Diez serbobosnios condenados por crímenes de lesa humanidad
22 de noviembre de 2023
Tribunal condenó a penas de hasta 18 años de cárcel a 10 serbobosnios asesinos de 24 prisioneros civiles musulmanes bosnios durante la guerra civil en los 90. Las víctimas fueron obligadas a cavar su propia fosa común.
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Los diez fueron declarados culpables de crímenes contra la humanidad durante la guerra de 1992-1995, que dejó unos 100.000 muertos.
El grupo atacó dos pueblos cercanos a la ciudad ahora conocida como Novi Grad el 22 de junio de 1992, tras la muerte un miembro de su milicia serbobosnia.
Obligaron a los habitantes a abandonar sus hogares, según los relatos de los medios de comunicación sobre el juicio, que duró siete años.
Algunos fueron llevados al cementerio de una iglesia ortodoxa, donde mataron a hombres delante de sus esposas e hijos , según declaró la juez del tribunal estatal bosnio Lejla Kinjic Dragovic.
Las víctimas fueron obligadas a cavar su propia fosa común
Unos 90 hombres fueron llevados después a un cementerio musulmán donde se les obligó a cavar una fosa común y a alinearse junto a ella, añadió. Veinticuatro fueron asesinados.
Los cadáveres fueron exhumados posteriormente y arrojados a un río. Algunos siguen en paradero desconocido.
En el juicio, sólo cuatro de los 10 acusados, todos ellos miembros de una milicia serbobosnia, estaban presentes. Seis de los acusados fueron condenados a 18 años de cárcel, según informó el tribunal en un comunicado. Otros tres fueron condenados a 15 años, mientras que el décimo acusado recibió una pena de nueve años.
La pena máxima por crímenes de guerra es de 20 años de prisión.
jov (afp, balkaninsight)
El peligroso camino de los refugiados de Bosnia hacia la UE
Con la primavera boreal, la migración en la ruta de los Balcanes vuelve a aumentar, y con ella la miseria, la violencia y las devoluciones ilegales en la frontera exterior de la UE en Croacia.
Imagen: Dirk Planert
Varado en Bosnia
Cientos de refugiados esperan en ruinas y tiendas de campaña en los alrededores de la ciudad de Bihac, en el oeste de Bosnia, su oportunidad de cruzar la frontera hacia la UE. Este joven (en la foto) empezó su huida en Pakistán hace tres años. Lleva meses atrapado en Bosnia, sin poder curarse una muela que tiene infectada. Europa está a solo unos kilómetros de distancia.
Imagen: Dirk Planert/DW
Comienzo de la travesía
Desde el comienzo de la primavera, hace más calor. Y ese es el momento para atreverse nuevamente. Este joven (en la imagen) ya ha intentado entrar en la UE más de 20 veces. En todas las ocasiones fue detenido y devuelto ilegalmente a Bosnia por la policía de fronteras de la UE. La ropa y la mochila la obtuvo de una organización de ayuda local.
Imagen: Dirk Planert/DW
Esperando el clima adecuado
En el campo de refugiados de Lipa, a 20 kilómetros de distancia, lejos de las zonas habitadas, siguen viviendo actualmente entre 200 y 300 hombres. Sin embargo, al igual que estos dos (en la foto), la mayoría ha buscado refugio en las afueras de la ciudad o en el bosque, que están más cerca de la frontera. Para mujeres, niños y familias todavía hay un pequeño campamento en la ciudad.
Imagen: Dirk Planert/DW
Mirando a Occidente
La crisis humanitaria en el oeste de Bosnia no ha terminado, pero se ha vuelto más manejable. Muchos migrantes han llegado ya a su destino: Alemania, Francia o Italia. Además, durante los últimos meses ha hecho demasiado frío para empezar la travesía. Los que huyen de la crisis han estado esperando la primavera en campamentos de Sarajevo o Serbia.
Imagen: Dirk Planert/DW
Reciben ayuda
Desde hace años, organizaciones de ayuda locales y voluntarios de Alemania, Austria, Suiza e Italia se ocupan de las personas que huyen. La iniciativa SOS-Bihac se fundó en medio de la gran crisis de refugiados de 2015.
Imagen: Dirk Planert/DW
Hasta en lo alto de las montañas
Endi Cehic (con chaleco verde en la foto) es paramédico de la organización SOS-Bihac. Conoce las ruinas y los lugares en el bosque donde los refugiados descansan en su camino hacia la frontera de la UE. Con su camioneta todoterreno, proporciona a la gente comida, ropa, agua y linternas. A menudo, también lleva ayuda a lo alto de las montañas.
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Atención médica básica y servicios de rescate
Endi, de 22 años, es uno de los tres paramédicos capacitados de SOS-Bihac. Él y sus colegas se ocupan de las heridas y otros problemas médicos de los migrantes en el oeste de Bosnia. Para las emergencias, tienen su propia ambulancia, que fue donada por la ONG alemana Lautlos.
Imagen: Dirk Planert/DW
Emergencia en plena madrugada
En el campo de refugiados de Lipa, cerca de la frontera croata, dos hombres resultaron heridos por arma blanca durante una discusión, uno de ellos de gravedad. Dos minutos después, el equipo de SOS-Bihac está en camino. Uno de los heridos tiene una herida en la parte superior del cuerpo que pone su vida en peligro. Su herida es finalmente curada y recibe una infusión.
Imagen: Dirk Planert/DW
Operación de urgencia en el hospital
Durante el trayecto al hospital, se tratan los cortes del segundo herido. El hombre gravemente herido pudo sobrevivir gracias a una intervención quirúrgica de urgencia en el hospital. Muchos refugiados no van al campamento de Lipa porque tienen miedo de la violencia que allí se vive. Dicen que también hay extorsiones y robos dentro del campamento.
Imagen: Dirk Planert/DW
Policía bosnia documenta devoluciones
A pocos metros de la frontera exterior de la UE en Croacia hay rastros claros de migrantes en su camino hacia Europa. También hay guardias fronterizos patrullando el lado bosnio. Si observan devoluciones ilegales por parte de sus colegas croatas, esto es documentado e informado a una instancia superior. Sin embargo, los policías no saben qué pasa después con esa información.
Imagen: Dirk Planert/DW
"Mi trauma me hace fuerte"
En tanto, los policías fronterizos bosnios informan a SOS-Bihac cuando encuentran personas enfermas o heridas en el bosque. Especialmente en invierno, esto salva vidas. El propio Zlatan Kovacevic, director de la organización (en la imagen), es una víctima de la guerra: perdió la pierna izquierda por una granada cuando tenía 15 años, durante la guerra de Bosnia. "Mi trauma me hace fuerte", dice.
Imagen: Dirk Planert/DW
De vida o muerte
Para buscar a personas que necesitan ayuda, Kovacevic utiliza a veces un dron. Este puede utilizarse en zonas más amplias de las montañas. "Estamos atentos a las personas que necesitan ayuda todos los días. Ahora, en primavera, vuelven a salir. Muchos no saben que su travesía puede convertirse en un juego de vida o muerte", afirma Kovacevic. (ct/er)