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Dos ingenieros alemanes secuestrados en Irak

Luna Bolívar Manaut24 de enero de 2006

El ministerio de Exteriores alemán ha anunciado ya la formación de un gabinete de crisis para hacer frente al segundo secuestro de ciudadanos alemanes en Irak. En esta ocasión, se trata de dos ingenieros.

Steinmeier habla a la prensa: el ministerio de Exteriores afronta una nueva crisis.Imagen: AP


"Tenemos pruebas que apuntan a que dos alemanes podrían haber sido secuestrados en Irak. El gobierno alemán hará todo lo que esté en su mano no sólo por informar, sino por que los capturados regresen a casa sanos y salvos", dijo esta mañana el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier. El jefe de la cancillería alemana, Thomas De Maizière, añadió por su parte que "las noticias del secuestro parecen confirmarse. Se trata de dos jóvenes de las cercanías de Leipzig, lo que personalmente me conmueve aún más".

Un alemán logró escapar

La maquinaria de liberación del ministerio de Exteriores se pone en marcha.Imagen: AP

Todo indica a que el secuestro de los ciudadanos alemanes se produjo esta mañana a las 8.30, hora local, en la ciudad de Baiji, a unos 200 kilómetros al norte de Bagdad. Según la policía iraquí, que fue quien alertó a las autoridades alemanas de la captura de sus conciudadanos, seis hombres armados asaltaron a tres ingenieros alemanes, secuestraron a dos de ellos y a sus acompañantes iraquíes, y dejaron escapar a un tercero al tomarlo por árabe.

También parece bastante claro que los alemanes se dirigían en coche a su lugar de trabajo. Algunos rumores apuntan a que los ingenieros de mantenimiento eran empleados de la compañía estatal Arab Detergent Company, aunque en este punto sigue existiendo cierta confusión. El ministerio de Petróleo iraquí ha declarado que los tres hombres trabajaban para una empresa alemana que a su vez proveía a una firma árabe de productos de limpieza, mientras que la Asociación de Empresas Medias Germano-Iraquí indica que en esta zona de Irak no existen empresas alemanas activas.

Los rebeldes han protagonizado en los últimos meses continuos altercados en Baiji. En esta región, que forma parte del llamado triángulo sunita, se encuentra la principal refinería del país, además del núcleo duro de la resistencia contra la invasión estadounidense y el nuevo gobierno iraquí. Hace un año, el 19 de enero de 2005, otro ingeniero extranjero, el brasileño Joao Jose Vasconcelos, fue secuestrado en esta misma ciudad. Vasconcelos trabajaba en una central eléctrica y su paradero sigue siendo hasta el día de hoy desconocido.

El misterio del quién

La embajada alemana en Irak busca más información. El nombre de los secuestrados no es conocido en Bagdad.Imagen: AP

Tres horas después del secuestro, la embajada alemana en Bagdad recibió una llamada telefónica de un hombre que les comunicaba la captura de dos ciudadanos alemanes, escribe el diario alemán Der Tagesspiegel. La policía iraquí había informado ya a la diplomacia alemana de lo sucedido, y todavía se especula sobre la procedencia de la llamada. Mientras que no se pueda descartar que se trate de un testigo del secuestro, tampoco se desecha la idea de que hayan sido los propios captores o alguien del entorno de los mismos, quienes se pusieron en contacto con la embajada.

Ciertamente, sobre los secuestradores aún no ha trascendido mucha información, y teniendo en cuenta lo sucedido en otras ocasiones es muy probable que nunca llegue a conocerse demasiado. Se sabe que conducían dos coches sin matrícula, que fueron usados en la huída, que conocían a las víctimas por sus nombres y existe cierta controversia en si vestían trajes tradicionales iraquíes o portaban uniformes del ejército iraquí.

Los segundos en Irak

La aparición de Osthoff en televisión ataviada con un Burka ha levantado ampollas en Alemania.Imagen: dpa - Bildfunk

Se trata de la segunda ocasión en corto periodo de tiempo en que ciudadanos alemanes son objeto directo de la violencia terrorista en Irak. La primera fue la arqueóloga alemana Sussane Osthoff, capturada el pasado 25 noviembre en el norte del país y liberada tres semanas después.

La puesta en libertad de Osthoff no ha logrado aclarar las condiciones en las que se produjo su secuestro y posterior liberación. Al contrario, a medida que pasa el tiempo parecen multiplicarse los interrogantes, e incluso algunos periódicos sensacionalistas han empezado a especular en Alemania con la posibilidad de que la arqueóloga estuviera involucrada en su propia captura.

El debate todavía candente en torno a Osthoff no hace sino complicar aún más las cosas al gobierno alemán, que no podrá actuar con las manos tan libres. Todavía se discute en Alemania sobre si se pagó o no un rescate por Osthoff, si este pago fue correcto o una trampa de los extremistas, o si Osthoff se quedó o no con parte del dinero.

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