Nádia Pontes, desde Nueva York (DZC)23 de abril de 2016
Tras firmar el Acuerdo de París en la sede de la ONU, Dilma Rousseff conversó con la prensa de su país. Reafirmó que se siente “víctima de un golpe” y reveló que recibió la solidaridad de varios líderes en Nueva York.
Publicidad
Después de dar su discurso en la Asamblea de Naciones Unidas este viernes 22 de abril, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dedicó unos minutos a conversar con la prensa de su país. “Vine a la ONU a decir la verdad. Y la verdad es que jugamos un rol importante en la COP21. Sin nosotros, esta conferencia no tendría el resultado que tuvo”, aseguró la mandataria.
Rousseff admitió que hizo una referencia general a la situación política en su país. “Ahora hablo de un golpe para la prensa internacional porque ya no estoy en Naciones Unidas”, explicó la jefa de Estado, comentando una conversación previa que tuvo con periodistas extranjeros en la residencia del embajador brasileño en Nueva York.
Según Dilma, algunos líderes mundiales reunidos en la ciudad estadounidense le manifestaron su apoyo y solidaridad. “Yo me siento víctima de una injusticia. Si yo, que soy presidente, me siento víctima de un proceso ilegal, golpista y conspirador, ¿qué podemos decir de la población de Brasil cuando sus derechos son afectados?”, preguntó.
La presidenta reiteró que un golpe está en curso en su país, y que está sufriendo el impeachment sin que existan acusaciones plausibles en su contra. Añadió que, para ella, el proceso es “una elección indirecta travestida de impeachment”. La mandataria no se quedó ahí: “Les pregunto, ¿quién asumirá el destino del país? ¿Personas ilegítimas, que no fueron elegidas presidentes de la República, o que tienen, en su trayectoria, acusaciones de lavado de dinero, cuentas en el exterior y procesos por corrupción?”, en una indirecta referencia al vicepresidente, Michel Temer, y al presidente de la Cámara, Eduardo Cunha.
El proceso, ya aprobado por los diputados, será ahora analizado por el Senado. “Yo me voy a esforzar mucho. No solo yo, también los ministros de Justicia y de Hacienda. Todos vamos a estar juntos y daremos todas las informaciones necesarias a los senadores”, afirmó.
Sobre la contraargumentación de la oposición, que dice que el impeachment no es un acto ilegal, Rousseff piensa que esa postura muestra que tienen miedo. “Y el miedo se deriva de la ilegalidad absoluta. Y de subestimar la conciencia de las personas, la capacidad de comprensión de las personas, tanto de Brasil como de fuera del país".
La mandataria afirmó que no está en contra de la convocatoria de nuevas elecciones, una alternativa defendida por algunos sectores del Partido de los Trabajadores. “Pero yo creo que se me ha dado el derecho a defender mi mandato. Se los debo a mis 54 millones de electores”, redondeó.
Protestas en Nueva York
En las afueras de la residencia del embajador en Nueva York, cerca de 15 manifestantes golpearon ollas, exigiendo la renuncia de la presidenta y criticándola por hablar con la prensa. “La presidenta está utilizando sus prerrogativas como jefa de Estado para salir en la prensa internacional dando entrevistas para una causa propia, y no del Estado en sí”, dijo Kim Kataguiri, del Movimiento Brasil Libre, que viajó desde Brasil hasta Nueva York para protestar.
Una de las manifestantes, que trabaja en el área de la consultoría financiera, dejó Brasil hace un año y medio para montar una empresa en Nueva York. “Supe de la protesta hoy en la mañana y vine por libre y espontánea voluntad”, contó. En el mismo lugar, un grupo proDilma gritaba frases de apoyo mientras algunos agentes de la policía local intentaban dejar un espacio libre para que los transeúntes pudieran seguir circulando.
Altos y bajos en la trayectoria política de Dilma Rousseff
Antes de llegar a la presidencia de Brasil, Dilma Rousseff luchó contra la dictadura y un cáncer, y fue ministra de Lula. La crisis económico-política y un juicio de destitución se convirtieron en su mayor adversario.
Imagen: Roberto Stuckert Filho
Un agitada vida política
Un vistazo a la vida política de Dilma Rousseff, que comenzó ssiendo muy joven. A fines de los años 60 integró organizaciones que combatían la dictadura, hasta ser tomada presa, en enero de 1970, y torturada durante más de 20 días. Cuando salió de prisión, dejó la lucha armada y se mudó a Río Grande do Sul, donde estudió Economía y ayudó a fundar el Partido Democrático de los Trabajadores (PDT).
Imagen: AP/Arquivo Público do Estado de São Paulo
Junto a Lula
Dilma se afilió al Partido de los Trabajadores (PT) en 2001, cuando era secretaria de Minas y Energía de Rio Grande do Sul. Con la elección de Luiz Inacio "Lula" da Silva, en 2002, fue nombrada ministra de Minas y Energía. En 2005, asumió la jefatura de la Casa Civil. Ese cambio marcó el inicio de una reforma ministerial en medio de una crisis política.
Imagen: Ricardo Stuckert/PR
Ministra "de línea dura"
Cuando era ministra y jefa de la Casa Civil, Dilma anunció la creación de un Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), en 2007, que no se desarrolló como se esperaba, y asumió la dirección de iniciativas como el programa “Mi casa, mi vida”. En 2009 presentó un marco regulatorio que define las reglas de la explotación de las reservas de petróleo del presal.
