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Donaciones en Navidad: el fenómeno Shakira

Tobias Käufer / Diego Zúñiga30 de noviembre de 2012

Estrellas mundiales compiten con los organismos de ayuda para recolectar fondos entre televidentes y lectores de periódicos. Muchas veces esto los catapulta a la arena política.

La cantante Shakira tiene una fundación en Colombia. Copyright: DW 2012, Fotograf: Tobias Käufer
La cantante Shakira tiene una fundación en Colombia.Imagen: DW/T. Käufer

Estrellas como la cantante colombiana Shakira o el actor de Hollywood Sean Pean son grandes recaudadores de fondos. Ambos tienen fundaciones y con su compromiso no solo compiten con las organizaciones de ayuda tradicionales, sino muchas veces también con los políticos. Por ejemplo, la fundación de Shakira “pies descalzos” ya cuenta con algunas modernas escuelas en los barrios pobres de ciudades colombianas como Barranquilla, Quibdó o Bogotá, las que asisten a miles de niños pobres.

El compromiso de estos astros llama la atención de los medios, pues con su sola presencia consiguen recaudar millones a favor de los necesitados. En Chile, por ejemplo, está el caso del famoso animador de televisión Don Francisco, quien desde 1978 encabeza una campaña para recaudar fondos que van en ayuda de niños lisiados. La misma experiencia se repite en Colombia, México, Paraguay, Brasil, Costa Rica, etcétera.

Christian Frevel, de la organización eclesiástica Adveniat, celebra la participación de estas estrellas: “Muchos famosos apadrinan grandes ONG y se convierten en embajadores de una buena causa. Ellos llegan a más gente de la que podrían aspirar las ONG”; e inducen a otras personas a sumarse a la iniciativa, a menudo personas de círculos adinerados. O sea, doble beneficio.

Carrera navideña

Durante la temporada de fiestas comienza una verdadera carrera por recibir donaciones entre las organizaciones apadrinadas por las estrellas y las obras de caridad clásicas. En esa lucha por obtener la atención de la prensa siempre llevan las de ganar aquellas fundaciones que tienen un rostro que les resulta familiar a los espectadores. Pero no siempre es tan sencillo como poner una cara conocida y sentarse a esperar la ayuda de las personas.

Por desgracia, la conducta respecto a los aporetes ha cambiado, dice  Frevel. En Alemania las donaciones han disminuido en los últimos dos años. “Los que siempre donan son los adultos mayores, y en promedio donan más que hasta hace unos años”. Frevel ve también una relación directa entre las ganas de aportar y las noticias. “Inmediatamente después de que una catástrofe es reportada por los medios, se hacen galas para recopilar dinero. La verdadera catástrofe, en todo caso, empieza cuando las cámaras se van y se hace necesaria una ayuda permanente para la reconstrucción”.

Actores políticos

Es exactamente allí donde fija su crítica el actor Sean Penn: tras el devastador terremoto de 2010 de Haití, la comunidad internacional se comprometió a donar diez mil millones de dólares. “De ese dinero, apenas algo llegó a Haití”, criticó Penn en una entrevista durante el apogeo de la epidemia de cólera que azotó al país más pobre de América.

“Sean Penn ha usado su popularidad para poner en evidencia la impotencia del estado a la hora de prestar ayuda”, dice Frevel, quien sin embargo exige que exista un control estricto a estas instituciones encabezadas por famosos. “Los mismos estándares que se aplican a las organizaciones de ayuda deben aplicarse a estas fundaciones”. Una buena manera de transparentar los gastos puede ser entregando un balance público del dinero recibido, balance que es controlado por terceros. Algo como lo que hace la Fundación Teletón de Chile.

Tener un rostro famoso puede ser una ventaja. Pero existen excepciones. Le ocurrió a la fundación contra el cáncer “Livestrong”, creada por el ciclista Lance Armstrong. Tras el escándalo del dopaje, la institución agotó sus activos y enfrenta un futuro incierto.

Autor: Tobias Käufer / Diego Zúñiga
Editor: José Ospina-Valencia

Sean Penn junto a Ban Ki Moon, en Puerto Príncipe, Haití.Imagen: AP
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