Al menos nueve miembros del Ejército afgano murieron en el siniestro de un helicóptero, posiblemente derribado, mientras un atentado contra un autobús oficial dejó cuatro funcionarios muertos y otros nueve heridos.
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Un helicóptero militar del Ejército afgano se estrelló este jueves (18.03.2021) en la provincia de Maidan Wardak, en el centro del país, matando sus cuatro tripulantes y cinco pasajeros, miembros de las fuerzas de seguridad. Según un comunicado del Ministerio de Defensa afgano, el Mi-17, calló al suelo en el distrito de Hesa-e Awal Behsud.
"El Ministerio de Defensa está investigando y recopilando información sobre lo sucedido", señaló la nota, por lo que se desconoce aún si se produjo por problemas técnicos o un ataque. Según declararon a la agencia dpa oficiales locales, el helicóptero estaba evacuando a un soldado herido y, según otras fuentes, también el cadáver de un soldado fallecido. El vicegobernador de Maidan Wardak, Jawad Muradi, dijo a Efe que el hecho se produjo hacia las 02.00 de la madrugada (21.30 GMT del miércoles), sin aportar más detalles.
Posible ataque de las fuerzas hazara
El distrito de Behsoud es una región relativamente segura, pero en ella permanecen activas milicias bajo el mando del comandante de la minoría hazara Ali Poor, que se ha enfrentado en varias ocasiones en el pasado a las fuerzas de seguridad afganas. Un miembro del Consejo Provincial de Maidan Wardak, Sharifullah Hotak, aseguró a Efe que combatientes de la milicia hazara atacaron el helicóptero.
"Cuando el helicóptero estaba aterrizando, hombres armados del comandante Ali Poor abrieron fuego contra el aparato y lo derribaron, muriendo cinco miembros de las fuerzas de seguridad y cuatro pilotos", precisó Hotak. Otras dos fuentes militares dijeron a Reuters que, efectivamente, el helicóptero fue alcanzado por un cohete durante su aterrizaje y que los fallecidos eran integrantes de las fuerzas especiales.
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Atentado en Kabul
En otro ataque, al menos cuatro funcionarios murieron y otros nueve resultaron heridos tras la detonación de una bomba contra un autobús del Gobierno afgano en Kabul. La explosión se produjo esta mañana a las 7.22 (3:52 CET) en el norte de la capital afgana, cuando el autobús transportaba a los funcionarios a sus puestos de trabajo, afirmó a Efe el portavoz de la Policía de Kabul, Firdaws Faramarz.
"En esta explosión murieron cuatro personas, entre ellas una mujer, y otras nueve resultaron heridas", detalló el portavoz, que añadió que los heridos ya han sido hospitalizados. El autobús pertenecía al Ministerio de Telecomunicaciones y Tecnología, aunque en el vehículo había también empleados de otros organismos gubernamentales, explicó Faramarz. Ningún grupo armado ha reivindicado la autoría del atentado.
Precisamente este jueves se celebra en Moscú una conferencia multinacional, encabezada por delegaciones de alto nivel del Gobierno afgano y los talibanes, que esperan desbloquear las conversaciones de paz intraafganas en Doha.
lgc (dpa/efe/reuters)
La interminable lucha por el poder en Afganistán
A 17 años de la invasión estadounidense, Afganistán sigue sumido en la violencia desatada por los talibanes. Una serie de mortales atentados en el último año sugiere que los radicales son más fuertes que antes.
Imagen: picture alliance/Photoshot
Una seguridad frágil
Los reiterados ataques que han tenido lugar en 2018 y 2019 han causado la muerte y dejado con heridas a cientos de inocentes, y muestran cuán frágil es la situación del país y el débil poder del gobierno. Los incidentes han provocado desesperación en los ciudadanos, cansados de la guerra, y han puesto en evidencia las limitaciones del Estado para garantizar la estabilidad.
Imagen: Reuters/M. Ismail
Una larga serie de ataques
Los episodios de violencia han puesto nuevameente a Afganistán en el centro de la mirada internacional. Tanto los talibanes como el Estado Islámico se han atribuido distintos ataques, mientras crece la presión para que el gobierno afgano mejore la seguridad y recupere los territorios que están bajo el dominio de distintos grupos insurgentes, incluidos los ya citados talibanes y Estado Islámico.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Hossaini
Ofensiva de primavera
En 2018, los talibanes anunciaron el comienzo de su ofensiva anual de primavera, desestimando una oferta de paz realizada por el presidente Ashraf Ghani. Los milicianos, que luchan para reinstaurar su visión radical de la ley islámica, aseguraron que su campaña fue en respuesta a la estrategia adoptada por EE.UU. en 2017, más agresiva con el fin de forzar a los insurgentes a sentarse a negociar.
Imagen: Reuters
La política para Afganistán de Trump
El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó una nueva estrategia para Afganistán en 2017, prometiendo desplegar más tropas para entrenar a las fuerzas afganas. También aseguró que su país seguiría apoyando a los afganos en su guerra contra los talibanes y que, para ello, la presencia estadounidense se extendería todo lo que fuera necesario. En 2019, sin embargo, cambió de parecer.
Imagen: Getty Images/AFP/B. Smialowski
Proceso de paz
Pese a que el presidente Ghani realizó una oferta en febrero de 2018 para que hubiera conversaciones de paz "sin condiciones previas", los talibanes no mostraron interés alguno hasta 2019, desestimando las propuestas como parte de una "conspiración". En 2019 aceptaron negociar, pero directamente con Estados Unidos, pasando por encima de Kabul.
Imagen: Getty Images/AFP/N. Shirzad
Apoyo paquistaní
Pakistán ha sido presionado por Kabul y Washington para que deje de ofrecer refugio a los militantes acusados de realizar ataques en Afganistán, un cargo que Islamabad niega, insistiendo en que su influencia sobre los insurgentes es sobreestimada. Kabul e Islamabad intercambian acusaciones de proteger a milicianos del otro país. El lenguaje áspero ha caracterizado la relación entre ambos vecinos.
Imagen: DW/H. Hamraz
El papel de los señores de la guerra
Además de los talibanes, los señores de la guerra afganos ejercen una enorme influencia en el país. El año pasado, el líder de Hizb-i-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, volvió a Kabul -tras un exilio de 20 años- para jugar un rol activo en la política. En septiembre de 2016, el gobierno firmó un acuerdo con él con la esperanza de que otros señores de la guerra y grupos radicales siguieran el ejemplo.
Imagen: Reuters/O.Sobhani
Un gobierno ineficiente
En medio de una interminable batalla por el poder, los niveles de respaldo al presidente Ghani no hacen más que bajar. La corrupción desenfrenada y el largo tira y afloja dentro del gobierno de unidad nacional respaldado por Estados Unidos han tenido un impacto negativo en los esfuerzos gubernamentales para acabar con el terrorismo.