Rebeldes atacan aeropuertos en Etiopía y amenazan a Eritrea
14 de noviembre de 2020
Las fuerzas del Tigray lanzaron cohetes contra las ciudades de Bahir Dar y Gondar. El conflicto entre el gobierno de Adís Abeba y Mekele amenaza con extenderse por la región.
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El portavoz del Comando Central del Tigray, Getachew Reda, informó este sábado (14.11.2020) que los ataques lanzados contra los aeropuertos de dos ciudades de Etiopía fueron obra de los disidentes, que se encuentran en guerra contra las fuerzas federales de Adís Abeba, y amenazaron con extender los bombardeos a infraestructuras de la vecina Eritrea, a la que acusan de apoyar militarmente al gobierno de Etiopía.
Según Reda, la operación se produjo el viernes por la noche, cuando las "zonas militares” de los aeropuertos de Bahir Dar y Gondar fueron alcanzadas por cohetes. Poco antes, el Ejecutivo de Adís Abeba había reportado los bombardeos contra la capital regional de Amhara, situada a 200 km de la frontera con la región del Tigray, y la ciudad de Gondar, 100 km más al norte y también en Amhara, causando algunos "daños”.
"Ayer (viernes) a eso de las 22.45 horas hubo unas explosiones gigantescas cerca del aeropuerto de Bahir Dar, y al mismo tiempo otras en Gondar”, dijo Alemnew Bekonne, corresponsal de DW en Etiopía. Testigos aseguran que los ataques se sintieron como un terremoto, y la prensa local asegura que los cohetes fueron disparados desde Mekele, la capital de la región del Tigray, en el norte de Etiopía. Las autoridades aseguraron estar investigando los incidentes, aunque tras los bombardeos ambas ciudades volvieron a la normalidad.
"Usan sus últimos armamentos”
Según los primeros informes, diez soldados murieron en el ataque y unos 15 resultaron lesionados. Los disidentes del Tigray, que son acusados por el gobierno federal de haber atacado instalaciones militares y de haber realizado elecciones parlamentarias sin la autorización de Adís Abeba, advirtieron que los próximos bombardeos podrían llegar a Asmara, la capital de Eritrea. "Habrá represalias, dispararemos misiles contra objetivos escogidos, además de los aeropuertos”, dijeron. En horas de la tarde se reportó la caída de tres misiles en la ciudad.
El gobierno federal etíope, en tanto, aseguró que los insurgentes están "haciendo uso de sus últimos armamentos dentro de su arsenal”, en un conflicto que se extiende por poco más de una semana y que ha dejado, según diversos reportes, cientos de muertos. Además, miles de personas han huido de la violencia y han buscado refugio en Sudán. Este país teme que al menos 100.000 refugiados etíopes crucen a este país "si el ritmo de los enfrentamientos militares no disminuye”, reveló el 12 de noviembre a la agencia EFE Abdulah Suleiman, director de la Comisión de Asuntos de Refugiados sudanesa.
"Luchar contra las fuerzas de defensa nacional, sus propios guardianes, no es la opción que ustedes defienden”, afirmó el viernes el primer ministro etíope y Premio Nobel de la Paz Abiy Ahmed en un mensaje televisado en lengua tigriña, en el que pidió a los soldados del Frente de Liberación del Tigray (TPLF) que se rindan. "Sabemos que los criminales del TPLF los obligan. Por eso, les damos tres días para desmilitarizarse y entregarse a las fuerzas nacionales. De lo contrario, será tarde para ustedes y para el TPLF”, aseveró.
DZC (EFE, AFP, DW-INA)
El Premio Nobel no hace la paz
De Arafat a Abiy Ahmed: no pocos ganadores del Premio Nobel de la Paz han desatado olas de críticos. En DW, algunas de las decisiones más polémicas desde 1901.
Imagen: AFP/E. Soteras
Pioneros de la polémica
Ya en 1901, cuando el Premio Nobel de la Paz se otorgó por primera vez, la Comisión Nobel no apoyó unánimente la decisión de entregarlo al suizo Henry Dunant (izq.) y al francés Frédéric Passy. Dunant fundó la Cruz Roja Internacional. Junto con Passy, se les considera iniciadores de la Primera Convención de Ginebra. Se debatió si, al hacer "más humanas" las guerras, las volvían "más aceptables".
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Beligerante pacificador
El presidente número 26 de EE. UU., Theodore Roosevelt, nunca fue considerado un pacifista por su participación en la guerra hispanoamericana. Ayudó a los cubanos a liberarse del colonialismo español, pero pronto las tropas estadounidenses llegaron a garantizar su control en la isla. Recibió el premio, en 1906, por otra razón: sus esfuerzos de paz en la guerra ruso-japonesa.
