennedy a cambio de que EE.UU. no invadiría a Cuba y desmantelaría sus bases nucleares en Turquía.
Imagen: imago/UIG
1971 – Fidel Castro en Chile
El episodio de Bahía Cochinos aceleró la proclamación del carácter socialista, marxista-leninista, de la revolución. Cuba terminó siendo expulsada de la Organización de Estados Americanos. Castro quedó aislado en el continente, pero no indefinidamente. Castro fue recibido en Chile por el presidente Salvador Allende (foto), que fue derrocado por Augusto Pinochet en 1973.
Imagen: AFP/Getty Images
1989 – La hora de la Perestroika
La llegada al poder de Mijail Gorbachov en Moscú marcó el inicio de la era del Glasnost y Perestroika. La Cortina de Hierro comenzó a caer en pedazos y el imperio soviético terminó derrumbándose. Cuba perdió a su principal base de sustento exterior, sumiéndose en una aguda crisis. Miles de cubanos intentaron huir a Miami en precarias embarcaciones. Muchos vaticinaban el fin del régimen castrista.
Imagen: picture-alliance/dpa
1998 – Primera visita papal
Un decreto de Pío XII prohibía a los católicos el apoyo a los regímenes comunistas. En virtud del mismo, el Vaticano había excomulgado a Fidel Castro en enero de 1962. Pero las décadas pasaron y, luego del término de la Guerra Fría, llegó el momento del acercamiento: en 1996, Castro visitó al Papa Juan Pablo II y éste retribuyó la visita dos años más tarde, en un gesto considerado histórico.
Imagen: picture-alliance/AP/Michel Gangne
2002 - Fidel Castro y Jimmy Carter juegan béisbol
Desde que Estados Unidos impuso su embargo comercial, económico y financiero en 1962, hubo pocos momentos de distensión entre Washington y La Habana. Uno de los pocos signos en esa dirección fue el viaje del expresidente estadounidense Jimmy Carter en 2002, motivado por la intención de encontrar puntos de acercamiento. Tampoco sus buenos oficios provocaron cambios sustanciales en Cuba.
Imagen: Adalberto Roque/AFP/Getty Images
2006 - Fidel y Hugo
Desde los años 90, Cuba dejó de ser vista como un peligroso exportador de revoluciones. Con el estrepitoso derrumbe del bloque del Este, las ideologías de izquierda naufragaban. Pero en Venezuela llegó al poder un nuevo dirigente dispuesto a propagar la “Revolución Bolivariana”. Hugo Chávez, declarado admirador de Fidel Castro, le dio a La Habana un efectivo respaldo, también en lo económico.
Imagen: picture-alliance/dpa/dpaweb
2006 - La entrega del poder
La enfermedad forzó a Fidel Castro a abandonar el poder. En 2006, lo dejó en manos de su hermano Raúl, garante de que no habría vuelco radical en un sistema que, pese a los avances en educación y salud, cobró un alto precio: falta de libertad y represión. Mientras afloraban los primeros cambios, Castro se fue despidiendo de a poco, defendiendo hasta el final su visión desde las páginas del Granma
En diciembre de 2014, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el de Cuba, Raúl Castro, anunciaron que retomarían las relaciones diplomáticas. Obama visitó Cuba en marzo de 2016. Habían pasado 88 años desde la última vez que un presidente estadounidense viajara a la isla. EE. UU. retiró a Cuba de la lista de terrorismo y el deshielo comenzó a afianzarse.
Tantas veces anunciada y denegada, pocos creyeron la noticia de su fallecimiento en un primer momento. No obstante, el 25 de noviembre de 2016, los bares empezaron a cerrar y las reuniones callejeras se dispersaron cuando corrió el rumor de su deceso. Durante años, Castro desmintió a quienes lo daban por muerto publicando fotografías o artículos de opinión de innegable actualidad.
Imagen: Getty Images
2018 – La sucesión
Después de 10 años, Raúl Castro se retira del poder. El 19 de abril, el Parlamento cubano elige a un sucesor que por primera vez en casi 60 años no lleva el nombre de Castro. Sin embargo, los analistas sostienen que es poco probable que el curso político en Cuba cambie tan pronto.