El anuncio llega a escasos cinco meses de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, aunque no afectará a su organización. Maduro habla desde Caracas sobre un plan para derrocar a Rousseff.
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George Hilton, ministro de Deportes de Brasil desde diciembre de 2014, dejó este miércoles (23.03.2016) el cargo, a sólo cinco meses de los Juegos Olímpicos que tendrán lugar del 5 al 21 de agosto en Río de Janeiro. El anuncio fue hecho por el ministro Jaques Wagner, jefe del despacho personal de la presidenta Dilma Rousseff.
Hilton, cuyo partido abandonó la coalición oficialista la semana pasada, se había desvinculado de este para mantener el cargo, tuvo que renunciar en el marco de unas negociaciones entre el Ejecutivo y su partido, el PRB, en torno al proceso para destituir a la presidenta que se tramita en el Congreso. Según medios locales, el lugar será ocupado por Ricardo Leyser, del Partido Comunista de Brasil (PCdoB), quien fue secretario ejecutivo de la cartera de Deportes y recientemente asumió la secretaría de Deportes de Alto Rendimiento.
Polémica en torno a las presiones sobre Rousseff
Mientras tanto, un funcionario de la Cancillería brasileña envió un telegrama a todas las embajadas en el exterior advirtiendo que en el país se está gestando un golpe de Estado con la participación de grupos económicos y medios de comunicación. La misiva fue enviada sin autorización y la cartera ya envió una nueva circular a todas las representaciones diplomáticas para que el telegrama fuera "desconsiderado".
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, aventuró que su homólogo estadounidense, Barack Obama, encabeza una "estrategia imperial" para volver a dominar América Latina y El Caribe, "derrocando" gobiernos como el de Dilma Rouseff en Brasil o pidiendo cambiar otros como el de Venezuela. "¿Qué hacemos, nos hacemos los locos?", dijo Maduro desde un Consejo de Ministros en Caracas.
LGC (dpa / EFE)
Las multitudinarias protestas que se tomaron Brasil
Imagen: Agência Brasil/R. Rosa
Sao Paulo: la marcha más numerosa
Un millón 400 mil manifestantes fueron los que llegaron a la avenida Paulista, según informó la policía militar de la ciudad de Sao Paulo, aunque quienes congregaron a las marchas hablan de dos millones y medio de personas. A pesar de la multitud, la marcha se desarrolló en completa calma.
Imagen: Reuters/P. Whitaker
Río de Janeiro se tiñó de verde y amarillo
La marea humana que inundó la costanera que recorre Copacabana llegó a congregar cerca de un millón de personas, cifra entregada por los organizadores de las protestas. Las autoridades prefirieron no revelar el número real de participantes.
Imagen: Agência Brasil/T. Rêgo
Lula compartió protagonismo con Rousseff en todas las ciudades
Las máscaras y los muñecos inflables de la presidenta y del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva se vieron en todas las ciudades. Los manifestantes exhibieron en diversos tamaños la figura de Lula vestido como presidiario, producto de la acusación que enfrenta por lavado de dinero.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Moreira
100 mil manifestantes llegaron al Congreso Nacional de Brasilia
Unas 100 mil personas llegaron ante el Congreso Nacional en Brasilia, manifestando su respaldo al juicio político que la oposición promueve contra la presidenta Dilma Rousseff. El número de participantes fue calculado por la Policía Militar, que además aseguró que fue una de las manifestaciones más multitudinarias que se han visto en las últimas décadas en la capital brasileña.
Imagen: Getty Images/AFP/E. Sa
El héroe de la jornada fue el juez Sergio Moro
Además de los cánticos contra la presidenta, las protestas también expresaron un claro respaldo a la lucha contra la corrupción. Muchos de los participantes llevaron sus pancartas y máscaras para destacar la figura del juez Sergio Moro, quien es el encargado de la investigación por las graves irregularidades detectadas en la estatal Petrobras.
Imagen: Agência Brasil/R. Rosa
El objetivo final: juicio político a la presidenta
La jornada nacional de protestas fue un éxito para los grupos sociales ligados a la oposición, los que convocaron a las multitudinarias marchas en todo Brasil. También fue una contundente muestra del malestar que existe en el país. Con las manifestaciones se espera presionar al Congreso para que apoye el juicio político iniciado contra la mandataria.