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Pacificador racista
Woodrow Wilson, el presidente número 28 de EE. UU., también recibió el premio "por sus contribuciones al fin de la Primera Guerra Mundial y a la fundación de la Liga de las Naciones", considerada precursora indirecta de la ONU. A nivel nacional, no era conocido como defensor de la comprensión internacional: propagó la superioridad de la raza blanca, defendiendo la esclavitud y al Ku Klux Klan.
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Premio sin paz
El secretario de Estado de EE. UU., Henry Kissinger (izq.), y el jefe de acción militar vietnamita Le Duc Tho (der.), fueron claves para el fin de la guerra en Vietnam, con los acuerdos de paz de 1973, en París. Pero el norvietnamita Le Duc Tho no aceptó el premio, porque todavía no había paz en su país: las últimas bombas en Vietnam, Laos y Camboya cayeron solo dos años después.
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Golpista y Nobel de la Paz
Con el Acuerdo de Camp David, el presidente de Egipto, Anwar al-Sadat (izq.), y el primer ministro de Israel, Menachem Begin (der.), consiguieron la paz entre sus países en 1978, con mediación del entonces presidente de EE. UU., Jimmy Carter (c.). Ese año, Sadat y Begin fueron premiados, con revuelo: Sadat era considerado corresponsable del golpe militar contra el rey Faruq, en 1952.
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Fuerza de paz, entre innacción y abusos
Los cascos azules luchan por la paz en nombre de Naciones Unidas. Fueron galardonados con el Premio Nobel de 1988. Más tarde, estas fuerzas de paz permanecieron inactivas ante el genocidio en Ruanda (1994), así como en la ciudad serbia de Srebrenica (1995). Desde entonces, ha habido repetidos informes de cascos azules que se convirtieron en perpetradores por violar a mujeres o abusar de niños.
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Ángel caído
Cuando recibió el Nobel de la Paz en 1991, Aung San Suu Kyi era una luminaria: había luchado sin violencia por la democracia en su país natal, Myanmar. Sin embargo, en la década de 2010, perdió prestigio: fue acusada de no proteger contra el genocidio a la minoría musulmana rohinyá, en 2017. Aunque no se le había permitido hacerse con el poder, su partido tenía la mayoría en el Parlamento.
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Hombre de dos caras
Aunque fue considerado un defensor del apartheid antes de ser presidente de Sudáfrica, Frederik Willem de Klerk fue esencial en la abolición de la segregación racial en su país. Liberó a Nelson Mandela y otros políticos del ANC de su encarcelamiento, hizo campaña por la libertad de prensa y derogó las leyes del apartheid. En 1993, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz junto con Mandela.
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Exterrorista Nobel de la Paz
En 1994 hubo un gran escándalo: El jefe de la OLP, Yasser Arafat (izq.), el primer ministro israelí Isaac Rabin (der.) y su ministro de Exteriores Shimon Peres (c.) recibieron el premio por sus esfuerzos de paz en el Medio Oriente. Luego, un político noruego renunció al Comité Nobel, por considerar a Arafat, como cofundador de Fatah, un "laureado indigno", corresponsable de ataques terroristas.
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Nobel impotente
En 2001, la ONU y su entonces secretario general, Kofi Annan, fueron honrados "por su compromiso con un mundo mejor organizado y pacífico". Los críticos ven en la ONU un tigre sin dientes, por su permanente bloqueo en el Consejo de Seguridad. Y Annan cometió serios errores como jefe de los cascos azules, durante el genocidio en Ruanda. "Debería haber hecho más", dijo el propio Annan en 2004.
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Entre la esperanza y los drones
Barack Obama había sido presidente de EE. UU. por nueve meses al recibir el premio. La razón: sus "esfuerzos extraordinarios para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos". Los críticos consideraron que era demasiado temprano. Más tarde, Obama ordenó ataques con aviones no tripulados, muy controvertidos, según el derecho internacional, matando a cientos de civiles.
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Fortaleza y refugio
En 2012, la Unión Europea recibió el Nobel por "promover la paz y la reconciliación, la democracia y los derechos humanos en Europa". Pero su trato a los refugiados es considerado por muchos como inhumano: sus críticos se quejan de campamentos superpoblados, de vallas fronterizas, de falta de solidaridad y de la retirada completa del servicio de rescate marítimo en el Mediterráneo.
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Un poco de paz
Sin dudas, Abiy Ahmed ha movido montañas desde que se convirtió en primer ministro de Etiopía, en 2018. Especialmente, en relación con la disputa fronteriza con la vecina Eritrea, incluido el acercamiento diplomático y la apertura de la frontera. Pero el proceso de paz se detuvo hace tiempo, y aunque Abiy disfruta de la fama del Nobel, Isaías Afewerki sigue gobernando Eritrea con mano de hierro.