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Seguridad alimentariaBélgica

Donación obligatoria para frenar el desperdicio de alimentos

7 de agosto de 2023

La región de Bruselas se propone imponer a los supermercados una obligación legal de donar alimentos que no hayan vendido. No es la primera vez que una idea similar se aplica en la UE.

Manos sostienen pimientos rojos. Detrás, bolsas de alimentos.
Distribución gratuita de alimentos en Bruselas.Imagen: Lucia Schulten/DW

Una vez por semana, Jeannine Weyekmans y otros voluntarios entregan alimentos a personas necesitadas, en el municipio de Laeken, Bruselas.

Diversos tipos de víveres, donados por supermercados, se entregan en forma gratuita. En algunos casos, ha expirado ya la fecha recomendada para el consumo. En otros, no. También hay algunos que llevan en el envase la bandera de la UE, que indica que un proyecto europeo ha pagado por ellos.

Gran demanda en los bancos de alimentos

La gente acude a estos bancos de alimentos por diversas razones. Jeannine Weyekmans explica a DW que se lleva a cabo un pequeño control de que las personas realmente necesitan los alimentos, pero añade que nunca se las envía de regreso a casa con las manos vacías.

El de Laeken es uno de los aproximadamente 140 locales de distribución de este tipo que existen en la región. Reciben parte de sus productos del banco de alimentos de Bruselas y Brabante, que entrega al año 5.000 toneladas de víveres a organizaciones sin fines de lucro, según dice a DW su presidente, Luc Rogge. El banco regional de alimentos sirve como centro de acopio de donaciones realizadas por supermercados o que han sido pagados por un proyecto de la UE para los más desposeídos.

El banco de alimentos de Laeken opera con voluntarios.Imagen: Lucia Schulten/DW

El banco de alimentos opera con voluntarios y con el respaldo de las autoridades sociales. Sin la labor de personas como Luc Rogge and Jeannine Weyekmans, probablemente más víveres se desperdiciarían.

Los planes de Bruselas

Eurostat estima que cerca de un 10 por ciento de todos los alimentos disponibles en la UE terminan en la basura. En 2020, la cantidad se elevó a cerca de 59 millones de toneladas. Al mismo tiempo, según la UE, 32,6 millones de personas no están en condiciones de procurarse una alimentación de calidad día por medio en Europa.

De acuerdo con lo indicado en la página web del ministro del gobierno regional Alain Maron, en la región de Bruselas hay 70.000 personas que dependen de los bancos de alimentos. A partir de 2024, se propone establecer que los establecimientos de más de 1.000 metros cuadrados de superficie tengan que donar los alimentos que no han sido vendidos, pero aún pueden ser consumidos. Un proyecto de ley en este sentido ya fue aprobado en primera lectura y deberá pasar a las siguientes instancias legislativas.

Hans Cardyn, portavoz de la asociación belga de comercio Comeos, dijo a DW que los supermercados ya donan grandes cantidades. Considera que la ley en trámite perjudicaría a los clientes, que ya no se beneficiarían de la rebaja de productos con fechas próximas a expirar.

Legislación en otros países de la UE

De acuerdo con la Federación Europea de Bancos de Alimentos, FEBA, que representa a 351 establecimientos en 30 países, hay tres diferentes aproximaciones al asunto. Algunos países, como Francia y la República Checa, obligan a los supermercados a sellar acuerdos de donaciones con organizaciones asistenciales. Otros, como Italia, optan por incentivos fiscales o simplifican procedimientos administrativos. Y otros, como los Países Bajos y Hungría, prefieren que haya acuerdos voluntarios. También España planea legislar para poner coto al desperdicio de alimentos.

Paul Milbourne, geógrafo social de la Universidad de Cardiff, opina que, aunque cada ayuda cuenta, estas iniciativas no abordan el fondo del problema del desperdicio de víveres, ni el aspecto de la sobreproducción de alimentos. No solo en los supermercados se desechan comestibles. De acuerdo con la Comisión de la UE, más del 50 por ciento del desperdicio se produce en los hogares.

Otros modelos

Milbourne indicó a DW que, a su juicio, hay otros modelos para proporcionar víveres a los necesitados más apropiados que los bancos de alimentos, que van ligados a una cierta estigmatización. Menciona, como ejemplo, el modelo de la compra comunitaria de productos, que comienza a ser desarrollado en el Reino Unido. Consiste en que la gente se agrupe para adquirir alimentos a menor precio, como en una cooperativa. La ventaja es que eso permitiría a las personas de bajos ingresos acceder a productos de alta calidad.

(ers/elm)

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