El Diccionario de Goethe es un proyecto de dimensiones gigantescas. Su meta es registrar el vocabulario completo del escritor alemán a modo de enciclopedia. Desde hace 70 años, científicos trabajan en este proyecto.
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Si bien el escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe no creía en Dios, esto no impidió que en sus obras lo mencionara más de 3.100 veces. Además, en la mayoría de los casos escribió "dios" con minúscula. Esta es una de las muchas informaciones que se pueden obtener del Diccionario de Goethe.
Un artículo entero está dedicado a la temática de Goethe y Dios. En él se pueden encontrar análisis, citas y referencias literarias, así como decenas de palabras compuestas con el vocablo "Dios".
Una labor interminable
Hace precisamente 70 años, la Academia Alemana de Ciencias en Berlín decidió dar vida al megaproyecto del Diccionario de Goethe. Un diccionario en el que se describiera con precisión y explicara contextualmente cada una de las palabras que el intelectual germano empleó en sus poemas, dramas, cartas, documentos oficiales y textos científicos.
Según el director del proyecto, Michael Niedermeier, de la Academia de Ciencias de Berlín-Brandeburgo (BBAW, por sus siglas en alemán), tras la Segunda Guerra Mundial y el periodo nazi, los alemanes añoraban el retorno a valores inquebrantables, como los que representaban Goethe y su época.
Sin embargo, en aquel entonces, nadie se hubiera podido imaginar que la creación del diccionario se convertiría en un proyecto de varias generaciones, que incluso sobreviviría la división de Alemania durante la Guerra Fría.
Un vocabulario inigualable
Con 93.000 palabras, Goethe dispuso del vocabulario individual más grande que jamás se haya documentado. Los científicos han registrado todos los verbos, sustantivos, incluso las preposiciones y los artículos que empleó. Para comparar: en el caso de Martín Lutero, los expertos "solo" han registrado un vocabulario de 23.000 palabras.
Tan solo la documentación y el análisis de las 93.000 palabras de Goethe llevaron más de 20 años. Entretanto, el actual equipo, compuesto por 17 científicos, ha avanzado en su análisis lexical hasta las letras "s" y "t". Se espera que en 2025 terminen su labor.
La gran red de Goethe
Puesto que Goethe no solo escribió poemas y dramas, sino también ensayos sobre la teoría de los colores y muchos otros fenómenos científicos, políticos y culturales, el diccionario es un "instrumento central para la investigación del clasicismo de Weimar, cuya influencia se revelará en las próximas décadas y los próximos siglos", opina Michael Niedermeier.
En entrevista con Deutsche Welle, el director del proyecto subraya que la versión online, que ya está disponible en internet, ofrecerá aún más posibilidades: "Queremos llevar el diccionario a un nuevo nivel, conectándolo en la red con temas como los círculos cromáticos, los minerales de la Colección de Weimar, así como los animales y las plantas de la Colección de Jena."
Al parecer, esta es la reacción de Niedermeier a las críticas de que solo un pequeño grupo de amantes de Goethe se beneficiará del diccionario. Según el director, la obra no solo se dirige a germanistas, sino también a científicos, especialistas en cultura e historiadores. Es decir, a todas las personas que se interesan por el siglo 18.
Goethe, el poeta y sus oficios
Fue toda una figura para la literatura. Sin embargo, Goethe nunca estaba del todo satisfecho y el versátil genio trató de destacar en muchos géneros. Aquí algunos de sus aspectos menos conocidos.
Imagen: ullstein bild - JOKER/Haefele
Ministro e inspector de cuentas
A los 26 años se fue a la corte de Weimar. Fue ministro del duque Carl August y entre las actividades oficiales de Goethe estaban incluidas tanto la minería como la construcción de caminos y la comisión de guerra. Su objetivo final era sanear el endeudado presupuesto. Para eso aplicó medidas radicales como reducir las fuerzas armadas a la mitad.
