La Policía libanesa lanzó gases lacrimógenos contra manifestantes que protestaban junto a la Embajada de EE.UU. en Beirut contra de la decisión de Donald Trump de reconocer Jerusalén como la capital de Israel.
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Las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos y los equipos de Defensa Civil emplearon cañones de agua para dispersar este domingo (10.12.2017) a los manifestantes, que lanzaron botellas y prendieron fuego a neumáticos y contenedores de basura en la zona de Aukar, próxima a la sede diplomática.
El responsable de la Cruz Roja Libanesa, Georges Ketaneh, informó de que siete personas fueron trasladadas al hospital, mientras que 42 fueron atendidas en el lugar de la manifestación, que concluyó al mediodía después de varias horas de tensión entre los asistentes y los uniformados.
Asimismo, medios locales señalaron que fueron detenidos varios manifestantes, convocados por grupos de diferentes signos políticos, entre los que había formaciones izquierdistas e islamistas libanesas, así como facciones palestinas.
"Detener cooperación con Washington"
El secretario general del partido comunista libanés, Hanna Gharib, dijo a la prensa que "es necesario cerrar la Embajada de EEUU en Beirut" y pidió que el Gobierno libanés y los otros árabes detengan los programas de cooperación con Washington y expulsen a los embajadores estadounidenses de sus respectivos países.
Ante la convocatoria de la protesta en Beirut, las fuerzas de seguridad tomaron medidas preventivas y cerraron las calles que llevan a la Embajada estadounidense, por lo que los manifestantes se concentraron a más de un kilómetro de distancia de la misma desde primera hora de la mañana. En los pasados días, se han registrado manifestaciones en varios países árabes y musulmanes en contra de la decisión de Trump, que ha sido condenada también por los líderes políticos de la región y por la comunidad internacional.
MS (efe/ap/Reuters)
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La historia de Jerusalén en imágenes
Jerusalén es una de las ciudades más antiguas del mundo y una de las más disputadas hasta el día de hoy. Judíos, musulmanes y cristianos la consideran una ciudad sagrada.
Imagen: Getty Images/AFP/T. Coex
Jerusalén, la ciudad de David
De acuerdo con el Antiguo Testamento, el rey David conquistó Jerusalén en torno al año 1000 a.C. Trasladó allí su sede de gobierno, convirtiendo a Jerusalén en la capital y centro religioso de su reino. Salomón, hijo de David, construyó según la Biblia el primer templo para Yahvé, el Dios de Israel, y Jerusalén pasó a ser el centro del judaísmo.
Imagen: picture-alliance/ZUMAPRESS.com
Dominio persa
El rey babilonio Nabucodonosor II conquistó Jerusalén en el año 597 y en el 586 antes de Cristo, según la Biblia. Tomó prisionero al rey Joaquín y a la clase alta judía, los llevó a Babilonia y destruyó el templo. Más adelante, el rey persa Ciro conquistó a su vez Babilonia, tras lo cual autorizó a los hebreos a regresar a Jerusalén y reconstruir el templo.
Jerusalén cayó bajo dominio del Imperio Romano. Pero en la población se fue formando la resistencia y en el año 66 d.C. estalló la guerra judeo-romana. Terminó cuatro años más tarde con una victoria romana y la nueva destrucción del Templo de Jerusalén. Roma y Bizancio dominaron cerca de 600 años Palestina.
Imagen: Historical Picture Archive/COR
Conquista árabe
Por orden del califa Omar, en el año 637 Jerusalén fue sitiada y tomada. En la era de dominio musulmán que se inició entonces, la ciudad fue sitiada en múltiples ocasiones y cambió varias veces de gobernantes.
Imagen: Selva/Leemage
La época de las cruzadas
El mundo cristiano se sintió cada vez más amenazados por los selyúcidas musulmanes que dominaron a partir de 1070. El Papa Urbano II llamó finalmente a emprender una cruzada. En 200 años, los europeos llevaron a cabo cinco cruzadas para conquistar Jerusalén. Por momentos lo consiguieron. Pero en 1244 los cruzados perdieron definitivamente la ciudad, que volvió a caer en manos musulmanas.
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Otomanos y británicos
Tras la conquista otomana de Egipto y Arabia, Jerusalén se convirtió en 1535 en sede administrativa de un distrito otomano. Las primeras décadas de dominio turco brindaron a la ciudad un considerable auge. En 1917, con el triunfo de Gran Bretaña sobre las tropas turcas, Palestina quedó bajo control británico. Jerusalén pasó sin resistencia a manos británicas.
Imagen: Gemeinfrei
La ciudad dividida
Después de la II Guerra Mundial, los británicos entregaron su mandato sobre Palestina. La ONU se pronunció por una partición del territorio, para crear una patria para los sobrevivientes del Holocausto. Algunos Estados árabes emprendieron una guerra contra Israel y conquistaron parte de Jerusalén. Hasta 1967, la ciudad estuvo dividida en una parte occidental israelí, y una parte oriental jordana.
Imagen: Gemeinfrei
Jerusalén oriental vuelve a Israel
En 1967, Israel libra la Guerra de los Seis Días contra Egipto, Jordania y Siria. Conquista el Sinaí, la Franja de Gaza, la Cisjordania, los Altos del Golán y Jerusalén Oriental. Paracaidistas israelíes se abren paso hasta el casco antiguo y llegan al Muro de los Lamentos por primera vez desde 1949. Oficialmente Jerusalén Oriental no es anexada, sino integrada administrativamente.
Desde entonces, Israel no niega a los musulmanes el acceso a sus lugares sagrados. El Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas está bajo administración autónoma musulmana.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Gharabli
Pugna no resuelta
Jerusalén constituye hasta hoy un obstáculo en el camino hacia la paz entre israelíes y palestinos. En 1980, Israel declaró a la ciudad como su "capital eterna e indivisible". Jordania renunció en 1988 a sus pretenciones sobre la la Cisjordania y Jerusalén Oriental, en favor de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Los palestinos conciben a Jerusalén oriental como su capital.