Imagen: A. Nascimento/ABr
Su lucha contra el cáncer
En abril de 2009 se le diagnosticó cáncer linfático. Tras una cirugía y meses de radioterapia, Dilma anunció en septiembre de ese año que estaba curada. Ya era precandidata del PT para suceder a Lula. “Si uno se desarma ante esta dolencia, ella vence. Pero si uno no lo hace, percibe que la vida no acabó, y que incluso puede estar mejor que antes”, dijo a DW sobre su enfermedad.
Imagen: AP
Llegada a la presidencia
En octubre de 2010, Dilma dejó de ser una actriz secundaria en el escenario político para ser la sucesora de la política del expresidente Lula. Ganó en segunda vuelta contra José Serra y pasó a ser la primera presidenta de la historia brasilera. Asumió el cargo el 1º de enero de 2011.
Imagen: AFP/Getty Images/Evaristo Sa
Primer discurso en la ONU
“Por primera vez en la historia de las Naciones Unidas, una voz femenina inaugura el debate. Es la voz de la democracia y la igualdad amplificándose en esta tribuna”, dijo Dilma en la apertura de la 66ª Asamblea General de la ONU, en septiembre de 2011. Allí resaltó el papel de la mujer en la sociedad y en la política, lamentó la ausencia palestina y defendió la reforma del Consejo de Seguridad.
Imagen: picture-alliance/dpa
Dimisión de ministros
De los 39 ministros que integraban el equipo de la presidenta electa, ocho dejaron sus cargos en los primeros 14 meses de mandato tras escándalos. Siete de ellos venían del gobierno de Lula. De los ocho que dimitieron, solo Nelson Jobim, entonces ministro de Defensa, no estaba envuelto en denuncias de corrupción.
Imagen: AP
Inclusión social
Durante su primer mandato, Dilma dio continuidad a programas sociales del gobierno de Lula como la Bolsa Familia y Mi casa, Mi vida, y subastó el Campo de Libra, en el presal, destinando recursos a la educación y a la salud. También se crearon nuevos programas, como Pronatec y Más Médicos, este último, objeto de duras críticas por las entidades médicas, que realizaron protestas y huelgas.
Imagen: picture alliance/AE
Corrupción en Petrobras
En marzo de 2014, la Policía Federal de Brasil puso en marcha la Operación Lava Jato para investigar un megalavado de dinero que envuelve a Petrobras, a grandes empresas del país y a decenas de políticos. El escándalo en la petrolera estatal sirvió de combustible a la oposición durante la campaña electoral en ese año.
Imagen: AFP/Getty Images/K. Betancur
Elecciones disputadas
Dilma fue reelecta el 26 de octubre de 2014 con 54,5 millones de votos, en segunda vuelta, en una de las elecciones más disputadas de la historia de Brasil, con una diferencia de apenas 3,5 millones de votos para el segundo, Aécio Neves (PSDB). La campaña estuvo marcada por ataques verbales, escándalos y la muerte de uno de los candidatos, Eduardo Campos (PSB), sustituido por Marina Silva.
Imagen: picture-alliance/dpa/Sebastião Moreira
Crisis económica
Con una victoria apretada, Dilma enfrentó la paralización del crecimiento económico. En su primer mandato, el PIB creció menos de lo esperado, pero para los próximos dos años, la proyección fue aún peor: de retracción. La inflación, que viene creciendo desde 2012, superaría el techo prefijado en 2015, lo que no ocurría desde 2003.
Imagen: E. Sa/AFP/Getty Images
Protestas y reprobación
Las manifestaciones de junio de 2013 apenas afectaron a Dilma. En 2015, por otro lado, centenas de miles de personas salieron a la calle en Brasil para protestar específicamente contra el gobierno de la presidenta y los escándalos de corrupción. La gestión de Dilma Rousseff, que llegó a ser aprobada por el 73% de los brasileros en 2011, vio caer esa cifra a un 8% cuatro años más tarde.
Imagen: Getty Images/AFP/E. Sa
Déficit de presupuesto
En agosto de 2015, enfrentándose con el Congreso, el gobierno presentó una propuesta de presupuesto para 2016 con una previsión de déficit de 30,5 billones de reales, algo inédito. La decisión llevó a que la agencia de clasificación de riesgo Standard & Poor’s rebajara la nota de Brasil. Luego, el gobierno anunció un ajuste fiscal que aún trata de negociar con el Congreso.
Imagen: picture-alliance/epa/F. Bizerra jr.
"Maniobras" fiscales
A comienzos de octubre, el Tribunal de Cuentas de la Unión Brasilera recomendó rechazar las cuentas de 2014. La decisión es usada por la oposición para fundamentar un pedido de proceso de destitución para Rouseff. Dilma anunció el corte de ocho ministerios, la extinción de 30 secretarías en todas las carteras y la reducción de un 10% del salario para los ministros y para sí misma.
Imagen: Reuters/U.Marcelino
Cunha, pieza clave del juego político
El presidente de la Cámara de diputados, Eduardo Cunha, rompió con el gobierno cuando fue investigado por el escándalo de Petrobras. En vez de perder fuerza por las denuncias de corrupción, se mantiene firme en el poder y su actuación es decisiva para abrir un proceso de destitución contra Dilma, lo que desea la oposición.