Imagen: Imago/United Archives
El amigo fiel
A Goethe le gustaba relajarse en esta casa del parque de Weimar. El duque Carl August era más que su patrón y ambos fueron amigos durante 53 años. No siempre en armonía, porque Goethe tenía sus propias ideas y, por ejemplo, rompía la relación con sus repentinos largos viajes. Al duque le debe su título “Von”, ya que elevó a Goethe a la categoría de noble en 1782.
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El científico
Goethe estaba muy ocupado con la corte de Weimar. Pero esta actividad no le llegaba a satisfacer del todo. Por eso buscaba otros mundos: geología, botánica, mineralogía, osteología… Más tarde se centró en la metamorfosis de las plantas y fue uno de los cofundadores de la morfología: la ciencia de la formación y la organización de los seres vivos y sus partes.
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El exiliado
A medida que el cargo de ministro le venía grande, en 1786 Goethe emprendió un viaje repentino y pasó dos años en Italia. Aprendió sobre la antigüedad y el renacimiento, y en sus cartas habló de una reencarnación y una nueva juventud. Italia lo inspiró para trabajar en obras como “Iphigenie auf Tauris”, “Egmont” y “Torquato Tasso”.
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El artista del jardín
Goethe fue un amante de las flores, especialmente de las malvas. Aunque nunca puso un pie en Inglaterra, siempre estuvo fascinado por los jardines de los paisajistas ingleses. Incluso pudo recrear algunos de ellos en su propio jardín y en el parque de Weimar. La “Casa Romana” de la foto surgió como inspiración de su viaje a Italia.
Imagen: picture-alliance/akg
El conquistador
La imagen muestra a Christiane Vulpius, amante y después esposa de origen humilde de Goethe. Su madre le llamaba su "tesoro de cama". De hecho, la joven inspiró las "Elegías romanas" del poeta, 24 poemas eróticos demasiado liberales para Weimar. Pero las elegías significaron mucho más, ya que fueron la emancipación de Goethe como autor.
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El director de teatro
Goethe trabajó más de 20 años como director artístico. Primero en el teatro de aficionados de la corte de Weimar y luego en el refundado Teatro de la Corte. Al principio, participaba como amateur y en sus primeras piezas actuó incluso con su amigo el duque Carl August. Más tarde, el Teatro de la Corte se convirtió en uno de los escenarios principales del país.
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El clásico
Goethe y Schiller fueron dos espíritus libres. Al principio, Schiller llamó a Goethe "egoísta e insensible". El otro respondió hablando de un "encuentro fallido". Sin embargo, uno no podía vivir sin el otro y desarrollaron conjuntamente un estilo literario que conocemos como "clasicismo de Weimar". Un intercambio muy importante. Según dijo Goethe, “Schiller le había vuelto a convertir en poeta”.
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Profesor de colores
Goethe se ocupó durante 20 años de la naturaleza del color. En 1810 publicó sus dos volúmenes y sus imágenes con sus lecciones de colores. En ellas trató de plasmar los colores en su totalidad y no solo desde el punto de vista físico. Sin embargo, solo un tercera parte de la ciencia lo apoyó y la la mitad lo rechazó con la consiguiente frustración y decepción.
Imagen: gemeinfrei
Entre Oriente y Occidente
Goethe no solo recibió la inspiración de Italia y la antigüedad. Estudió árabe y persa, la lectura del Corán y los versos de Hafiz, uno de los famosos poetas y místicos persas. Este recién descubierto espacio cultural le provocó una “euforia creativa” y publicó su colección de poemas más amplia con “Diván de Oriente y Occidente”.
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El buscador
¿Qué rasgos autobiográficos muestra la obra maestra de Goethe, la tragedia "Fausto"? Tanto para el autor como para su protagonista, la búsqueda de lo que sostiene el interior del mundo. El académico Fausto se enfrenta con su codicia al conocimiento más profundo y el deseo, a relaciones fallidas, la magia, la culpa, la fe, el perdón divino, la redención y mucho más. ¿Y Goethe ...?