El político chavista de larga trayectoria, Rafael Ramírez, indicó que su renuncia fue forzada y que fue removido por sus "opiniones".
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Rafael Ramírez, una de las figuras claves de la diplomacia venezolana y firme defensor de la era chavista, anunció este martes (05.12.2017) su renuncia como embajador ante la ONU tras de haber recibido órdenes del Gobierno de abandonar el puesto.
Ramírez, fue ministro de Exteriores de su país durante varios meses y presidente de la poderosa petrolera venezolana, PDVSA, entre 2004 y 2014.
Aunque diversos informes difundidos el miércoles pasado aseguraban que el embajador ya había sido cesado, Ramírez siguió cumpliendo con sus funciones en la ONU, inclusive acompañando el jueves al canciller Jorge Arreaza.
En un mensaje en su cuenta de Twitter, Ramírez dijo este martes que fue removido por sus "opiniones" y prometió mantenerse "leal" a las ideas del fallecido comandante Hugo Chávez.
"Se me ha removido por mis opiniones", escribió. "Me mantendré, pase lo que pase, leal al comandante Chávez", agregó Ramírez, quien será sustituido en el cargo por el ex canciller Samuel Moncada, según anunció este martes el Gobierno.
Al tuit le agregó una larga carta de renuncia donde destaca que, en lo personal, su dimisión fue una decisión "muy difícil", especialmente en medio de una crisis política-económica donde el "frente internacional ha adquirido una relevancia extraordinaria".
"No obstante, ante la decisión del presidente no he tenido otra opción. Quedo a disposición de mi país y de la revolución, siempre estaré al lado del pueblo", aseveró el ex embajador.
La renuncia de Ramírez se produce en medio de una purga en PVDSA por sospechas de corrupción que ha incluido el arresto de los expresidentes de esa empresa Eulogio del Pino y Nelson Martínez.
El dirigente se encontraba en la cuerda floja después de una serie de críticas ventiladas en público contra la política económica del Gobierno de Maduro y concretamente contra la gestión actual de PDVSA por permitir un descenso en la producción.
En su carta de renuncia, Ramírez sostiene que en cuanto a sus opiniones, todas sus "observaciones" las ha hecho "honestamente" y "en público, después de expresarlas insistentemente en los espacios políticos correspondientes".
Pero también alega que a partir de su dimisión podrían surgir "los ataques y los vilipendios" contra él, "como ya han hecho algunas voces ofensivas y arteras", aunque no apunta a figuras específicas que creen llegarán a censurar su conducta.
El fiscal general interino de Venezuela, Tarek William Saab, se negó a revelar si el Ministerio Público tiene algún proceso abierto contra Ramírez. Además, rechazó que las investigaciones sean parte de una lucha interna en el chavismo: "Acá lo que hay es una lucha frontal contra quienes le han hecho daño al país", afirmó.
JCG (EFE, dpa)
El boom de los juegos de azar en Venezuela: una salida a la crisis
El país atraviesa una crisis económica inédita que ha hecho la vida difícil especialmente a la gente de bajos recursos. Sin embargo, los venezolanos no se quedan de brazos cruzados y buscan alternativas para sobrevivir.
Imagen: Reuters/R. Moraes
Carreras de caballos
Apostar a las carreras de caballos es una de las alternativas preferidas por los venezolanos para intentar hacer dinero fácil y rápido. En esta foto tomada en el Hipódromo La Rinconada, en Caracas, los jinetes compiten con un barrio de fondo. Los barrios son la versión venezolana de las favelas brasileñas. Ahí, cientos de miles de personas viven en condiciones muy precarias
Imagen: Reuters/R. Moraes
Sin perderse un detalle
El Hipódromo de La Rinconada es especialmente visitado los fines de semana, cuando se disputan las carreras. Vale la pena llevar binoculares para seguir el caballo al que se le apostó quizás los últimos bolívares de la quincena. La tensión aumenta y la algarabía no se hace esperar.
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La voz del fanático
Las carreras de caballos son especialmente populares entre los hombres, quienes aúpan a su favorito con gritos, frases y una combinación de chasquidos de los dedos con repetidos besos al aire. Pocos se quedan callados mientras su dinero cabalga en un pura sangre.
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La gaceta es la biblia
La gaceta y un bolígrafo son las armas principales de los apostadores de caballos en Venezuela. La gaceta, una revista llena de estadísticas y el programa de las carreras, es una especie de biblia hípica. El hipódromo le da también la bienvenida a niños, quienes en poco tiempo aprenden el arte de "ligar" caballos, como se le dice en Venezuela a invocar la victoria.
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Comiendo "a la carrera"
Un corredor de apuestas come su almuerzo en el Hipódromo La Rinconada rodeado de dinero, cerveza y formularios de apuesta. No hay tiempo para descuidar el trabajo y mucho menos la posibilidad de hacer dinero. Las pilas de billetes en la mesa son una muestra de la alta inflación en el país, la cual, según el Fondo Monetario Internacional, será de más de 650% en 2017 y más de 2.300 % en 2018.
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El hipódromo en casa
No hace falta ir hasta el Hipódromo La Rinconada cuando se pueden ver las carreras en la televisión desde la comodidad del barrio. Tampoco hace falta quedarse callado. Los gritos de apoyo al caballo escogido inundan la habitación, ¿y podrían quizás llegar hasta el hipódromo?
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Contar billetes para contar con suerte
Un hombre apila bolívares sobre una gaceta hípica a las afueras de Caracas. El dinero irá al caballo que probablemente le dará una gran alegría, aunque sea momentánea.
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Apuesta ganada
Eduardo Liendo, de 63 años, y quien vive en un auto chatarra, cuenta con paciencia el dinero que ganó en "los animalitos", un juego de azar que se ha vuelto muy popular en Venezuela como escape de la crisis económica.
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La fiebre de "los animalitos"
La gente hace fila en un barrio en las afueras de Caracas para apostar a "los animalitos". El juego consiste en acertar uno o varios de los 38 animales disponibles en un afiche, cada uno con número. Algunas de las opciones son la ballena, el toro y el alacrán. Son ocho sorteos diarios y por cada 100 bolívares apostados se ganan 3.000.
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La salvación de "los animalitos"
Los venezolanos han sido tradicionalmente grandes apostadores, desde carreras de caballos hasta juegos de lotería. Pero "los animalitos" se ha convertido en una fiebre sin precedentes para obtener efectivo, incluso niños apuestan a diario. No es sorpresa que el juego se haya convertido en una de las alternativas predilectas para hacer frente a la crisis, en particular a la escasez de comida.