1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Divergencias internacionales ante la crisis del Líbano

Emilia Rojas Sasse22 de julio de 2006

El ministro de Relaciones Exteriores alemán afirmó en el Cairo que el retorno de la calma al Líbano tiene "máxima prioridad", pero no llegó a demandar un alto el fuego inmediato, a diferencia de su homólogo francés.

Los blindados israelíes avanzan, sin que haya consenso sobre la demanda de una tregua inmediata.Imagen: AP

El Líbano se desmorona y el temor de que una ofensiva terrestre israelí haga escalar aún más el conflicto, cunde a nivel internacional. No obstante, los llamados del secretario general de la ONU a lograr un alto el fuego inmediato encuentran oídos sordos. Pese a los gestos de unidad que hubo en la cumbre del Grupo de los 8 en San Petersburgo, la realidad es que hay disonancias. Ciertamente, las principales potencias occidentales coinciden en que Hezbolá provocó la violencia con el secuestro de los soldados israelíes y los ataques lanzados desde territorio libanés contra Israel. Pero hasta ahí llega el consenso. Y comienzan las divergencias en torno a cómo resolver el conflicto.

Estados Unidos y Francia

Los soldados israelíes también están expuestos al fuego de Hezbolá.Imagen: AP

Los frentes, en este aspecto, están cada vez más claros. Y, una vez más, como en el caso de la intervención contra Irak, los encabezan Estados Unidos y Francia. Washington se resiste a presionar a Israel para inducir un cese del fuego, con el argumento de que una tregua no sería solución y sólo supondría un retorno al statu quo, como lo indicó la secretaria de Estado, Condoleezza Rice. En su alocución radial de los sábados, el presidente George W. Bush llegó aún más lejos, indicando que "la superación de la crisis requiere hacer frente a los grupos terroristas responsables de los ataques (contra Israel) y aquellos países que los apoyan". Una clara alusión a Siria e Irán, que respaldan apoyan a Hezbolá. También en esta oportunidad Bush cuenta con el respaldo de su más estrecho aliado europeo, Tony Blair, quien ha asumido la misma argumentación y se ve por lo tanto sometido en Londres a nuevos reproches se sumisión a la Casa Blanca.

Francia, en cambio, aboga por lograr un inmediato alto el fuego, haciéndose eco de las demandas de Kofi Annan. El ministro de Relaciones Exteriores galo, Philippe Douste-Blazy, lo dejó en claro en el Cairo: "Tenemos que trabajar rápido, muy rápido, por un cese del fuego", indicó el jefe de la diplomacia francesa, advirtiendo que "de lo contrario se producirá la destrucción del Líbano". No es que París no desee neutralizar a Hezbolá. Por el contrario, el propio Douste-Blazy subrayó que "sin desarme no habrá paz ni una solución política". Pero, a su juicio, "el desarme de Hezbolá sólo podrá producirse tras un cese del fuego".

La discusión en Alemania

Steinmeier con su homólogo egipcio, Ahmed Aboul Gheit, en el Cairo.Imagen: AP

El gobierno alemán, entretanto, intenta un acto de equilibrismo político. La canciller Angela Merkel se ha cuidado de formular exigencias categóricas y sólo indicó que "hay que hacer todos los esfuerzos posibles para que callen las armas", en atención a paliar los sufrimientos de la población civil. En este contexto, repite que no hay que confundir causas y consecuencias de la crisis, reafirmando el derecho de Israel a defenderse. Tampoco el ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, ha exigido una tregua inmediata, limitándose a manifestar durante su visita a Egipto que "Alemania, junto a otros, se esfuerza activamente por lograr que la situación se tranquilice" y por evitar que el conflicto se propague a otros lugares de la región.

En la oposición ya comienzan a surgir las críticas. La jefa de la bancada de Los Verdes, Renate Künast, reprochó a Berlín quedarse de brazos cruzados, mientras su correligionario Jürgen Trittin fue aún más severo, afirmando que el gobierno "debe dejar de tratar de no incomodar a Estados Unidos y, de una vez por todas, abogar por un alto el fuego". Pero no sólo en las filas opositoras, sino también en las filas del partido socialdemócrata, socio de la coalición de Merkel, se alzan voces que reclaman una tregua. Nadie menos que el presidente de la colectividad, Kurt Beck, afirmó que "hay que poner fin de inmediato a los combates", ya que el sufrimiento de la gente en Israel, en el Líbano y en los territorios palestinos es intolerable. Igualmente el subjefe de la bancada socialdemócrata, Walter Kolbow, opinó que se requiere un cese de las hostilidades para evitar una ofensiva israelí por tierra y puntualizó que "sin un alto el fuego se dificulta cada vez más la posibilidad de lograr una solución política al conflicto del Medio Oriente".

Ir a la siguiente sección Descubra más