18 decretos en 12 días: Donald Trump gobierna sin pedir la venia del Congreso. Aunque le llueven críticas, no es el único que ha recurrido a esa vía. George Washington y muchos otros también lo hicieron.
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Prácticamente todos los presidentes estadounidenses emitieron decretos, con una excepción: William Henry Harrison, quien no tuvo en realidad ocasión de hacerlo. En 1841, Harrison pronunció en un frío de día de marzo el discurso de asunción más largo de la historia del país. Contrajo una pulmonía y murió un mes más tarde.
Récords históricos
Ya el primer presidente de Estados Unidos, George Washington, recurrió en ocho ocasiones al decreto para imponer normas. Pero, en general, los presidentes hicieron poco uso de ese recurso en las primeras décadas tras la independencia. Sin embargo, desde fines del siglo XIX, el número de decretos presidenciales aumentó perceptiblemente. El récord lo mantiene hasta el día de hoy Franklin D. Roosevelt, lo cual obedece solo en parte a su largo período de gobierno. Roosevelt, que se mantuvo en el poder desde 1933 hasta su muerte, en 1945, llegó a emitir más de 3500 decretos presidenciales. Pero el actual mandatario, Donald Trump, parece querer batir un récord de velocidad: en 12 días ha suscrito 11 "memorándum presidenciales” y siete "órdenes ejecutivas”, entre ellas la controvertida prohibición de ingreso al país de ciudadanos de siete Estados de mayoría musulmana.
Tales disposiciones son en principio vinculantes para las autoridades estadounidenses, aunque la Constitución no mencione nada acerca de "órdenes ejecutivas”. Su vigencia se fundamenta por lo general legalmente con el poder ejecutivo que según el artículo II de la Carta Fundamental se confiere al presidente electo.
Abolición de la esclavitud
Harry Truman quiso en su día poner a todas las acerías bajo control federal, y fracasó en su intento ante la Corte Suprema. Esta, al mismo tiempo, determinó que los decretos presidenciales no generan nuevas leyes, sino solo pueden interpretar disposiciones legales o constitucionales ya existentes. Pero otro decreto de Truman se hizo famoso: fue el que, en 1948, selló la igualdad de trato para todos los miembros de las Fuerzas Armadas, independientemente de la raza, la religión o el origen étnico. Sin embargo, el más célebre de todos los decretos presidenciales es aquel por medio del cual Abraham Lincoln abolió en 1863 la esclavitud.
Puede que el gobernar por decreto sea algo dudoso para los puristas de la democracia, dado que se soslaya el proceso legislativo normal. No obstante, el Congreso no quedar inerme. Aunque no está en condiciones de anular los decretos, si puede negar los recursos financieros para su aplicación. El presidente, a su vez, puede aplicar un veto en contra. Para pasarlo por alto e imponerse finalmente, el Congreso requiere una mayoría de dos tercios.
Los tribunales
Otra opción para frenar un decreto presidencial es recurrir a los tribunales. Los jueces hicieron fracasar el proyecto de Truman, al igual que uno de Bill Clinton, quien en 1996 quiso excluir por decreto de las licitaciones estatales a aquellas empresas que contrataran rompehuelgas.
Todavía no está claro qué ocurrirá con el decreto de Trump sobre la entrada al país de ciudadanos de determinados países. Varios tribunales estadounidenses ya lo han atenuado. El veredicto sobre el fondo del asunto se espera para febrero. Si el decreto fuera declarado inválido por una Corte, sería un hecho muy inusual.
Los primeros 10 días de la Era Trump
DW sigue paso a paso la huella de una administración que desde sus inicios ha causado polémica y el surgimiento de movimientos ciudadanos de resistencia tanto en Estados Unidos como en otros países.
Imagen: Picture-Alliance/AP Photo/E. Vucci
Toma de posesión (20.01.2017)
Donald Trump juramentó el 20 de enero de 2017 como presidente número 45 en la historia de Estados Unidos. Como candidato prometió realizar profundos cambios en cuanto a las políticas de salud, migratoria y exterior. Daba fin así la era Obama y comenzaba otra muy distinta.
Imagen: Picture-Alliance/AP/M. Heiman
Primera orden ejecutiva (23.01.2017)
Apenas instalado en la Casa Blanca, Trump comenzó a dar muestras de que no perdería tiempo en llevar a cabo sus promesas de campaña. Su instrumento favorito son las órdenes ejecutivas. En la primera de su administración, Trump anunció el 23 de enero de 2017 la salida de Estados Unidos del Tratado Transpacífico, uno de los de mayor envergadura en el proyecto de comercio multilateral global.
Imagen: Reuters/K. Lamarque
Resurrección de oleoductos (24.01.2017)
Al día siguiente, Trump firmó otra orden ejecutiva, esta para reactivar los proyectos de los oleoductos Keystone XL y Dakota Access, que habían sido suspendidos por Barack Obama. La medida tuvo inmediatamente una repercusión positiva en Canadá, socio de Estados Unidos en el proyecto. Pero organizaciones ambientalistas y comunidades autóctonas criticaron la medida de Trump y anunciaron resistencia.
Imagen: Reuters/K. Lamarque
Muro por decreto (25.01.2017)
El 25 de enero de 2017, Donald Trump firmó el decreto que ordenaba iniciar la construcción de un muro en la frontera con México. Lo hizo mientras dos funcionarios mexicanos se encontraban en la Casa Blanca para hablar sobre una posible renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Trump causó indignación en México, pero no se inmutó.
Imagen: Getty Images/AFP/N. Kamm
Reacción de México
El gobierno de México reaccionó con declaraciones. El presidente Enrique Peña Nieto insistió en que México no pagaría por la construcción del muro fronterizo y dijo que esperaría el reporte de los dos funcionarios presentes en Washington para definir estrategias y acciones. Intelectuales y políticos le pidieron acciones prontas.
Imagen: Picture-Alliance/dpa/EPA/J. Nunez
Trump toma la iniciativa
Peña Nieto y su ministro de Exteriores, Luis Videgaray (der.) fueron rebasados por Trump. El presidente de EE.UU. dijo el 26 de enero de 2017 que si México insistía en no pagar el muro, era mejor cancelar el encuentro programado para el 31 de enero entre ambos mandatarios. Como reacción, Peña Nieto canceló su viaje a Washington.
Imagen: Reuters/C. Jasso
Limitación de visados y entradas a EE.UU.
Trump firmó el 27 de enero de 2017 una orden ejecutiva más, que limitaba el acceso a Estados Unidos, entre otros, a ciudadanos estadounidenses que contaran además con la nacionalidad de siete países de mayoría musulmana, entre ellos Irak y Siria. La medida provocó repudio internacional aunque la Casa Blanca insistió en que no se trataba de una medida determinada por cuestiones religiosas.
Como respuesta, miles de personas acudieron a puertos aéreos donde agentes migratorios rechazaban la entrada de ciudadanos procedentes de los siete países mencionados en la orden ejecutiva de Trump. La norma no clarificaba asuntos legales importantes en su implementación, por lo que comenzó a ser aplicada en un entorno de caos jurídico.
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Impugnación legal
La fiscal general interina de Estados Unidos, Sally Yates, impugnó la orden ejecutiva sobre inmigración por considerarla "ilegal". Horas después, Trump ordenó el 31 de enero de 2017 su emoción y calificó a Yates como traidora por no cumplir la orden ejecutiva.