Dos coches bomba matan en el norte de Siria a once personas
31 de enero de 2021
Los fallecidos en el primer atentado son seis civiles, incluida una niña, en un centro cultural de Azaz. En el segundo, un coche bomba mató a cinco milicianos sirios proturcos en un puesto de control.
Publicidad
Once personas, entre ellas seis civiles, murieron este domingo (31.01.2021) por las explosiones de dos coches bomba en la zona norte de Siria controlada por Turquía, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
El primer ataque, que mató a seis civiles, entre ellos una niña, tuvo lugar en a primera hora de la tarde junto al centro cultural de la ciudad de Azaz, a pocos kilómetros de la frontera con Turquía, y dejó una treintena de heridos. Un reportero de AFP en el lugar vio un coche en llamas y a un hombre que huía del lugar de la explosión portando lo que parecía ser un menor envuelto en una tela ensangrentada, pero no pudo confirmar el número de víctimas.
El Observatorio, con una amplia red de colaboradores sobre el terreno, especificó que, entre los heridos, varios se encuentran en estado "crítico". E informó de "grandes" daños materiales. Por su parte, la Defensa Civil, conocida como los Cascos Blancos, indicó en su cuenta de Twitter que varios de sus equipos están llevando a cabo labores de rescate y extinción de incendios en la zona de la explosión, al tiempo que confirmó que se ha producido un número indeterminado de "bajas".
En el segundo atentado, un coche bomba mató a cinco combatientes en un puesto de control de los rebeldes proturcos cerca de la ciudad de Al Bab, según el OSDH.
Las áreas del norte de Siria controladas por fuerzas turcas y sus aliados sirios son a menudo blanco de este tipo de atentados. Ayer mismo un coche bomba mató en Afrin a seis personas, incluidos tres niños. Ningún grupo ha reclamado hasta el momento la autoría de la acción. Turquía suele responsabilizar de estos ataques a las milicias independentistas kurdas.
lgc (afp/efe)
Kurdo-sirios: entre la esperanza y el temor
El fotoperiodista Karlos Zurutuza recorrió el norte de Siria después de la llegada de las tropas turcas. Allí se encontró con familias que huían y con hombres que se quedaron cuidando sus hogares.
Imagen: Karlos Zurutuza
Huyendo de la guerra
Según información de Naciones Unidas, desde el comienzo de la ofensiva turca casi 200.000 personas han huido de sus hogares, convirtiéndose en desplazados internos. Según estos reportes, muchos kurdos buscan refugio en las zonas del Kurdistán iraquí. El problema es que solo quienes tienen un permiso de residencia kurdo-iraquí pueden cruzar la frontera.
Imagen: Karlos Zurutuza
Solo quedan hombres
Muchos pueblos del noreste de Siria están casi abandonados. Mujeres y niños huyeron de la zona fronteriza hacia el interior del país, como la capital provincial, Al-Hasaka. "Pero las condiciones son cada vez peores en Al-Hasaka, porque han venido demasiados refugiados, así que nosotros decidimos quedarnos acá", dice Suna, madre de tres niños, a DW.
Imagen: Karlos Zurutuza
Vida sombría
El alguna vez abarrotado bazar de la ciudad siria de Amude se ha convertido en un lugar sombrío, donde ahora solo algunos hombres se reúnen. Desde el comienzo de la ofensiva turca, muchos comerciantes decidieron cerrar sus negocios. Los disparos de granadas desde el otro lado de la frontera comienzan al atardecer. Quienes se quedaron en la ciudad, raramente salen de noche.
Imagen: Karlos Zurutuza
Está de vuelta
La estatua del exgobernante Hafiz al Assad vuelve a dar la bienvenida a quienes llegan a Kamischli, la ciudad más importante del noreste de Siria. La relación entre el autogobierno kurdo y el régimen del presidente Bashar al Assad, hijo de Hafiz al Assad, ha sido tensa desde el comienzo de la guerra civil, en 2011.
Imagen: Karlos Zurutuza
Sigue la incertidumbre
Los kurdo-sirios se sienten traicionados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ordenó el retiro de las tropas de su país presentes en la región. "Sabemos lo que nos hizo Trump, pero aún no sabemos qué hará Putin", dice Massud, un cliente en una peluquería. Por ahora, Estados Unidos convenció a Turquía de la conveniencia de aplicar un alto el fuego.
Imagen: Karlos Zurutuza
"Prefiero no decir nada"
Después de años de opresión bajo el régimen de los Al Assad, muchas personas de la ciudad siria de Derik prefieren evitar decir lo que piensan, menos ahora que el gobierno ha revitalizado su presencia en la zona. "Todo el país estaba bajo el control de los servicios secretos y eso puede volver a ser así pronto, por eso nadie dirá nada", dice un transeúnte.
Imagen: Karlos Zurutuza
Cinco ataúdes, cinco destinos
En todas las ciudades del noreste de Siria, la gente debe hacerse cargo de los cadáveres que a diario llegan desde el frente de combate. Los ataques aéreos lanzados por la aviación turca han alcanzado a objetivos civiles y militares. Los hospitales, como el de Derik, donde los combatientes heridos son atendidos, fueron evacuados para evitar nuevas víctimas.
Imagen: Karlos Zurutuza
Miles de víctimas
Los kurdos en Siria sufrieron la muerte de alrededor de 11.000 personas durante los enfrentamientos contra el Estado Islámico. Si bien el EI ya no domina territorios, la matanza no se ha detenido. Docenas de civiles y cientos de militares han fallecido, según los últimos informes, desde que Turquía lanzó su ofensiva en el noreste sirio.
Imagen: Karlos Zurutuza
Solos
Tras el estallido de la guerra civil en Siria, en marzo de 2011, los kurdos no tomaron partido por ninguna de las dos partes, ni por el régimen ni por la oposición. Con la retirada de las tropas estadounidenses vuelven a quedar solos, sin ningún tipo de respaldo.